ORLANDO DICE
La renuncia del Procurador y la presión a Danilo por los cargos
La renuncia del Procurador y la presión a Danilo por los cargos
Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do/Tomado de Listin Diario
orlandogil@codetel.net.do/Tomado de Listin Diario
¿OH, Y ESO?.- Cuando Radhamés
Jiménez puso su renuncia como Procurador General de la República a
partir del 16 de agosto, nadie del gobierno entendió la razón de esa
inusual iniciativa, y tal vez quien menos la entendió fue el presidente
Leonel Fernández.
Al parecer fue muy de Jiménez, no la consultó y
tampoco previó consecuencias, en el caso de que se produjeran. ¿Qué era
lo que pretendía, hacerse el gracioso o desestabilizar la
administración? Se hacía impensable que la acción fuera contra el
presidente Fernández, cuyos lazos van más allá de la simple relación de
poder. Pero, y entonces ¿Por qué contra Medina? ¿Qué le hacía creer que
no podría ocupar esa posición en el nuevo régimen? Nadie le preguntó,
pero tampoco lo dijo por voluntad propia. Por suerte los peledeístas
tienen cabeza propia, advirtieron que esa no era una línea del
mandatario, y el gesto se quedó en lo sabido desde siempre: que una
golondrina no hace verano. Jiménez, por lo visto, se dio cuenta del
error y no muestra ni prisa ni cansancio. Simplemente espera su día,
como todos los demás miembros de la actual gestión…
LOS LÍMITES.- ¿Qué es lo que
conviene o apreciaría Danilo Medina en cuanto a la formación del nuevo
gobierno? Se habla de la continuidad del Estado, no de los funcionarios.
Los actuales titulares fueron seleccionados por el presidente Leonel
Fernández, a quien deben guardar lealtad hasta el final de su mandato y
sin que importe que la entrante administración sea sustentada por el
mismo partido. Cada alto cargo, por tanto, deberá correr su propio albur
y de ninguna manera su suerte dependerá de su antigua subordinación.
Las comisiones de transición fueron el mejor indicativo. Si todo fuera a
quedarse igual, no había necesidad de nombrarlas y mucho menos de que
hagan un trabajo a conciencia, a que vayan más allá de lo protocolar. De
que no sea un ritual inútil y para llenar las apariencias. Lo que
confunde a quienes quieren confundirse es que ninguno de los de ahora se
quedó fuera de la campaña y que algunos se empeñaron en verdaderas
hazañas, y lo que es mejor, la lograron. Los méritos se reconocen y se
aplauden, pero también se premian…
LOS OTROS.- No ha vuelto a
producirse una renuncia como la de Radhamés Jiménez, pero se levantan
voces fuera del gobierno y del PLD que demandan la dimisión inmediata de
todos los funcionarios. Y la razón luce tonta: dejar el espacio limpio
para que Danilo Medina pueda nombrar su gente sin compromisos ni presión
de los actuales ocupantes. La verdad, que si hizo compromisos, deberá
cumplirlos, y deberá cumplirlos sea que el favorecido esté o no en la
nómina pública. Y de presión, ni hablar. ¿Cómo puede presionarse al jefe
del Ejecutivo para que designe en determinada posición a un compañero
de partido u ocasional de la campaña que considere no es el adecuado? De
Medina dicen que no aparece, que despacha desde oficinas desconocidas. Y
eso está muy bien. Sin embargo, se hace necesario que haga correr una
historia negra, inventada al efecto, de que se molesta con los lanzados,
con aquellos que no se contienen, y casi lo asaltan con los cargos y
los reclamos de nombramientos. Que a su entender, quien no pueda
aguantarse hasta el 16, que tumbe y olvide…
EL VIOLÍN.- La impresión que se
tiene es que los peledeístas, como llevan ocho años seguidos en el
poder, no tienen tanta necesidad de un cargo como los perredeístas que
desde el 2004 no saben por dónde anda Linda. Incluso, se tiene otra
idea. Que algunos aprovecharon bien estos años de gloria y que con tan
buenos “ahorros” pueden sobrevivir sin cobrar los días 25. Sin embargo,
son simples pareceres, conjeturas que no corresponden a la verdad. Lo
verdadero es que a muchos peledeístas angustia la posibilidad de que en
un gobierno de su partido, habiendo ganado el candidato de su
preferencia, les apliquen la alegre consigna, ideada para los contrarios
en el 2004, de que “E pa’ fuera que van”. Se hará difícil convencerlos,
pero podría suceder y ser algo natural. La consecuencia de la dinámica
de la política. Estoy pensando en los puestos medios, o bajos, pero
igual en los altos. Hay quienes adelantan que están cansados, que les
haría bien un respiro, que hay que dar paso a otros compañeros. Pero
como dice un amigo mío: El Violín de la Vieja Belén. El doctor Merengue
se encarna con tanta facilidad…