martes, 16 de mayo de 2017

ORLANDO DICE...Odebrecht a la vista

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Odebrecht a la vista
Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do/Tomado de Listin Diario
¡TRÁNQUENLO!.- El suspenso tiene a la gente en ascuas, y la prueba de los nombres de los sobornados de Odebrecht será crucial, en términos iguales, para el gobierno y para la calle. Uno deberá recuperar crédito público y la otra mostrar racionalidad política. Por ejemplo: ¿Se atrevería el procurador Jean Alain Rodríguez aplicar justicia simultánea a los implicados? Esto es, que al tiempo que lee la lista, estos sean apresados en una operación al estilo FBI o DEA.
 

La cuestión es simple, la solución fácil. Hasta ahora se manejan expedientes que no se sabe qué contienen, pero que en todo caso serían de sospechosos. Lo que no ocurrirá con los papeles que vengan de Brasil. Los que figuren serán culpables, aunque en diferentes grados. El ministerio público, entonces, no podrá excusarse con el debido proceso e iniciar una nueva ronda de interrogatorios en base a las revelaciones de fiscales o sentencias de los tribunales.
EFECTO DIANDINO.- El Procurador no lo sabe, pero debe decírsele. Con los nombres que vengan de Brasil no puede dársela de decente, de contemplativo. Al que le tocó, le tocó. No hizo el trabajo a profundidad, o por lo menos no comparte el resultado, pero si confía en la investigación de sus pares brasileños, lo que diga Brasil es lo que va. Tiempo hubo de negociar, y nadie sabe que lo haya hecho. Además, todos los que fueron interrogados salieron inocentes, y hasta regocijados, como si hubieran pasado la prueba. Así que nadie puede alegar arbitrariedad o abuso, y todos deben someterse a jurisdicción y dictámenes extraños. Diandino Peña es la medida. Bastó un programa de televisión, y ni siquiera sospechoso: ¡Culpable!
FALTA DE ARTITAJE.- Una investigación como la que lleva adelante el procurador Jean Alain Rodríguez no puede ser un paseo por parque con lago artificial. Más que ocio, obliga a trabajo, pero también a prudencia, a comedimiento, y sobre todo a entereza. Sin embargo, la impresión es que el funcionario, que todo el mundo sabe que se mueve en un terreno minado, teme que bombas antipersonales le estallen en los pies y lo dejen sin piernas. Muy técnico, poco político. Entre sus fallas está la falta de histrionismo. No sabe entretener a la gente, haciendo cosas de cara a la calle, o filtrando datos o situaciones, como es propio en estos casos. Contrario a lo que se cree, en otros países no han hecho más que aquí. Todos dependen del mismo fondo de investigación. Solo que adelantan partidas y hacen el aguaje de meter uno o dos presos.
EL REFUERZO.- El procurador Jean Alain Rodríguez fue quemado desde el principio en una hoguera: la de la incredulidad. Ojalá tenga la misma suerte que Juana de Arco y después lo hagan santo. No se tiene claro si el ánimo es propio o se lo impone su superior. Aunque hay iniciativas que suponen búsqueda de refuerzo estratégico. El viaje a Washington, por ejemplo. Dígase lo que se diga, datos no fue a buscar, pues tiene al igual que todo interesado el informe de los fiscales norteamericanos, y ese expediente es lo que puede llamarse un merengue sin letras. Sin embargo, le haría bien a su trabajo que las autoridades de Estados Unidos hagan lo que suelen hacer en estos tiempos: anular la visa a funcionarios o personajes que falten a la moral administrativa, que incurran en actos indebidos. Si al tiempo que declara prisión, los encarcelados pierden la visa, su acusación tendrá más fundamento…