Tratándose del mandatario de la principal potencia mundial, ese planteamiento debe ser valorado y dimensionado para su multiplicación en todas las naciones del mundo, incluido el propio país del “Tío Sam”.
Es cierto, ya no se puede permanecer callado ni sumiso ante la marginación, los abusos, las promesas incumplidas, los desgobiernos, los atropellos a la población en todos los sentidos, el incremento de los precios, la corrupción, la delincuencia, el alto costo de la vida, la falta de servicios básicos, la simulación, demagogia y mentiras permanentes de quienes nos gobiernan en todo el mundo.
El llamado de Biden debe caminar en muchas direcciones y en todas partes. Que se escuche en “lo más alto del Olimpo ese clamor”, para que de una vez y por todas se acabe con las injusticias a nivel global.