Tomado de Diario Libre
ROMA.
El papa Francisco criticó este lunes la “especie de competición entre
padres e hijos” por actuar como jóvenes, “una de las amenazas
inconscientes más peligrosas” pues, advirtió, los adolescentes tienden a
aislarse por falta de referentes adultos.
“Hoy hay una especie de competición entre padres e hijos (...).
Nuestros
muchachos hallan mucha competición y pocas personas con las que
compararse”, dijo el pontífice en la apertura de un convenio de la
diócesis de Roma sobre la educación familiar de los adolescentes.
Señaló
que “el mundo adulto ha aceptado como paradigma y modelo de éxito la
‘eterna juventud’” y cree que “crecer, envejecer, madurar sea algo malo,
sinónimo de vida frustrada o acabada”.
Francisco,
que se desplazó a la basílica de San Juan de Letrán, dijo que en
“cierto sentido esta es una de las amenazas ‘inconscientes’ más
peligrosas en la educación de nuestros jóvenes: excluirles de sus
procesos de crecimiento porque los adultos ocupan su lugar”.
“Adultos
que no quieren ser adultos y quieren jugar y siempre ser adolescentes.
Esta marginación puede aumentar una tendencia natural que tienen los
jóvenes a aislarse o a frenar sus procesos de crecimiento ante la falta
de un referente”, advirtió el pontífice.
Por
otro lado, Francisco señaló que “la adolescencia no es una patología
que deba ser combatida sino que forma parte del crecimiento normal,
natural de la vida” de los jóvenes.
En
este sentido dijo que le preocupa “la tendencia a medicar precozmente a
los adolescentes” llenando sus agendas, “peores que las de un alto
dirigente”, para mantenerles ocupados.
El
papa también alertó del “fenómeno creciente de una sociedad
desarraigada”, con “personas y familias que poco a poco van perdiendo
sus vínculos, ese tejido vital tan importante para sentirnos parte los
unos de los otros”.
“Una
cultura desarraigada, una familia desarraigada, es una familia sin
historia, memoria y raíces. Y cuando no hay raíces, un viento cualquiera
puede arrollarnos”, subrayó.
Por
eso el papa destacó la importancia de hacer que los jóvenes conozcan su
tierra y sus orígenes y apuntó que las redes sociales, por más que
parezca que pueden ofrecer ese aspecto de red e interconexión, lo cierto
es que generan relaciones “volátiles”.
“Si
queremos que nuestros hijos estén formados y preparados para el futuro,
no lo lograrán solo aprendiendo idiomas (por poner un ejemplo). Es
necesario que se conecten, conozcan sus raíces”, dijo.
Por
último, el papa apostó por un modelo educativo basado en lo que definió
como “una alfabetización sociointegrada”, es decir, que integre el
intelecto, los afectos y la acción.
“Quieren
ser protagonistas: démosles un espacio para que lo sean, orientándoles
obviamente, y dándoles instrumentos para experimentar ese crecimiento”,
aconsejó el pontífice, quien se reunió además con algunas familias de
inmigrantes acogidas por las parroquias romanas.
El
papa Francisco centra una parte importante de su ministerio a los
jóvenes y la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos en 2018
versará sobre el tema de la juventud.