Cristina Heusel/EFE
San Juan, Puerto Rico/Tomado de Listin Diario
Los puertorriqueños acudirán hoy a un plebiscito para determinar si la
isla se convierte en el estado 51 de Estados Unidos o si se despoja de
los lazos que durante más de un siglo han unido el territorio caribeño
con el gigante del norte.
La consulta, que se realiza en medio de una profunda crisis financiera y
con la isla en quiebra, también preguntará a los puertorriqueños si
desean continuar con el estatus actual de Estado Libre Asociado.
El plebiscito, que no es vinculante, es el quinto que se celebra en
busca de un destino para la llamada "isla del encanto" y todas las
encuestas aseguran que la "estadidad" contará con el respaldo de la
mayoría de los 2,3 millones de votantes habilitados.
Según el gobernador Ricardo Roselló, que convocó al plebiscito tras ser
electo por el Partido Popular Democrático (PPD) a fines del año pasado,
al ser Puerto Rico un estado de EEUU sus habitantes dejarán de ser
ciudadanos de segunda categoría, podrán participar en sus elecciones y
serán favorecidos con los programas federales.
Pero para quienes se oponen, la consulta es un ejercicio fútil que
correrá la misma suerte de otras cuatro anteriores en que ganó la
estadidad pero chocó con la indiferencia del Congreso de Estados Unidos
que debe dar su aprobación final.
"Este plebiscito es una pérdida de tiempo. No tiene ninguna
consecuencia y no tiene validez porque no se la ha dado el Departamento
de Justicia", de EEUU, dijo a Efe, Héctor Ferrer, presidente del Partido
Popular Democrático (PPD) que anunció que boicoteará la consulta.
"El gobernador dirá que son mayoría, pero nosotros diremos que hubo
trampa, que este ha sido un proceso amañado", agregó Ferrer.
El político de oposición aludió también a la ley "Plan Tennessee",
aprobada a pocos días del plebiscito, que establece el envío de una
misión a Washington para presentar el resultado y gestionar su
aprobación en el Congreso.
"Nosotros también iremos a Washington, pero será para denunciar esta
consulta que no es otra cosa que un proyecto político que no significa
empleo, producción desarrollo, ni avance económico", dijo.
Ferrer indicó que el plebiscito ha costado siete millones de dólares y
se gastarán más millones en enviar a funcionarios en momentos en que el
país sufre una profunda crisis.
El líder del principal partido de la oposición se refería así a una
bancarrota declarada por el gobierno de la isla que no puede pagar una
deuda que asciende a más de 70.000 millones de dólares.
Las consecuencias se han hecho evidentes en la caída de la economía en
cortes a los presupuestos de la principal universidad del país, a los
servicios policiales y, sobretodo, en un éxodo permanente de su
población de unos tres millones de habitantes.
Según el Instituto de Estadísticas cada mes en 2015 una media de 7.000
puertorriqueños trasladaron su residencia a Estados Unidos, en tanto que
el Instituto Pew de Investigaciones de EEUU indica que ya en ese país
residen unos 5,1 millones de habitantes de la isla.
Por otra parte, economistas locales pronostican que la situación
económica y financiera del país continuará declinando en los próximos
años y que el crecimiento caerá un 4 por ciento entre 2018 y 2019.
Un 46 por ciento de la población de poco más de tres millones de
habitantes vive bajo el nivel de pobreza y el desempleo es actualmente
de un 11,5 por ciento.
A pocas horas de que se celebre la consulta, en la que la población
podrá votar entre las 8:00 de la mañana y las tres de la tarde
(12.00-19.00 GMT), el partido en el poder, el PNP, apuraba en Bayamón,
cerca de San Juan, la campaña a favor de la estadidad.
Los carteles, son escasos en las calles de la isla, mientras que los
anuncios de televisión son más profusos, la mayoría de ellos partidarios
de un futuro estado de Estados Unidos.
Tal y como explica a Efe Margarita Tullón, de 52 años, "votaré porque ese es mi derecho".
"Lo haré por la estadidad ya que de esa manera podré votar por un
presidente estadounidense. No entiendo por qué no lo he podido hacer
nunca teniendo el pasaporte estadounidense! Es ridículo", dijo.
Sin embargo, Ricardo Madariaga, de 25, consideró que es "absurda la
estadidad, ¿Qué nos va a aportar? Eso no va a suponer más puestos de
trabajo, ni bajada de precios ni vivir mejor...".