Por Andrés Dauhajre hijo
Desde
hace unos meses, el populismo macroeconómico, el mismo que ha
destrozado la economía y tirado al suelo el nivel de vida en Venezuela,
ha incursionado con fuerza en la campaña electoral que tiene lugar en
nuestro país.
La
insensatez ha irrumpido con torpeza e inconsistencia, pues mientras
critica los elevados déficit fiscales que todavía prevalecen en el país y
el preocupante endeudamiento que el financiamiento de estos provocan,
abraza un populismo absurdo al lanzar propuestas que provocarían
aumentos descomunales de ambos.
Una
de las primeras propuestas de la oposición fue la que planteó la
necesidad de rebajar 86 pesos adicionales al precio de la gasolina
regular, pues entendía que la reducción de RD$92.50 por galón que el
Gobierno ha aplicado desde el 18 de julio del 2014 a la fecha, no ha
sido suficiente. Reducciones proporcionales, planteó, deberían aplicarse
a la gasolina premium, al gasoil y los demás combustibles.
La
propuesta de la oposición en la práctica no sólo eliminaría la
totalidad de los impuestos que hoy se cobran sobre los combustibles en
el país, sino que obligaría al Gobierno a establecer un subsidio
generalizado en el consumo.
En
otras palabras, los ingresos del Gobierno caerían en RD$51,285 millones
y los gastos aumentarían en RD$6,865 millones por concepto del subsidio
generalizado que implicaría la propuesta de la oposición. El déficit
fiscal, si el Gobierno acogiese la propuesta de la oposición, aumentaría
en RD$58,150 millones, y por tanto, sería necesario ir al mercado de
capitales a colocar US$1,275 millones en bonos globales.
La
cosa no para ahí. Las propuestas populistas han irrumpido también en el
altamente deficitario sector eléctrico. La oposición planteó y ha
seguido reiterando, la necesidad de que se reduzca en un 25% la tarifa
eléctrica promedio que cobran Edenorte, Edesur y Edeeste. Esta propuesta
implicaría que los ingresos de las EDES bajarían en RD$17,263 millones.
El
déficit de las EDES, que en el 2015 cerrará en US$729 millones,
aumentaría en US$379 millones al año por concepto de la rebaja tarifaria
que propone la oposición.
De
US$729 millones en el 2015 pasaríamos a US$1,108 millones en el 2016,
asumiendo que los precios del FO#6, FO#2, gas natural licuado y el
carbón se mantienen en el 2016 al mismo nivel que en el 2015. Para
financiar el mayor déficit del sector eléctrico, el Gobierno o las EDES
tendrían que endeudarse globalmente o con la banca local por US$379
millones adicionales al monto presupuestado.
Mientras
lanza propuestas que erosionarían los ingresos públicos, la oposición
ha prometido que de ganar las elecciones haría ajustes considerables a
los salarios de los policías. Ha propuesto un salario mínimo mensual de
US$500 para los policías de menor rango y un ajuste proporcional en toda
la escala salarial por rango.
Cuando
se calculan las implicaciones del aumento propuesto, se tiene que la
nómina anual de la Policía aumentaría a RD$17,547 millones. Dado que la
nómina actual es de RD$5,434 millones, el Gobierno tendría que buscar
RD$12,113 millones que no tiene. El déficit fiscal aumentaría y el
Gobierno se vería precisado a emitir bonos globales o domésticos por el
equivalente de US$266 millones todos los años para poder pagar el
aumento de la nómina policial.
A
estas propuestas se suma la que reclama al Gobierno aumentar la
inversión en salud pública de 1.9% a 5% del PIB. En otros términos, que
en vez de asignar al Ministerio de Salud Pública los RD$62,528 millones
(1.92% del PIB) que se establecieron en el Presupuesto del 2016, asigne
RD$162,504 millones (5.0% del PIB), para un incremento de RD$99,976
millones. En ausencia de aumentos de los ingresos fiscales y de recortes
de gastos, el déficit fiscal aumentaría en RD$99,976 millones y habría
que emitir bonos globales o domésticos adicionales por el equivalente de
US$2,197 millones.
Al
pliego populista anterior hay que agregar la más reciente propuesta:
suspender el aumento del Itbis de 13% a 16% que entró en vigencia a
partir del 1ro. de enero de este año para el yogurt, la mantequilla, el
café, los aceites y grasas comestibles, el azúcar y el chocolate, una
medida que está establecida en la Ley 253-12 que modificó algunos
aspectos de nuestro régimen tributario. El aumento de 3 puntos
porcentuales en la tasa del Itbis sobre estos bienes generaría cerca de
RD$950 millones y forma parte del programa de consolidación fiscal que
persigue la sostenibilidad de las finanzas y la deuda pública.
Como
estamos en campaña, la oposición ha recomendado al Gobierno que no lo
aplique. No importa que esos ingresos adicionales hayan sido incluido en
el Presupuesto y que, por tanto, su eliminación provoque un mayor
déficit y mayores necesidades de endeudamiento.
Aquí
encajaría bien el refrán de “palo si boga y palo si no boga”. Si el
Gobierno, antes de la solicitud opositora, se hubiese adelantado y
enviado al Congreso un proyecto de ley para suspender el aumento del 13%
al 16%, la oposición lo hubiese tildado de populista, por haber
modificado la ley debido a la proximidad de las elecciones.
Lo
habrían acusado de aumentar el déficit y el endeudamiento público con
esta medida electorera. Los opositores se habrían puesto el traje del
FMI, el BID, el Banco Mundial Moody’s, Standard & Poor’s, Fitch, y
los tenedores de bonos globales dominicanos. Como el Gobierno adoptó la
posición responsable de mantener el curso aprobado de la reforma,
entonces lo tildan de indolente.
La
oposición acusa al Gobierno de ser insensible por cumplir la Ley
253-12, el mismo Gobierno que en el 2015, con las rebajas que aplicó
semanalmente a los precios de los combustibles permitió al pueblo
dominicano disponer de RD$73,289 millones de pesos adicionales para
comprar otros bienes y servicios. A estos recursos adicionales habría
que añadir los percibidos por el aumento de 14% del salario mínimo que
tuvo lugar a mediados del 2015.
El
aumento del Itbis de 13% a 16% para los bienes establecidos en la Ley
253-12 implicaría un aumento de 2.65% en el precio de estos bienes
durante el año 2016, si todo lo demás permanece igual. Ese grupo de
productos afectados por el aumento del Itbis en el 2016 tiene una
ponderación consolidada de 2.54% en el IPC Nacional.
En
consecuencia, el impacto de esta “insensible” reforma sobre la
inflación sería de 0.067%. En otras palabras, si la meta de inflación
para el 2016 es de 4.00%, el aumento del Itbis de 13% a 16% sobre esos
seis productos, llevaría la inflación a 4.067%. ¿El fin del mundo?
Como
se puede observar, sigue siendo cierto que muchas de las cosas que se
dicen durante una campaña electoral no son más que frases cohetes
rápidamente tiradas al zafacón, cuando el sentido común y la realidad
tocan la puerta del despacho del que termina juramentándose como
Presidente de la República.
Sólo
así se explica que la oposición y segmentos relacionados de la sociedad
civil no se sonrojen al proponer un conjunto de medidas populistas que,
si fuesen adoptadas, aumentarían el déficit del sector público en
RD$188,622 millones, es decir, en 7.94% del PIB.
Con
déficit del sector público consolidado (Gobierno Central, Resto del
Sector Público No Financiero y Cuasi-Fiscal del Banco Central) de 5.0%
del PIB en el 2015, pasaríamos a un 12.9% del PIB en el 2016, muy
cercano al 12.7% con que cerró el sector público venezolano en el 2015.
¡Por Dios! La M es de Moderno, no de Maduro.