César Medina/Tomado de Listin Diario
Luis
Abinader “afiló cuchillo para su garganta” --como dice la sabiduría
popular--, al suscribir un acuerdo de alianza con el Partido Reformista
enajenándose el apoyo de los sectores que podían catapultarlo hacia un
liderazgo de futuro sobre el inmediatismo de unas elecciones que
anticipan sus resultados.
Con
sólo 48 años, Luis ha inadvertido que para todos los fines políticos es
prácticamente un muchacho y que el espacio amplio que existe para
desarrollar un liderazgo de relevo no se llena sumando anacronismos
partidarios ni cerrando las puertas en las narices a potenciales
aliados… …Menos aún aplicando una política de reparto con marcada
inequidad hacia sus propios compañeros del PRM que se marcharon del PRD
acompañando a Hipólito Mejía; Abinader ha cerrado la posibilidad de
ejercer un liderazgo partidario que lo libere de pugnacidades internas
futuras.
Hipólito
tendrá 79 años en el 2020 --nació el 22 de febrero de 1941- -, pero en
este medio como en la Vieja Roma la ancianidad es timbre de sapiencia,
cordura y equilibrio si se recuerda que en 1986 Balaguer retornó al
poder con 80 años y después de eso fue presidente por tres períodos y
cinco veces candidato.
…Y
como Luis no supo sembrar su alternativa de futuro, nadie ha de dudar
que Mejía retornará por sus fueros en un país donde sólo la muerte se
interpone con las ganas de volver que les queda a los expresidentes.
… Eso se ve ahora
El Partido Reformista sólo le aportará dificultades a Luis Abinader,
que ya empiezan a verse… No se trata del mínimo aporte en términos de
votos, sino del máximo conflicto interno cuando llegue el momento del
reparto de las candidaturas.
Abinader
ofrendó al PRSC la candidatura vicepresidencial a cambio de la casilla
tres en la boleta electoral, y llegó el colmo de subordinar su propia
candidatura presidencial al resultado de encuestas de popularidad entre
él y Quique Antún.
Ese
conflicto está a las puertas de sumársele a todos los problemas que
tiene el PRM en la actualidad, porque ahora Abinader argumenta que el
PRSC se ha dividido en dos mitades y que en atención a esa realidad él
no puede cumplir lo prometido.
Lo
que les aguarda a los reformistas es un cubo al cuadrado que dejará
maltrecha esa alianza en la misma medida en que se produce una estampida
de dirigentes altos y medios que no están dispuestos a poner en riesgo
las posiciones que tienen en el gobierno, pocas o muchas…
¡Y ahora… Amable!
A pocos ha sorprendido el anuncio de Amable Aristy sobre su pacto con
el PLD y el presidente Danilo Medina… La que deberá hilar fino a partir
de ahora es la dirigencia reformista aliada con la oposición, porque
Amable le llevará por lo menos medio partido.
Quique
conservará las siglas de un cascarón que vendió a Abinader --por
supuesto que no lo digo en sentido comercial sino político--, con el
atractivo envoltorio de la casilla 3 pero que sólo le durará hasta que
se cuenten los votos de mayo.
El
caramelo que está detrás son los cargos que negociará Aristy “caso por
caso” con el presidente Medina… empezando, obviamente, por el suyo
propio y el de su hija Karina, la alcaldesa de Higu¨ey que seguirá en el
puesto sin mayor mérito que ser hija de Amable.