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Aníbal. Título original Annibale. Año 1959. Duración 100 min. País Italia Italia. Director Carlo Ludovico Bragaglia, Edgar G. Ulmer. Guión Mortimer Braus, Sandro Continenza, Ottavio Poggi, Edgar G. Ulmer. Música Carlo Rustichelli. Fotografía Raffaele Masciocchi.
Reparto
Victor Mature, Gabriele Ferzetti, Rita Gam, Milly Vitale, Rik
Battaglia, Franco Silva, Terence Hill, Mirko Ellis, Andrea Aureli,
Andrea Fantasia, Renzo Cesana, Bud Spencer
Productora Ottavio Poggi. Género Acción. Aventuras. Drama | Histórico
Sinopsis
Segunda guerra Púnica (218-201 a.C.) El plan romano de doble ataque
contra los cartagineses (en Hispania y África) fracasa ante la
sorprendente ofensiva de Aníbal (Victor Mature), que cruza los Pirineos y
los Alpes con 50.000 hombres (entre ellos numerosos iberos), 9.000
caballos y 37 elefantes. En su avance hacia Italia conoce a Silvia (Rita
Gam), una mujer que ha escapado de prisión para unirse a las tropas
romanas al mando de Fabio Massimo. Tras muchas batallas, Aníbal, gran
estratega y estadista, acaba comprendiendo cuál es su verdadero destino.
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BIOGRAFIA DE ANIBAL
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Aníbal
(Cartago,
hoy desaparecida, actual Túnez, 247 a.C.-Bitinia, actual Turquía, 183
a.C.) Militar cartaginés. Hijo de Amílcar Barca, quien, según la
leyenda, le hizo jurar odio eterno a los romanos ante los dioses. Tras
la muerte de su padre (229 a.C.) y el asesinato de su cuñado Asdrúbal
(221 a.C.), Aníbal asumió la jefatura del ejército cartaginés, que ya
entonces controlaba el sur de Hispania. Desde su base de Cartago Nova
(la actual Cartagena), realizó varias expediciones hacia el altiplano
central y sometió a diversas tribus iberas.
Aníbal
En
el 219 a.C. destruyó Sagunto, ciudad aliada de Roma, y traspuso el
Ebro, río en que, siete años antes, cartagineses y romanos habían fijado
el límite de sus respectivas influencias en territorio peninsular; esta
acción significó el inicio de la Segunda Guerra Púnica (219-202 a.C.).
En
la primavera del 218 a.C., Aníbal concedió a su hermano Asdrúbal el
mando de las tropas en Hispania y partió hacia Italia con un ejército de
60.000 hombres y 38 elefantes. Después de atravesar los Pirineos, y los
Alpes, llegó a la llanura del Po, donde derrotó a los romanos
sucesivamente en Tesino y en Trebia, a pesar de las numerosas bajas que
había sufrido en el curso de la marcha.
Al
año siguiente, una nueva victoria, esta vez junto al lago Trasimeno, le
dio el control sobre la Italia central. Aplastado el ejército romano de
Flaminio, Roma quedó a merced del cartaginés, pero éste no se atrevió a
asaltar las sólidas murallas de la ciudad y prefirió dominar la Italia
meridional. En agosto del 216 a.C., venció en Cannas a las tropas de
Lucio Emilio Paulo y Marco Terencio Varrón, cuyos efectivos duplicaban a
los suyos.
Aníbal cruza los Alpes
No
obstante, lejos de sus bases de avituallamiento, sin posibilidad de
recibir refuerzos, ya que su hermano Asdrúbal había sido derrotado y
muerto por Claudio Nerón en la batalla de Metauro cuando se dirigía a
socorrerle (207 a.C.), y habiendo fracasado en el intento de atraer a su
causa a los pueblos itálicos sometidos por Roma, el ejército de Aníbal
quedó aislado e inmovilizado en la Italia meridional durante varios
años, situación que aprovecharon los romanos para contraatacar.
Tras
expulsar a los cartagineses de la península Ibérica, el general romano
Publio Cornelio Escipión, llamado el Africano, desembarcó cerca de
Cartago (203 a.C.), hecho que obligó a Aníbal a regresar a África, donde
fue vencido en la batalla de Zama, en el 202 a.C. A consecuencia de
esta derrota, Cartago se vio obligada a firmar una paz humillante, que
puso fin al sueño cartaginés de crear un gran imperio en el Mediterráneo
occidental.
Con
todo, Aníbal, elegido sufeta para los años 197 y 196 a.C., intentó
reconstruir el poderío militar cartaginés, pero, perseguido por los
romanos, hubo de huir y refugiarse en la corte de Antíoco III de Siria, a
quien indujo a enfrentarse con Roma, mientras él negociaba una alianza
con Filipo V de Macedonia. A raíz de las victorias romanas sobre los
sirios en las Termópilas (191 a.C.) y en Magnesia (189 a.C.), Aníbal
huyó a Bitinia, donde decidió quitarse la vida el año 183 a.C., para
evitar que el rey Prusias lo entregase a Roma y ante la imposibilidad de
encontrar un refugio en que pudiera sentirse seguro.