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Todo estuvo bien planificado por el ex presidente de la República y del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Leonel Fernández Reyna, desde un inicio hasta el final de la recién concluida contienda electoral.
El ahora presidente de la Fuerza del Pueblo (FP) basó desde un principio su estrategia en cuatro planes (Plan A, Plan B, Plan C y Plan D), los cuales fue ejecutando a la perfección, consciente de que sus acciones lo conducirían por el camino correcto, hacia el logro de los resultados esperados.
El Plan A consistía en preparar todo su arsenal con los dirigentes del PLD a niveles de sus comité político, central, provinciales, municipales y de intermedios en todo el país, con lo cual se opondría a una posible reforma constitucional, impidiendo por todas las vías que el presidente Danilo Medina Sánchez pudiera reelegirse.
Teniendo éxito en su Plan A, Fernández se enfrascó de inmediato en su Plan B, consistente en enfrentar a los candidatos del ala “danilista” en las pasadas primarias de octubre 2019, entendiendo que podía salir airoso ante cualesquiera de ellos, dado su arraigo en el partido y su liderazgo.
El ex presidente del partido morado tenía en carpeta el Plan C, por si existiera la posibilidad de una posible derrota ante el candidato definitivo de la propuesta danilista, que a la postre resultó ser Gonzalo Castillo Terrero.
En efecto, ante el resultado adverso de octubre, Leonel Fernández, tras los alegatos de fraudes y pataleos justificativos, puso en marcha su Plan C, consistente en abandonar las filas del partido oficialista y formar tienda aparte, buscando poder competir en las elecciones presidenciales.
El ex mandatario estructuró la denominada Fuerza del Pueblo, consciente para él que podía quedar por encima de Gonzalo Castillo y el PLD en una primera vuelta, en el entendido de que los peledeístas estaban compelidos a apoyarlo en un posible balotaje.
Pero, como zorro político, a sabiendas de que en política todo es posible, el ahora presidente de la Fuerza el Pueblo tenía en agenda un Plan D, previendo que si no calificaba para una segunda vuelta, al menos su partido quedaría como mayoritario, esperando él que obtuvieran un promedio de un 5% requerido por la ley electoral.
Ante la sorpresa para Leonel de haber sufrido derrotas en sus planes A, B, C y D, es de imaginar que ahora trabajará en un Plan E, con el objetivo de procurar encabezar la oposición política, aún sin su partido haber obtenido un porcentaje honroso, preparando desde ya los motores con miras a las elecciones del 2024.
Lo de Fernández fue todo bien planificado. La estrategia estaba dirigida a un objetivo determinado. Simplemente encontró siempre un gran obstáculo en el camino: Danilo Medina Sánchez.