¿Qué se busca con esa provocación?
Tomado de El Expreso del Sur
Sería cuestión de salud pública en el aspecto psicosocial, o sea, de salud social, que alguien le explique al pueblo si para un simple operativo de chequeo de motocicletas se hace necesaria la presencia de un personal policial portando armas de guerra como son las metralletas.
Esos operativos son del todo necesarios como profilaxis y prevención delicuencial en una ciudad en la que parece que la delincuencia ha desbordado la capacidad de prevención policial.
Pero de ahí a que se aprovechen estos operativos para una exhibición burda de poder mortífero, sobre todo ya desfasada, en una sociedad que apuesta por la modernización de sus instituciones, es simplemente provocación.
No se debe de olvidar que en los sucesos trágicos que recientemente ha bañado de sangre a la sociedad dominicana, han sido precisamente policías los que los han protagonizados. Ahí tenemos los ejemplos del estudiante de Medicina de la UASD y el de la profesora Moquete de Barahona, entre otros.
En otras palabras, ese personal policial que a lejos se les ven las ganas de “tirar tiros” no es una garantía de la seguridad ciudadana, mucho menos, cuando se portan y se exhiben armas inusuales como si con eso se quisiera amedrentar a la población civil.
Porque, y nos preguntamos, ¿Para pedirle la matrícula de una motocicleta a un ciudadano se hace necesaria una metralleta, una Uzi, o cualquier otra arma de alta capacidad de fuego y de largo alcance, un policía engafado, un policía que dice no conocer a nadie porque no es de aquí, según él?
No ombe! Eso es innecesario. Vamos a modernizarnos.
Pareciera que estamos en el Golfo de Gaza, o en Irán, o en Afganitán, o por aquí cerca, en la línea limítrofe entre Venezuela y Colombia.
Es por eso que se hace urgente la reforma de la policía dominicana.