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miércoles, 20 de enero de 2016

ORLANDO DICE... Las encuestas fascinantes. Nunca una respuesta fue tan crucial en el tramo final de una campaña…

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Orlando Gil
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HALLARSE CONFESADO.- Empezaron a publicarse encuestas, y lo mejor sería que los candidatos se hayan confesado. Salió una colombiana, y otra norteamericana, y parece que antes de que termine enero se conocerá una patrocinada igualmente por un medio.
 
Y aunque posiblemente no se dé a la luz una que actualmente está en proceso, en febrero podría producirse uno de esos fenómenos en que los números se sorprenden entre sí. Lo prudente es dejar que corran y observar la pista y no los caballos, pues resulta engañosa la magia de algunos jinetes. No obstante, la estrategia se devela por sí misma. El gobierno era hasta ahora el rey de las encuestas, y la verdad que fue uno de sus hobbies preferidos. Cada vez que se decía que perdía terreno, una medición desmentía. Los sastres fueron prestos y oportunos, y los trajes ajustados al cuerpo. Entonces era justo darle de su propia medicina, y sin lugar a dudas que tuvo que tomársela en noviembre, aunque ya en diciembre se sintió recuperado, y confía en que superada la prueba interna, ninguno de sus competidores podrá alcanzarlo. ¿Fue percepción o impresión? ¿Puede una impresión quitar y ponerse en el lugar de una percepción? Nunca una respuesta fue tan crucial en el tramo final de una campaña…

LOS ALMUERZOS.- Las encuestas seguirán siendo fascinantes, al margen del candidato que favorezcan, y mucho más si todos se dejan llevar por la corriente. Sin embargo, otros eventos tendrán igual importancia. Los almuerzos, por ejemplo. La Asociación de Industrias ofrecerá el suyo y los dos equipos compartirán estadio y fanáticos. La Cámara Americana de Comercio, por su lado, dividirá el escenario, y un día comparecerá el presidente Danilo Medina y otro Luis Abinader. Campeón y retador, aunque ese no sea el orden. Ahora, de seguro que surgirá la inquietud de por qué primero éste y no el otro. Si fuera por apellido, y de acuerdo a las letras del abecedario, la A de Abinader estará siempre delante de la M de Medina. Pero sucede que fueron escogidos entre todos los candidatos atendiendo a sus porcentajes en las encuestas. ¿Cuáles mediciones? ¿Propias o ajenas? El dato tal vez no sea relevante, pero sí interesante, pues los empresarios se cuidan de las emboscadas y se guían por sus indicios…

EQUIVALENTE A DEBATE.- Los almuerzos ante ambas congregaciones de empresarios son importantes, y aunque la fascinación por las encuestas es permanente, estos intercambios hacen historia. Y no solo por los candidatos, sino también por los auditorios. O no solo por los discursos, sino igual por las preguntas. Entre los registros se cuentan comparecencias memorables. Como una de Joaquín Balaguer, en la que pudo comprobarse que se había quedado atrás en cuanto al porcentaje que se recibía entonces como comisión. Todos rieron y de buenas ganas cuando dijo que el 10%. Los almuerzos, por demás, se convierten en la práctica en debates presidenciales, pues los candidatos deben emplearse a fondo y por igual responder las inquietudes de un público conocer de los asuntos nacionales. Desde fuera puede apreciarse el sentimiento del sector, pues no debe olvidarse que los empresarios no son ajenos a las simpatías, y siempre se comenta que están con este o con el otro, y sin duda que apuestan a uno o al competidor…

ENTRE DECIRES.- En los inicios se pensó que Luis Abinader era el preferido de la embajada norteamericana y del alto empresariado, y de lo primero se lleva un registro favorable, y de lo segundo se recuerda que es hombre de negocios. Esto es, uno de los suyos. Igual se comenta que el sector privado resiente de la administración del PLD, y ese ánimo se corresponde con una situación que dicen sufrir los capitanes de industria: la competencia desleal. Los peledeístas que antes eran profesionales, o simplemente políticos, ahora sacan ventaja de su posición de poder, y casi arrebatan de las manos a los empresarios habituales las oportunidades de comercio. Nadie conoce los casos, en detalles, pero sí los susurros y las murmuraciones. Las palabras de introducción de los presidentes, sea de la Asociación de Industrias o de la Cámara Americana, serán reveladoras del clima. Si de distensión o de confrontación. E incluso no tienen que ser iguales los ambientes. Aunque, y es lo que vale, se estará atento al lenguaje corporal del presidente Danilo Medina, en particular. De si se complace o se disgusta. Tantas cosas que se dicen, o que se han dicho, que será la hora de la verdad…