LOS ACUSAN DE LA DESAPARICIÓN DEL GRUPO DE ESTUDIANTES
María de los Ángeles Pineda y su esposo, el alcalde de Iguala José Luis Abarca. Ambos están prófugos. (Foto: AP).
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La elegante y tenebrosa pareja que gobernaba la ciudad mexicana de los desaparecidos
Jennifer González Covarrubias/AFP
Mexico/Tomado de Listin Diario
La fiscalía mexicana ordenó este miércoles la captura del
alcalde de Iguala (sur) y de su esposa, a los que acusó por primera vez
de los ataques de su policía municipal contra decenas de estudiantes
hace casi un mes, en los que hubo seis muertos y 43 desaparecidos.
Mientras Jesús Murillo Karam,
fiscal general, lanzaba esta acusación en una conferencia de prensa en
la capital, miles de manifestantes protestaban en Iguala por la falta de
noticias de los jóvenes y prendían fuego a la alcaldía de esta ciudad
situada a 200 km de Ciudad de México.
Se pidieron órdenes de detención
contra el alcalde de Iguala, su esposa y su secretario de Seguridad
Pública “en su calidad de probables responsables como autores
intelectuales de los hechos acontecidos en Iguala”, dijo Murillo Karam,
al frente de la investigación.
Esta es la primera ocasión en la
que la fiscalía general, que tiene a 52 detenidos, identifica a
presuntos autores intelectuales de este crimen que ha causado conmoción
dentro y fuera de México y que ha vuelto a desnudar el drama de las más
de 22.000 personas desaparecidas en el país desde 2006.
Sobre la base de testimonios de
detenidos, el fiscal señaló que el alcalde José Luis Abarca dio la
“orden de enfrentar” a los estudiantes la noche del 26 de septiembre por
temor a que sabotearan un evento encabezado por su esposa como
directora local de un organismo público de protección a la infancia.
Abarca y su esposa, María de los
Ángeles Pineda, hermana de tres narcotraficantes, son vinculados al
cártel Guerreros Unidos, al que la fiscalía acusa de intervenir en la
desaparición de los estudiantes.
Al menos 22 miembros de la policía de Iguala, señalada de estar al servicio de Guerreros Unidos, están detenidos.
Siguen análisis de cuerpos
Los estudiantes de Magisterio de la cercana Ayotzinapa
(Guerrero) fueron atacados a tiros por policías cuando se habían
apoderado de varios autobuses para regresar a sus casas desde Iguala, a
donde habían acudido a recaudar fondos para su combativa escuela.
Según las investigaciones, 43
estudiantes que sobrevivieron fueron entregados a Guerreros Unidos por
policías de Iguala y de la vecina comunidad de Cocula.
Sicarios de Guerreros Unidos
confesaron desde prisión haber asesinado y enterrado a estudiantes, pero
la fiscalía advierte que no dará crédito a esta versión hasta hallar a
los jóvenes.
Murillo Karam explicó que el
detenido Sidonio Casarrubias, considerado el líder de Guerreros Unidos,
dijo que esa noche fue contactado por un lugarteniente en Iguala.
Según el relato del detenido, su
colaborador habría confundido a los estudiantes con miembros de un
grupo delictivo rival, por lo que Casarrubias “avaló” las acciones
contra los jóvenes en “defensa de su territorio”.
Alrededor de 2.000 militares y policías siguen a la búsqueda por tierra, agua y aire de los estudiantes.
Desde las desapariciones se han
hallado nueve fosas clandestinas en Iguala y alrededores con 30
cadáveres, precisó este miércoles el fiscal.
Los peritajes de la fiscalía
determinaron que 28 de ellos no corresponden a los estudiantes -aunque
están siendo sometidos a otro análisis de forenses argentinos
independientes- y se siguen analizando los dos restantes.
Incendio de alcaldía
México está acostumbrado a crímenes atroces desde el inicio de
la ofensiva militar antidrogas en 2006, pero el ataque contra estos
estudiantes ha generado una ola de indignación sin precedentes en los
últimos años.
Este miércoles fue convocada una nueva jornada nacional de protestas para exigir al gobierno que los encuentre con vida.
La manifestación más impactante
tuvo lugar en la propia Iguala, donde manifestantes incendiaron la
alcaldía en medio de gritos contra el edil y el gobernador de Guerrero,
Ángel Aguirre, a quien exigen la renuncia por este caso y por no frenar
la violencia en su empobrecida región, que tiene los mayores índices de
homicidios de México.
Un grupo de entre los miles de
maestros y estudiantes que se manifestaban, algunos encapuchados,
prendió fuego a la alcaldía cuando aparentemente no había trabajadores.
En el lugar no había presencia
de los centenares de agentes federales que están ahora al mando de la
seguridad de esa ciudad de 140.000 habitantes.
Una gran manifestación estudiantil está convocada en la tarde en el centro de Ciudad de México.