lunes, 24 de abril de 2017

JOSE (SILA) ALCANTARA! Barahona y la guerra de abril de 1965

Por José (Silá) Alcántara/Tomado de Ecos del Sur
Desde el año 1961 a 1965, en la República Dominicana, sucedieron acontecimientos políticos y sociales de gran trascendencia, que obligaron políticamente a realizar acciones que llevaron a grandes movilizaciones para sacar a los remanentes de la tiranía Trujillista del poder político y del País. Se celebraron elecciones libres por primera vez después de 31 años de dictadura trujillista y se eligió al Profesor Juan Bosch Gaviño Presidente Constitucional de la República Dominicana en 1962 por el Partido Revolucionario Dominicano.


En ese gobierno que encabezo Juan Bosch, se respetaron las libertades públicas y fueron tomadas medidas sociales, políticas y económicas muy favorables para el pueblo dominicano. Se logró promulgar una nueva constitución, y en la misma se prohibió taxativamente la reelección presidencial, se pagó la deuda externa, se aumentaron los salarios a todos los trabajadores, se iniciaron los asentamientos agrarios y en 7 meses, el gobierno regalo parcelas a los campesinos, con su casa, agua, luz y calles asfaltadas en algunos lugares.

También se consintió el regreso de todos los exiliados políticos y otros que por motivos económicos habían tenido que salir del país. Otra cosa importante fue la Constitución de 1963, que establecía, entre otras cosas, la libertad religiosa y de expresión, la libertad política, la igualdad entre hijos naturales y los nacidos bajo matrimonio, entre otros acontecimientos importantes. Estos acontecimientos sociales y políticos que favorecían al pueblo dominicano y que molestaron a los sectores más reaccionarios de la nación, provocaron que al gobierno presidido por el profesor Juan Bosch se le propinara un golpe de estado. Ese acontecimiento trajo consigo gobiernos transitorios de corte cívico militar, que atrofiaron el desarrollo económico del país.

El 29 de noviembre del año 1964, la Agrupación política 14 de junio, encabezada por su líder Manolo Tavares Justo, se levanta en armas en las montañas dominicanas declarando la guerra abierta contra el triunvirato. En Barahona, en las montañas de Enriquillo, fueron escenarios de ese acontecimiento guerrillero revolucionario encabezados por los hermanos Patnella y otros jóvenes de la época. El Movimiento Popular Dominicano (MPD), también tomo las armas para defender la patria y se fueron a las montañas de la Comunidad de Cevico, con su secretario general Maximiliano Gómez dirigiendo ese evento revolucionario.Después de todo lo acontecido anteriormente, el sábado 24 de abril del año 1965, El campamento militar 16 de agosto, ubicado en la Autopista Duarte, y el 27 de febrero, en la zona oriental, se rebelan contra el gobierno reaccionario de Donald Reid Cabral, pidiendo el retorno del gobierno del año 1963. El Dr. José Francisco Peña Gómez, hablando por una emisora de radio, arenga al pueblo a levantarse en armas y lanzarse a las calles en apoyo a los militares y al pueblo y de ese modo restablecer el gobierno constitucional de Juan Bosch.

Los Barahoneros, salieron a las calles a celebrar lo que estaba sucediendo en la ciudad capital, donde un grupo de militares forma el "Comando Militar Revolucionario" encabezados por los coroneles Vinicio A. Fernández Pérez, Giovanni Gutiérrez Ramírez, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Eladio Ramírez Sánchez y Pedro Bartolomé Benoit, que asumen el poder a las 10:30 a.m. de ese día.

Todo el pueblo de Barahona celebraba en las calles ese hecho histórico que levantaba la moral del pueblo quisqueyano. Para esa fecha, estaba comandando en la base aérea de este pueblo, el señor Mayor del ejército Eladio Marmolejos, quien reprimió al pueblo de manera salvaje el día 27 de abril. Esas manifestaciones aquí en Barahona, la encabezaban el ingeniero Español Horacio Pérez, los hermanos Ángel Luis y Alfredo Patnella, los Hermanos Frank y José del Carmen (Silá) Alcántara, Quico mancebo, entre otros.

El 28 de abril del año 1965, los Estados Unidos de Norteamérica deciden invadir nuestro País, con el apoyo de 1250 soldados de Brasil, 250 soldados de Hondura, 170 soldados de Nicaragua, 20 policías de Costa Rica, Mas una representación del Paraguay que se unieron a los 42,000 Marines Yankee, formando la supuesta Fuerza Interamericana de Paz. Los Barahoneros salieron a pedir armas para defender al pueblo que se batía a tiros contra los criminales de San Isidro. Ese día es apresado por el mayor Marmolejos y luego desaparecido, el Ingeniero Horacio Pérez, un militante revolucionario de la guerra civil española.

Ante ese hecho y en vista de que el Mayor del ejército Eladio Marmolejos no entrego las armas al pueblo para luchar desde Barahona en contra del imperialismo Yankee y ya había apresado a uno de sus líderes, los hombres y mujeres de este pueblo decidieron irse a la ciudad capital e integrarse a los comandos revolucionarios, que en cada rincón de ciudad nueva se habían organizados para defender la soberanía nacional. Hoy considero que hay todo un sector de la sociedad que por un comprometido proceso degenerativo, en su accionar social y político, han llevado la lucha hacia su provecho personal y corrupción, adoptando posiciones de alianza con los sectores más reaccionarios y recalcitrantes, convirtiendo las agrupaciones revolucionarias en coletilla de la derecha y coincidiendo con ellos en cuestiones de principios, sin revisarse y creyendo que tienen razón.

La revolución del año 1965, nos dejo lecciones de moralidad que hoy son negadas, cuando en sus actividades conmemorativas, se juntan seudo revolucionarios y reaccionarios, en un afán de protagonismo que solo deja entrever el afán de aprovecharse de una revolución a la que a través de la historia nunca defendieron y tratan con esas actividades, de obtener reconocimientos no merecidos. A esos aprovechados les decimos que nunca, por más que hablen y promuevan actos conmemorativos serán tomadas sus palabras en serio, porque el pueblo es sabio y sabe que ahí se agrupan oportunistas y lumpens sin principios, que aunque marchen junto al pueblo, siempre serán tratados como larvas del gusano que quiere nacer.