Orlando Gil/Tomado de Listin Diario
LA
RESERVA.- Si la reserva de candidaturas del PLD se da como fue
propuesta, desde afuera, y desde ahora, se considera que no todos podrán
pasar la prueba. No puede determinarse si muchos o pocos, pero se tiene
el pálpito que uno que otro se quedarán en el camino.
Las razones son
diversas, y cambian según la plaza política. Aunque falta saber,
igualmente, si ahora, sin la competencia fresca de los danilistas, los
leonelistas podrán librarse mejor en sus demarcaciones. Lo que se
esperaba, y apostaba, era que los aspirantes seguidores del presidente
Danilo Medina iban a comerse vivos a los de Leonel Fernández, de la
forma fiera en que se daban los desplantes en los organismos y se
tomaban las decisiones más importantes. Lucha a muerte, pero con muertos
de un solo lado. Sin embargo, ya esa no será la suerte, después de los
acuerdos que no son reales acuerdos, sino entendimientos para salvar la
cara. Ahora se piensa que importa llegar, pero a tiempo y con todos...
EL
TRANCE.- Lo que puede ayudar a los candidatos oficialistas a salirse
con las suyas, ahora que serán unos mismos, es la propuesta de la
oposición. Los cargos no se quedarán vacíos, y si no los ocupan José y
María, serán Juan y Marta. El votante decidirá, y entre las alternativas
posibles, hay una que siempre se impone: la del malo conocido frente al
malo por conocer. Senadores, diputados y alcaldes peledeístas dejan
mucho que desear, y por igual sus aliados de ocasión, con quienes están
supuestos a compartir boleta. Los oponentes, sin embargo, podrían ser
peores, y como en el solar todos se conocen, y los grupos de oposición
no tienen suficiente fortaleza, darse el caso de intentos fallidos. Los
peledeístas saben lo que es tener las cámaras a su favor, pero no puede
decirse que los perremeístas entiendan por igual. Aunque, en la medida
que no prenda la candidatura nacional, habrá mayores afanes en lograr la
local. En especial diputaciones y alcaldías. En la capital se hace
visible esa competencia, y al paso de los días, sucederá igual en el
resto del país...
LAS
PLAZAS.- Debiera ser desde ya una preocupación de parte de los sectores
de oposición, sea que vayan solos o se coaliguen, la conformación de
una boleta que pueda dar la batalla. Hasta ahora no se perfilan los
candidatos de la capital, aunque se conocen nombres de más. La
senaduría, por ejemplo. Corren Eduardo Sanz y Alberto Atallah, y cada
cual tiene su trabajo y su patrocinio, pero el fantasma de Milagros
Ortiz no se les quita del camino. Lo mismo ocurre con la alcaldía. Con
tantos amarres, declarados y encubiertos, las apuestas lucen tímidas a
favor de David Collado y Rafael Suberví, o por lo menos de cara a la
calle. A uno se le atribuyen recursos, y al otro mañas, y la verdad,
hasta ahora, que los recursos y las mañas no originan expectativas de
triunfo. La maquinaria del PLD en la capital se pasa de engrasada, y si
es Roberto Salcedo, con medios propios, o Domingo Contreras, del
gobierno, el hueso será duro de roer. Además, los peledeístas saben
concentrar los esfuerzos, y si por H o por R consideran que una plaza es
importante, la consiguen o retienen...
LAS
UÑAS.- El otro albur es de los aliados. El PRM es obra de los
perredeístas que no quisieron a Miguel Vargas de candidato, sin dudas.
No obstante, hay que recordar el otro lado de la luna. Los perremeístas
no se metieron en esa camisa de once varas por sí mismos, sino por
instigación de terceros, que más que sastres, eran cantores a la luna.
La cuestión, por tanto, todavía no es cuestión. Los perremeístas ni sus
gestores encuentren modo de cocer, y cuando no es el hilo, es la aguja, o
la máquina. Sin embargo, y es lo nuevo. Esos amigos empiezan a sacar
las uñas, y a dar a conocer sus aspiraciones, y lo hacen por trasmano,
con una estrategia de afuera hacia adentro que piensan será exitosa. La
candidatura no sería cosa suya, sino de persona que valoran sus
condiciones y creen que pueden llenar el cometido. Solo que el reparto
todavía no se da, y se pensaba que lo suyo era desinteresado. Algo así
como servir a La Convergencia para servir al pueblo, y no lo mío
alante...