HASTA QUE POR FIN EXPLOTO...
Por Mayobanex De Jesús Laurens...Estilo Bloguero.
Presupuesto
comprometido, servicio de la deuda que lo arropa, ministerios e
instituciones descentralizadas con partidas fijas, los gremios
presionando con aumentos salariales y otras demandas reivindicativas.
El
Fondo Monetario Internacional (FMI) nuevamente destaca la solidez de la
economía dominicana, su crecimiento sostenido, pero advierte sobre la
fragilidad de los ingresos, el problema de la deuda y el manifiesto
déficit fiscal incontrolable.
El organismo financiero entiende prudente un ajuste fiscal cuanto antes para garantizar la solidez de la economía nacional.
Varias
veces hemos escrito sobre este tema y llamado a programas interactivos,
advirtiendo sobre lo que ahora el FMI pone sobre tela de juicio.
Vivimos
en una nación en donde todos quieren obras para sus comunidades, los
distintos sectores reclamando incrementos salariales, la sociedad civil
expresándose por respuestas a la deuda social acumulada con la población
y un gobierno con recursos limitados, que no puede hacer más que
cumplir con lo que está dentro del presupuesto y con los que los
ingresos le pueden permitir.
Ante
lo anterior, se imponen las reformas, rompiendo paradigmas, convocando a
la población a entenderla e involucrando a todos los sectores
productivos del país.
Se
requiere un gran pacto fiscal, en el que las reglas del juego estén
definidas, que el gobierno transparente los ingresos, imponga mayores
controles contra la corrupción y castigue la impunidad, pero que al
mismo tiempo los contribuyentes acepten las normativas, regulaciones, y
se comprometan a pagar conforme a los resultados de sus operaciones y
las leyes fiscales establecidas.
Una
reforma laboral, que ponga sobre la mesa del dialogo las duplicidades,
las trabas para los inversores, que garanticen las conquistas laborales,
pero que generen un clima de inversiones más atractivo para los
empresarios y comerciantes extranjeros y nacionales, lo cual repercutirá
de inmediato en más empleos.
Un
pacto eléctrico, que procure mayor eficiencia en el servicio eléctrico,
competencia en el mercado del servicio de compra y venta, garantías
jurídicas para las inversiones en el país y que abarate el costo del
flujo energético.
Un
gran pacto de competitividad industrial, que establezca reglas claras
para los industriales y exportadores de productos terminados, de
servicios y de consumo interno, garantizando canales de financiación,
tasas asequibles, plazos blandos, pero garantías de repago del
financiamiento, además de facilidades impositivas para las inversiones
en bienes, equipos y empresas en el país.
Gobierno,
comerciantes, empresarios, inversionistas internos y externos, gremios,
sociedad civil y clase política deben estar envueltos en ese conjunto
de reformas, para que sean veedores de que las mismas no afecten a la
población, y que por el contrario repercutan a favor de los actores
involucrados, garantizando empleos y crecimiento del Producto Interno
Bruto.
Si
no ponemos atención al FMI y seguimos con la política de parches, sin
actuar de cara al futuro inmediato, podríamos estar lamentando mañana lo
que no fuimos capaces de asumir en su momento.