Por: Kilssy Méndez
Ya
llegó la navidad y nos encontramos exactamente a solo 10 días de
culminar el año 2015. En estas fechas por lo general, suelo salir poco
porque mientras más se acercan las festividades se puede observar a las
personas más aceleradas, quizás, por la euforia de vivir intensamente
uno de las épocas más hermosas y coloridas del año o porque queremos
disfrutar de lleno lo poco que le queda al almanaque, casi ignorando que
hay otro que en pocos días está por comenzar repleto de aventuras y de
emociones inciertas.
Esta
euforia suele traer en la mayoría de las festividades, pero sobretodo
en esta época de navidad, muchos hechos que lamentar, que al parecer
solo nos dejan pensando por pocos minutos lo importante que es valorar
nuestra vida y la vida de las demás personas; y como aquel ebrio que
promete durante la resaca jamás volver a tomar, termina haciéndolo
nuevamente sin valorar la promesa que hizo hace pocas horas después de
pasada la resaca.
Diciembre
ha sido un mes difícil, muchas familias de diferentes extractos
sociales han quedado marcadas de por vida por actos violentos, pero si
nos ponemos a revisar las noticias de los diferentes meses del año
notaremos como muchos acontecimientos marcaron cada mes en especifico;
sin embargo, todo lo que ocurre en este último peldaño del año nos marca
de forma especial porque la tradición es que prime la alegría en cada
hogar del mundo.
Siempre
esperamos que sea una época digna de recordar por los buenos momentos
que por aquellos que nos sellaron con alguna tristeza, pero para
lograrlo debemos brindar lo mejor de nosotros mismos cuando salimos a la
calle. Recordar que todas las personas aun en estas fechas tienen sus
dificultades y no dejar de lado las principales normas de cortesía, son
esenciales para sociabilizar sanamente con los demás.
El
sentido de la navidad no se encuentra en el fondo de una botella de
alcohol, ni en la adrenalina que se siente al conducir a alta velocidad o
al descargar un arma disparando al cielo como si este absorbiera las
balas; el verdadero sentido de esta fecha se encuentra en recordar el
nacimiento de un ser humano que vino al mundo por amor, que se
sacrifico, perdonó, dio todo lo que tenia y finalmente murió por amor;
amor que espero sea nuestro norte en este último suspiro del año y que
de igual forma sea nuestra guía en el que está por comenzar.
¡Bendiciones, amor y prosperidad en el 2016!