martes, 22 de diciembre de 2015

ORLANDO DICE... La sombra en el PLD

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Por Orlando Gil/Tomado de Listin Diario
LEONEL Y EL FUTURO.- Esta columna narró en más de una ocasión como los miembros del Comité Político del PLD dejaban sobre la mesa, sin tocarlo, sin abrirlo, un folder morado conteniendo las resoluciones del Octavo Congreso Norge Botello. 


Llamé la atención una primera vez, y debieron haber corregido la situación, y sin embargo, sucedió lo mismo en reuniones posteriores. Era evidente, por tanto, la incuria, la displicencia, el desinterés. Leonel Fernández escribió en este periódico sobre El Futuro del PLD, y entre muchas cosas habla de los 15 temas que fueron aprobados en la plenaria y que no fueron aplicados. Esas lluvias, como es evidente, trajeron los lodos de las primarias del domingo 13. Es decir, que el partido morado fue degenerando a sabiendas de sus altos cargos, y sin que éstos hicieran nada por evitar lo que se veía venir. Ahora no hallan dónde poner la cara, en público, y los “lúcidos” de las bases cubren dicha vergu¨enza recordando culpas ajenas. Dicen haber aprendido de los reformistas las mañas y de los perredeístas la violencia, aun cuando –en verdad– superaron a unos y otros. Como recordaba en una entrega anterior, el muerto del Concorde nunca apareció, aunque el trastrueque de votantes se parece al 1978…

DEBAJO DEL LIMONCILLO.- El PLD de Juan Bosch no ganaba elecciones, pero sus dirigentes y miembros discutían y discutían hasta enfrentarse y dividirse por simples contradicciones pequeñoburguesas. En ese tiempo se hizo famosa la sombra de la mata de limoncillo, que sigue ahí, en el patio de la Casa Nacional, como testimonio de la antigua inocencia del partido morado. La sombra de ahora es más cómoda, una especie de alero o techo bajo, pero no se debate, pues las cuestiones ideológicas no interesan. ¿Dónde está el periódico o la revista teórica? Fernández habla en un tono de tercera persona, como si estuviera explicando a extranjeros las ocurrencias del domingo 13, o esos hechos fueran distantes a su persona o a su liderazgo. La consabida charla magistral. Todo cuanto escribió se corresponde con la verdad, pero una verdad que consiguió usando sus propios medios, pues todavía la Comisión Nacional Electoral no rinde su informe…

¿EMPAÑADO O EMPAÑETADO?.- Fernández escribió que “el Congreso Norge Botello se vio empañado por el hecho de que lo que parecía primar en el ánimo de la mayoría de los participantes era su elección como miembro del Comité Central de la organización”. Lo que decía: viendo la situación desde un observatorio, sin vinculación e implicación. Incluso, hay resentimiento en sus palabras. No debe olvidarse que en ese proceso, él y su gente fueron víctimas del poder, pues se luchó como grupo por alcanzar el predominio en ese organismo. Como también en el Comité Político. En el PLD nadie quiere ser pequeño, todos quieren grandes, y ahora que se recuerda a Bosch, usándolo de mampara, conviene recordar que entre las fallas que lo llevó a dejar el antiguo PRD y formar tienda aparte, era el empeño trepador de la pequeña burguesía perredista. Bosch abominó del PRD porque era un partido de aspirantes. Lo mismo del PLD de ahora. Nadie acepta haber perdido y todos los candidatos se sienten líderes mundiales…

SUELTECITO, SUELTECITO.- Fernández de algún modo critica que sus compañeros se volvieran locos en su afán de ascender dentro del partido y ocupar un puesto en el Comité Central. Sin embargo, no eran esos compañeros los responsables de crear los reglamentos y aplicar las resoluciones del Congreso Norge Botello. Pero en su caso sí. Él, como líder nominal del partido, debió asumir esa tarea y llevarla a cabo independiente del ardor de los trepadores. Sin embargo, le dio por aspirar. Dispuso su ánimo para hacerse con la nominación y procurar otro mandato, a pesar de haber sido presidente en tres ocasiones. Si su pretensión no fue mala, siendo como era el presidente del partido, tampoco la de sus compañeros. Pero igual puede decirse del Comité Político en su conjunto. La desidia no tiene explicación racional, y el PLD tiene muchos inconvenientes, y uno es la falta de autoridad, y la autoridad no se fortalece huyendo a los problemas, sino muy al contrario, enfrentándolos. Fernández dijo lo suyo, pero que sepa que el chisme entre sus oponentes internos “ crece sueltecito, sueltecito”…