Tomado de El Nuevo Diario
WASHINGTON.- El 48 por ciento de los estadounidenses quieren que se
inicie un proceso de destitución o "impeachment" contra el presidente de
EE.UU., Donald Trump, según una encuesta de empresa demoscópica Public
Policy Polling publicada hoy.
Ese
porcentaje es mayor al 41 por ciento que se opone a que se someta a
Trump a un juicio político, que tan solo se ha iniciado en dos ocasiones
en la historia estadounidense.
El
Congreso inició pero nunca culminó el "impeachment" de los presidentes
Andrew Johnson (1829-1837) y Bill Clinton (1993-2001), mientras que la
posibilidad del juicio político forzó la dimisión de Richard Nixon en
1974.
Solo el 43 % de los encuestados considera que Trump finalizará sus primeros cuatro años de mandato.
Asimismo,
el sondeo, con un margen de error del 3,7 %, sitúa el apoyo a la
gestión del presidente en el 40 %, mientras que el 54 % se mostró en
contra de Trump, que ha sido incapaz de superar con claridad más del 40 %
de popularidad desde que llegó al poder en enero.
La
encuesta fue realizada a 692 adultos entre el 12 y 14 de mayo, después
de que Trump despidiera de manera fulminante al director del FBI James
Comey y relacionara posteriormente su salida a la investigación que la
agencia lidera sobre la posible coordinación de la campaña electoral del
republicano con el Gobierno ruso.
Ese
despido ha sido la peor crisis en una Administración que ha estado
plagada de escándalos desde su primer día y que no parece ser capaz de
despejar las dudas sobre la capacidad de Trump para dirigir el Gobierno y
poner en marcha las reformas legislativas que ha propuesto, pese a que
los republicanos controlan el Congreso.
El
proceso de "impeachment" puede ser iniciado por la mayoría simple de la
Cámara de Representantes, aunque posteriormente el juicio político es
realizado por el Senado con el magistrado jefe del Tribunal Supremo
presidiendo las audiencias.
El
Senado es el encargado de declarar culpable a un presidente con dos
tercios (67) de los votos de la Cámara Alta y destituirlo del poder,
algo que nunca ha ocurrido en la historia estadounidense. EFE