martes, 25 de julio de 2017

AY, AY AYYY, ME ENGAÑARON! ORLANDO DICE... La judicatura y sus padrinos

La judicatura y sus padrinos/Listin Diario
Orlando Gil-orlandogil@claro.net.do
VIEJOS TIEMPOS.- En el antiguo régimen los jueces de todas las instancias de la judicatura nacional eran nombrados por el Senado de la República, y se daba un reparto legal y “equitativo”: Cada senador era dueño o responsable de determinado número de tribunales, y ejercía su poder con discreción o con desenfreno. Pero era el senador, el representante de la provincia. Las sentencias salían contaminadas, claro está, pero no eran obra directa y personal del magistrado, sino de los intermediarios políticos que actuaran en el caso. En ese tiempo se denunciaba como ahora a la justicia, pero no a los jueces, que eran por igual víctimas del sistema. 


Un ahijado agradecido hace lo que le pide, solicita u ordena el padrino. Como era propio que ocurriera, pues al decir del cantante “ nada es para siempre ”, la situación hizo aguas y nuevas modalidades se impusieron. En vez de la cámara alta, el Consejo Nacional de la Magistratura. Antes era jueces de los senadores, ahora jueces del presidente. El nuevo órgano es más diverso, pero igual de político. El consenso lo viven esperando, pero nunca llega, y debe procederse de acuerdo al orden establecido…

INTENTOS FALLIDOS.- La propiedad de los jueces era tan indiscutible que vale recordar el caso del senador por la capital que salió como Diógenes con una lámpara al mediodía a reclutar profesionales del derecho en otras demarcaciones. Quiso hacer la diferencia, y la hizo, pero la procedencia de universidades no cambió el fatalismo y la justicia no mejoró por esa vía. El consejo Nacional de la Magistratura no modifica el signo ominoso. La cuestión, sin embargo, no parece entenderse. Por ejemplo, lo más simple: el CNM tiene rango constitucional. No fue que el presidente Danilo Medina invitó por cortesía al senador José Ignacio Paliza y a la diputada Josefa Castillo del PRM a participar en la escogencia de los nuevos jueces del Tribunal Superior Electoral y los faltantes de la Suprema Corte de Justicia. Ellos eran miembros de pleno derecho…

ERAN PARES, IGUALES.- Esa condición o ese rango los colocaba al mismo nivel que el presidente de la República, los presidentes de las cámaras, el presidente de la Suprema Corte de Justicia y un miembro adicional de este alto tribunal y el Procurador General de la República. Ese nivel por tanto les daba derechos e imponía iguales responsabilidades y obligaciones. El país vio como hicieron de jurado examinador, pero no como se partió el bacalao. Lo supo dividido y muy cargado de sal porque se informó en su momento. La complacencia pública obvió el hecho fastidioso de las ausencias. La no firma del acta final, la no comparecencia en la rueda de prensa, como se hizo desde el principio, y la no asistencia al acto de juramentación. Distancia impropia si se vuelve al origen y a la pertinencia constitucional…

LA CLAVE DE TODO.- Habría que preguntarse, pero la respuesta sería asunto de expertos, si las ausencias del senador Paliza y de la diputada Castillo desligan al PRM del Consejo Nacional de la Magistratura. ¿ Cuál sería la clave o elemento de propiedad, si la participación en los actos previos o la renuencia final ? La Constitución integra, no disgrega, por lo que abstenerse en las decisiones finales o cruciales repercute en el ánimo, pero no en el resultado. La idea era el entendimiento, y fue compartida desde el momento que acudieron a la cita, y el propósito era el consenso, y ese fue el temperamento de todos, puesto que en caso contrario no se hubieran pasado horas o días evaluando e indagando hojas de vida. El trabajo lo hicieron entre todos, aunque la selección fuera obra de la parte oficial. Si se hubieran ido desde el inicio como se planteaba desde el partido, no alcanzan el objetivo estrella: Dejar fuera a los antiguos titulares…