Tomado de Diario Libre
Los diputados han aprobado “de urgencia” un proyecto de ley para que los días feriados se celebren el día que caigan, pretendiendo derogar así una ley racional que seguía la tendencia mundial con relación a las fechas conmemorativas.
Nadie entiende la prisa ni el motivo de la modificación.
La mayoría de los días feriados, incluyendo los religiosos, son celebrados por núcleos específicos, no por toda la población. Por tanto, obligar a toda la población y a las actividades económicas a parar un miércoles, por ejemplo, es una irracionalidad.
Los días festivos movidos al fin de semana tienen dos ventajas visibles para todos: permiten una mejor planificación de la producción del país y aseguran un descanso a todos a través de los fines de semana largos que se producen. Este proyecto rompería con estas dos ventajas de la ley anterior.
El perjuicio afectaría a toda la industria turística, desde hoteles hasta el transporte y a la producción, sin beneficiar a nadie.
Ojalá el Senado no haga caso a este dislate de los diputados.