Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do
HABLAR
BONITO. Los representantes del PRM ante el Consejo Nacional de la
Magistratura van a tener que hablar más bonito para convencer a la
opinión pública de que no hubo cambios en el Tribunal Superior
Electoral.
Que otras caras, que otros nombres y apellidos, pero que en
el fondo todo igual. El mismo PLD dueño de la pelota, el bate y la
trocha. Y deberán esforzarse más, pues la culpa no podrán echársela a
los consejeros oficiales. La gente observa y se forma su opinión, y la
gente vio que el senador José Paliza y la diputada Josefa Castillo se
sintieron en sus aguas, sin fastidio, y tan tranquilos en la transmisión
que nunca salpicaron. Contrario a esos niños que si los dejan bañarse
solos hacen un reguero. Si se apropiaron del escenario, justo era que
también del resultado. Decir ahora que el gobierno tomó para sí todas
las cartas, estando como estaban en la mesa, no es una posición honesta,
seria, consecuente. Existían las condiciones y ellos recibieron un
mandato, y no solo de su partido, sino de una comunidad mayor, para
procurar una justicia electoral más apropiada.
GALLOS
Y GALLINAS. No tiene sentido insistir tanto en la convocatoria del
Consejo Nacional de la Magistratura para ahora decir sin rubor las
sacrosantas palabras, oídas en tantos templos y ocasiones diversas, de
que “no llenó las expectativas”. No puede acudirse al manoseado cliché
de que cantaron como gallos y pusieron como gallinas, pues en el caso
hubo gallos y hubo gallinas. Aunque sí resaltar un hecho marginal. El de
vestirse elegantemente para ir a un matadero. Pues no fueron más que
ovejas de sacrificio. ¿Cómo defender su fracaso acusando a los nombrados
de peledeístas, si tuvieron tiempo y oportunidad de evitarlo? Si las
identidades fueron sometidas a un proceso de preselección, muy riguroso
-según se dijo-, era con el propósito claro y determinado de depurar
esas listas.
CASI
FORFAIT. En estos casos se busca consuelo repitiendo una frase de
origen bíblico de que no se debe llorar ante la leche derramada. Sin
embargo, la cuestión va más allá del suelo. Lo que hicieron los
representantes del PRM fue peor, e inexplicable. Como en un juego de
volibol le pusieron al gobierno el balón a la altura de la malla, de
manera que pudiera rematar, y parece que lo hizo de formas admirable, si
se consideran las quejas de los consejeros de oposición. Ahora, si eso
fue así, y era previsible ¿por qué no se exhortó o se promovió para que
profesionales del derecho sin militancia conocida se inscribieran y
participaran como potencial personal de recambio? Si dejó la cancha a
los parciales del gobierno, y no hizo suficiente para dificultar el
juego, que no haga querella. El resultado puede interpretarse como
forfait.
¿AHORA
QUÉ? Nada, lo mismo. El perro dio vuelta sobre sí mismo tratando de
morderse la cola y no pudo. El país pensó en un avance institucional, en
un consenso de altura, con la selección de los nuevos miembros del
Tribunal Superior Electoral, y los consejeros de la oposición confiesan
frustración. Entonces no hay más nada que hablar. Una instancia menos a
la cual acudir, una alta corte ante la que no deberá recurrirse, y el
PLD mantiene su hegemonía en los órganos del Estado. Aunque en la
ocasión no deja de ser curioso que se descalifique el TSE antes de este
juramentarse o asumir funciones. En un tiempo en que coger “fiao” está
de moda y es el medio más efectivo de comercio, a los nuevos magistrados
no les dieron ni el crédito de la duda. Aunque habrá que ver si la
opinión de los consejeros José Paliza y Josefa Castillo se impone, se
desluce el proceso y el PRM ejerce venganza de tanda extendida. Saber más: