ORLANDO DICE
Perredeístas y la “encuesta de la resaca”
Perredeístas y la “encuesta de la resaca”
Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do
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EL RÍO.- Las aguas del PRD
siguen su curso, pero ya no tan agitadas, y lo que es más importante,
recuperaron su nivel. Era esperable después de que el Tribunal Superior
Electoral dejara sin efecto las acciones del sector insurgente.
La legalidad no es decisiva en el conflicto, pero los fallos fueron
como anclas: impiden por lo menos que el barco salga de puerto. Además,
Miguel Vargas intenta ponerse las pilas, suelta un poco la lengua y
anima a su grupo. Tal vez no rinde como debiera, pero sus primeros
encuentros provocaron entusiasmo en una soldadesca que no solo estaba
desmovilizada, sino algo peor, desmoralizada. Las demostraciones de
Santiago, de El Rancho (Feria Ganadera, capital) y de San Cristóbal
fueron signos de vida en momentos en que se daba a su grupo por muerto.
De manera que ahora hay de parte y parte. La persecución se hace más
difícil cuando el supuesto débil se resiste, pero sobre todo presenta
batalla. Se pensó que eran Vargas y Rafael –Fiquito– Vásquez, y que eran generales sin tropas. La verdad que estas están apareciendo y llegando a los escenarios…
LAS CABEZAS.- La situación del
PRD no es la misma de los días siguientes a las elecciones, pues no solo
“el agua se aclara sola al paso de la corriente”, sino que la distancia
permite pensar mejor, o tener una perspectiva a más largo alcance. Por
ejemplo, se habla de una Tercera Fuerza, que no sería más que un engaño.
La constituirían quienes quieren pescar en río revuelto. La estrategia,
además de perversa, es sencilla: Dejar que se diezmen Hipólito Mejía y
Miguel Vargas para aparecerse como paramédicos y alzarse como
salvadores. Aunque la verdad es que hay dirigentes o militantes que no
tienen rencores y no se sienten animados a afilar cuchillas para las
gargantas de unos ni de otros.
Incluso, que se preocupan de esa imagen díscola que proyecta el
conglomerado, pues afecta a todos. A los airados del 20 de mayo, a los
dolidos del 6 de marzo y a quienes tienen sentido de manada y se someten
a la institucionalidad. Aunque los involucrados creen lo contrario, no
todo en el PRD es Vargas o Mejía. Hay perredeístas que solo son eso:
perredeístas, y conservan las cabezas sobre sus hombros…
LA RESACA.- Circula desde la
semana pasada una encuesta que se atribuye a Wilson Rodríguez (por lo
que no hay dudas de que es cosa de perredeístas), que es reveladora. La
llaman La Encuesta de la Resaca, pues busca medir el efecto de los
tragos que se tomaron de más en el pasado proceso y saber
cómo quedó Miguel Vargas entre sus compañeros. En un caso importa el
punto y en otro la i, ya que no fue fácil juntarlos. Por ejemplo, los
porcentajes que se refieren a revisar todo el proceso o renovar los
cargos superan a los de sancionar a Miguel Vargas, de las muchas maneras
posibles, incluyendo la expulsión. Es decir, que la venganza que se
quiere aplicar como un sine qua non para seguir adelante, no es la
decisión que se coloca en el primer plano. La actitud de la mayoría de
los perredeístas es más juiciosa. La derrota no fue obra de un hombre,
por muy malo que fuera, y su sola sangre no redimirá un pecado que,
además del origen, es colectivo. Todos comieron de la manzana, solo que
en momentos diferentes. Insisto en que si se va a hablar del 20 de mayo,
hay que hacerlo también del 6 de marzo…
LA PÁGINA.- Si en el PRD hay
gente interesada en conocer la real situación es porque hay quienes
están dispuestos a pasar la página. La empresa de Wilson Rodríguez fue
que hizo la encuesta, pero no la financió. Este dato es importante, y de
seguro los perredeístas o ya lo saben o lo averiguarán, pues son muchas
las implicaciones e incluso las consecuencias. No todo en el PRD,
insisto, es Miguel Vargas e Hipólito Mejía. Hay dirigentes que le sacan
el cuerpo a ese tema y hablan de sus propios proyectos. La Encuesta de
la Resaca no solo midió a Vargas, o a Hipólito, sino a otras figuras que
se creen o son importantes. La gente tal vez ni lo sospeche, pero los
perredeístas lo saben. Son tantos los que corren detrás de la nominación
presidencial o la presidencia del partido, y de manera tan atropellada,
que van a chocar antes de tiempo, pues la mayoría quiere salir por la
misma puerta. La de Mejía. Tampoco se sabe si es bueno o malo, pero en
tanto entre los insurgentes aspira hasta el gato (y también el ratón),
entre los