sábado, 29 de julio de 2017

PANORAMA POLÍTICO... Danilo le echa mano a una táctica coreana

Guarionex Rosa | Analista político
Santo Domingo/Tomado de Listin Diario
Después de todo lo que ha pasado en la República Dominicana en los últimos meses, con el escándalo de Odebrecht vivo todavía, al presidente Medina le han estado pidiendo que hable. El miércoles habló frente a las peticiones de un cura, pero lo hizo para defender su obra.


Medina fue al ataque como hace mucho tiempo que no se le veía tras hablar el padre Benito Cruz Lantigua, párroco de Los Salados, Santiago, quien bendijo dos centros educativos que forman parte de la llamada “revolución educativa” que impulsa su régimen.

El Presidente oyó con calma lo dicho por el sacerdote Cruz Lantigua, pero cuando tomó la palabra, lo que no estaba en el orden, lo hizo para aclararle las cosas al religioso, y, posiblemente, con la intención de que el mensaje llegara a sus adversarios políticos.

Al Presidente le picaría que le entrega el gobierno a la iglesia Católica, al parecer no es tan bien valorado. Los gobiernos desde la época del generalísimo Trujillo han sido los grandes constructores de catedrales e iglesias aumentando el tesoro episcopal.

Pese a ello últimamente se han desatado quejas de sectores interesados. Los ganaderos alegan que tienen grandes pérdidas; los industriales de Herrera le echaron manos a su sombrilla amarilla para reclamar arreglo y las farmacias dicen que están quebradas.

Todas esas supuestas quiebras no guardan ninguna relación con las ganancias que dice cada tres meses que tiene la banca comercial, cuyas sucursales crecen como hongos por todo el país, con ayuda de la mano proverbial del régimen y la enorme clientela.

Al parecer es el mejor momento para las reclamaciones. El verbo exigir se ha puesto de moda porque hasta lo utilizó el flamante arzobispo de la capital, monseñor Ozoria Acosta, en un acoso al régimen que pudo verse extraño por el debate sobre despenalizar el aborto.

Podría ser una muy mala percepción lo de que la Iglesia quiere dirigir el país; que elige a sus gobernantes de manera democrática, contrario al concepto del estado Vaticano, que designa a sus obispos de manera autoritaria sin escuchar las voces de sus feligreses.

A un gobierno supuestamente débil se le puede exigir cualquier cosa y se espera que tenga que transigir por la necesidad de mantener su popularidad, que de una forma u otra forma se ha visto menguada en los últimos meses en lo que se debate el escándalo Odebrecht.

Medina ataca
El Presidente utilizó el pasado miércoles la técnica coreana de que la mejor defensa es el ataque, aunque quizá minimizó el mensaje del cura. Por eso se dice que su réplica iba dirigida a los adversarios que por todo el país animan la Marcha Verde con evidente éxito.

Algunas de las respuestas del presidente Medina fueron verdades como puños. El crecimiento de la economía dominicana que ubica al país delante de la mayoría de las naciones del continente, no es invento del Banco Central sino reconocimiento internacional.

Lo que podría estar ocurriendo es que el país, quizás alentado por ese perfil macroeconómico, quiere vivir como si fuera rico y sus clases medias y bajas al compás de cómo andan grandes países como Estados Unidos, adictos al consumo de todo tipo y sin sentido.

El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu dijo al Listín Diario el pasado jueves que la entidad liberará RD$20,423 millones del encaje legal bancario; se entendería que para impulsar el desarrollo, pero en parte para complacer la voracidad dominicana por el consumo.

En su respuesta al padre, Medina dijo que por el crecimiento económico los organismos internacionales de financiamiento no donan recursos porque el país pasó de tener ingresos bajos a medio altos, indicando que lo malo es que “ya no se recibe ayuda porque podemos valernos.”

Medina dijo además que muy probablemente para el año 2018 el ciento por ciento de los estudiantes del sector público dominicano estará en la modalidad de tanda extendida, “lo que es un gran logro que algunos países de la región no han alcanzado”.

En los casi cinco años en el poder, Medina ha invertido mucho de su tiempo en las visitas a los campos, y como dijo ante el cura y los presentes en la inauguración de las escuelas: “Los cuatro ejes para impulsar el desarrollo nacional son el turismo, la agropecuaria, las pymes y la industria”.

La creciente inmigración de haitianos a la República Dominicana que trabajan en los campos y en las ciudades donde han impuesto su pañete mazacotudo y costumbres gracias al afán de lucro de los promotores de viviendas y del mismo estado que no usa obreros dominicanos, es un aspecto que no se toca, cuando el tema salarial está presente.

La zaga Odebrecht
Lo último que le ha podido caer al régimen de Medina, como si fuera una especie de “sal de Caín”, es la confesión del abogado brasileño Rodrigo Tacla, encargado de pagar los sobornos de Odebrecht, de que la empresa financiaba fiestas a los funcionarios dominicanos.

Esas supuestas fiestas con prostitutas que Odebrecht llevaba también a Panamá, se unen a los sobornos por los cuales están en justicia un grupo de antiguos funcionarios, legisladores y empresarios. Vienen a dañar mucho más la imagen de sus familias.

En el menor de los casos se pensaría que tantas denuncias y al parecer las que se susurran, no pueden ser pasadas por alto atribuyéndolas solamente a razones políticas. Al gobierno de Medina podría convenirle una fumigación que no tenga contemplaciones.

Las recientes denuncias de que la Cámara de Diputados giró el doble de su presupuesto en gastos de representación, dietas y viáticos, y una enorme colocación publicitaria y de relaciones públicas, agitan más escándalos.