Pequeñas cosas con altos valores económicos
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Con frecuencia vemos a dirigentes
comunitarios, líderes políticos, representantes de las iglesias y
personalidades de la vida pública hacer reclamos al gobierno sobre
construcción de obras y exigencias para resolver problemas en las
comunidades y de los males que abaten a la nación dominicana.
Se levantan voces de reclamos salariales,
incrementos para las áreas de educación y salud, para construcción de
viviendas y carreteras y otras necesidades que por años han estado
latentes en nuestro país.
Un Estado es la misma variable de una entidad
económica. Tiene sus ingresos proyectados anuales y los gastos deben
ajustarse a ese valor presupuestado. Cuando los egresos o gastos se van
por encima de los ingresos, incurrimos en lo que se llama déficit. Si
los ingresos se corresponden con lo desembolsado se habla de punto de
equilibrio. Cuando las entradas de ingresos están por encima de lo
gastado, entonces hablamos de superávit.
Los ingresos del Estado se obtienen por la vía
fiscal o impositiva, a través de los impuestos a las empresas y las
personas físicas. También se obtienen por la vía de préstamos, pero aquí
se incurre en un costo financiero que incrementa los gastos. Otras vías
de ingresos son las entradas extraordinarias, por ventas de terrenos,
de activos, adjudicaciones de bienes, donaciones recibidas y otras
fuentes.
El Estado no es mágico. Las proyecciones de
ingresos se hacen en base a la evolución de la economía, las variables
macroeconómicas vigentes y la capacidad real recaudación. Cuando se
presentan desviaciones en la economía, sobre todo por factores externos,
se corre el riesgo de que los ingresos proyectados caigan por debajo de
lo que se tenía estimado. Eso es lo que actualmente tenemos en nuestra
economía.
Ante el dilema de la baja en los ingresos fiscales
y un creciente incremento de los gatos estatales, las alternativas son:
austeridad en el manejo de los gastos; priorizar necesidades de las
demandas de la población; eficientizar el sistema de recaudación fiscal y
realizar ventas o arrendamiento de activos muebles e inmuebles de valor
considerable.
Una nación con ingresos limitados, arropada por
turbulencias económicas de origen externo e interno, debe actuar con
prudencia en el manejo administrativo. No basta que se implementen
políticas monetarias para el control de la inflación y el mantenimiento
de la estabilidad macroeconómica. La base está en la austeridad del
gasto, la priorización de necesidades y la búsqueda de nuevas fuentes
alternas de ingresos.
Nuestro país tiene una enorme deuda social
acumulada. Las necesidades sociales son ilimitadas. Para todo queremos
soluciones inmediatas, sin meditar siquiera un momento de dónde se
obtendrán los recursos para atender las demandas.
Independientemente del fuerte impacto petrolero y
de los altos precios de los alimentos, impulsados por una crisis global,
la nación debe continuar y la visión del gobierno es de enfrentarla con
éxito, aplicando los paliativos más correctos que ameriten la
situación. Eso se ha estado haciendo, tal como anunciara el presidente
de la República, el doctor Leonel Fernández Reyna, en su discurso ante
la Asamblea Nacional el pasado 16 de agosto.
Se me ocurre ahora hacerle una humilde sugerencia a
nuestro querido presidente. Partiendo de la importancia que se le está
dando al talento criollo en los escenarios internacionales y en todos
los ámbitos de las artes y los deportes, sería aconsejable incentivar la
participación en los mismos.
Lo anterior implica pensar en todos los municipios
del país. Crear escuelas de artes diversas, estadios y canchas para las
prácticas deportivas, y la construcción de estructuras para la
instalación de pequeñas y medianas industrias, que podrían funcionar con
una participación mixta del sector público y privado.
Las escuelas de arte desarrollarán talentos que se
destacarán en diversas áreas. Los estadios y canchas deportivas
generarán una cantera de prospectos que serán firmados por cazatalentos.
Las pequeñas y medianas industrias contribuirán a dinamizar las
economías de las comunidades y representará un alivio de los reclamos de
empleos al gobierno. Todo se traduciría en beneficios directos para las
comunidades, para sus moradores y para el propio Estado dominicano.
Autor: Mayobanex De Jesús Laurens
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