martes, 20 de junio de 2017

ORLANDO DICE... Más de Odebrecht

Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do/Tomado de Listin Diario
DE CONTRASTE.- El gobierno es víctima de los atrasos y beneficiario de la discreción de los brasileños. La falta de nombres impedía a la Procuraduría actuar como manda la ley contra los sospechosos de soborno de Odebrecht. 


De nada valía el ánimo chiché de caiga quien caiga y hasta las últimas consecuencias, si no se tenían manos los pelos y las señales. Citar a ciegas no era lo más adecuado si de por medio estaba la política, y la política tocaba al gobierno y a la oposición. Brasil por tanto era la medida de todas las cosas, y Brasil lavaba, pero no prestaba la batea. Nada más hay que fijarse en la situación. Se usó la brújula brasileña, y sin embargo, se reniega de la dirección. La oposición alega persecución política. Solo hay que suponer lo que habría sucedido si el Procurador, cansado de esperar, hubiera hecho una lista a voluntad y riesgo. Las de Caín, pues Abel quedó fuera del reparto y libre de responsabilidades. La gente se queja de que el gobierno no reacciona, pero hay que reconocer que no reacciona en ninguno de los sentidos. No favorece a los propios, pero tampoco responde a los extraños…

HORMIGAS QUIETAS.- El gobierno pudiera echar de lado la justicia y dejarse arrastrar al terreno político, como quisiera el PRM, pues no hay dudas de que sus tácticas de calle son más adecuadas que las de su oponente. Las dos últimas campañas electorales hablarían por sí solas. Los contrarios denuncian sus estructuras de información y propaganda, y más que queja, hay dolor. Fueron víctimas de su efectividad desmesurada. Sin embargo, el gobierno se contiene, se resiste a pelear a campo abierto. Hace suya una norma de buen gobierno: No se agita desde el poder. A menos que el Presidente se considere Mao (no el pueblo, sino el estadista chino) y se apropie de la Revolución Cultura. Ganas no faltan a sus seguidores, muchos de los cuales se sienten como los niños que mueren sin bautizarse, en el limbo, y sin saber qué hacer…

SUTILEZA IMPOSIBLE.- Entre sutilezas la política se hace imposible. El Gobierno, sin embargo, tiene sus objetivos y busca resultados. Por ejemplo, se ocupó y afanó de no ser agarrado con la mano en la masa política con Odebrecht. Quiso y logró que Joao Santana y Mónica Moura lo descargaran del delito del financiamiento de campaña. Él dijo que no, ella por igual. Odebrecht ayudó económicamente a muchos candidatos presidenciales en otros países de América Latina, y también de África, pero no en República Dominicana. Se hace cuesta arriba, y Marco Vasconcelos dijo otra cosa, y Temístocles Montás confirmó, pero en el caso la opinión que importaba era la de los esposos Santana-Moura, ya que eran los gestores de ese modus operandi. De esa de la que el gobierno se considera librado…

EXISTE DIOS.- Odebrecht existe para el Gobierno porque existe Punta Catalina. Las obras construidas, y en las que hubo sobrevaluación y soborno, al parecer no son de su responsabilidad. No le alcanzan, no le tocan, y por el momento, y de cara al proceso judicial, no considera su gestión imputada. Como tampoco cuenta entre sus relacionados a los dirigentes del PLD que figuran en el sometimiento, aun cuando uno hasta hace poco ocupó un alto cargo. La publicidad oficial, el grueso, tiene un solo cometido: Convencer de las bondades de las benditas plantas. Incluso nombró una comisión especial para que investigara sobre ese particular, y esa iniciativa se tomó pensando que por mucho que averigu¨en no encontrarán nada anómalo. El tiempo, o el retraso, es su peor enemigo. Si Punta Catalina estuviera lista y funcionando, con mucha energía y barata, sus adversarios quedarían fuera de juego. A eso, al menos, apuesta el gobierno…