No se ha dicho quién las mandó a matar, ni los motivos
Amauris Soriano García (a) Nevado, preso y Luis Abel Mariano Pérez, (a) Luisito, prófugo.
SANTO DOMINGO. El hombre que
mató a las jóvenes Natasha Sing y Suleyka Flores Guzmán cobró la suma de
RD$200 mil por cada una, y alegó en los primeros interrogatorios que
asesinó a Natasha por equivocación.
Se trata de Amauris Soriano
García (a) Nevado, quien habría admitido que fue la persona que disparó a
las dos mujeres, cuyos hechos ocurrieron el lunes siete de abril y el
lunes 28 del mismo mes a las ocho de la mañana.
Con relación a estos hechos, un
equipo élite de la Policía persigue a Luis Abel Mariano Pérez (a)
Luisito, quien, según contó el vocero de la Policía, coronel Jacobo
Mateo Moquete, anda fuertemente armado y, además, porta la pistola con
que se cometieron los crímenes.
En los interrogatorios hechos
entre la noche del martes y la mañana de ayer, Soriano García, apresado
en San Francisco de Macorís, reveló que Mariano Pérez era su compañero a
la hora de cometer ambos crímenes.
Reveló, además, que cobró RD$200
mil por cada muerte, y que mató a Natasha, porque su carro, un
Daihatsu, se parece mucho al de Suleyka.
Sin embargo, todavía ayer en la
tarde no había revelado el autor intelectual de ambas muertes, ni
tampoco los motivos que tuvo esa persona para ordenar los crímenes.
Tanto Suleyka como Natasha
residían en mismo complejo habitacional, Vereda Tropical, una frente a
la otra. Suleyka vivía en el apartamento 2D del edificio 7, mientras que
Natasha vivía en el apartamento 3A del edificio 4, los edificios quedan
uno al frente del otro.
Explicó que el apresado declaró
que la muerte de Natasha Sing Germán, sobrina del presidente del Colegio
Médico Dominicano, Pedro Sing, se debió a una confusión, ya que el
objetivo era asesinar a Suleyka Flores Guzmán.
Según los vecinos del
residencial Vereda Tropical, en Santo Domingo Este, las jóvenes tenían
cierto parecido físico, así como algunas características en común.
Coinciden en que ambas eran muy tranquilas y trabajadoras: salían a sus
trabajos temprano en la mañana y regresaban en la noche.
En los últimos días, el
sicariato ha cobrado varias vidas, una de ellas fue la de José Francisco
Durán de Castro, un empleado de Salud Pública, quien recibió nueve
balazos de once que le dispararon dos hombres a bordo de un motor,
momentos después que el hoy occiso dejara a su sobrina en un centro
educativo ubicado en la calle 37 del ensanche Luperón.
Otra muerte por encargo fue la
de Adalgisa Vanessa González González, de 33 años, tiroteada la
madrugada del 26 de abril, cuando compartía con unos amigos frente a su
residencia en Sabana Perdida.
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