Héctor Linares/Tomado de El Caribe
La
República Dominicana abonó el año pasado US$232.7 millones al Fondo
Monetario Internacional (FMI), con cuyo monto prácticamente saldó el
préstamo que le tomó en el 2009 con el propósito de estimular la
economía.
Después de los pagos hechos por el país al financiamiento,
tomado por un monto original de US$1,500 millones, unos 1,095 millones
de Derechos Especiales de Giro (DEG), el saldo por pagar quedó en
US$57.1 millones, por lo que se da por un hecho que en el primer
semestre o trimestre del año recién iniciado sea completamente pagado
por el Gobierno. El DEG es la moneda del FMI y representa un promedio de
las principales monedas de los países miembros del organismo.
Desembolso parcial
Aunque
el préstamo original fue por el equivalente a US$1,500 millones, el
país no recibió la totalidad de esos recursos, debido a que el último
tramo de desembolso, por unos US$500 millones, no se ejecutó debido a
que las revisiones séptima y octava quedaron pendientes de aprobación.
El tranque se originó en el tema eléctrico porque el FMI esperaba y así se había comprometido el Gobierno en la carta de intención que sirvió de base para el acuerdo, que se hicieran ajustes en la tarifa eléctrica.
Pero
el Gobierno, que en aproximadamente un año había hecho aumentos de
tarifas por un 19% acumulado, se resistió y el acuerdo terminó en
febrero del 2012, quedando pendiente de desembolso una tercera parte del
monto original contratado. Contrario a los préstamos tradicionales que
otorga el FMI para balanza de pagos, el acuerdo aprobado en noviembre
del 2009 implicaba un financiamiento para apoyo presupuestal, con cuyos
recursos el país buscaba estimular la recuperación económica en un marco
de estabilidad macroeconómica.
El Gobierno procuraba con ese
financiamiento aplicar políticas contracíclicas a corto plazo, para
procurar la sostenibilidad económica a largo plazo. Al momento del
pacto, la economía mundial estaba afectada por la crisis financiera
internacional, incubada por los créditos basura que concedieron bancos
norteamericanos y europeos, principalmente.
Cuando
el país acudió al FMI se encontraba afectado por un déficit fiscal
primario de un 0.8% del PIB y proyectaba, al término del pacto, lograr
un superávit primario de un 2% del PIB. El acuerdo, contratado a 28
meses, permitió al país mantener niveles de crecimientos relativamente
altos, mientras las grandes economías se contraían.
Administración Medina pagó US$782.1 millones
El
pago del financiamiento concedido por el FMI al país fue prácticamente
asumido por el gobierno del presidente Danilo Medina. Del 2012 a la
fecha se le abonaron US$788.2 millones. Luego de los abonos hechos por
el país al Fondo, este organismo pasó a ser el más pequeño de los
acreedores multilaterales dominicanos. En el 2012 era el tercero de los
cinco clasificados en esa categoría, superado solo por el BID y el Banco
Mundial.