Me preocupa que se retire la reforma sin más señales sobre el futuro fiscal. El propio presupuesto 2025 tiene una caída con respecto a 2024 en transferencias e inversión pública de consideración que son difíciles de lograr y que necesitan financiación.
El problema no es una reforma. Es esta “reforma” que apenas es un paquete de impuestos . Es no haber consultado la sociedad para lograr algo posible en lo político y donde el estado mostrará un interés genuino en ser más austero y eficiente.
Amén de lo visto en el congreso y las redes, el país necesita una reforma del gasto y del ingreso fiscal para eficientizar la economía, mejorar la solvencia de las finanzas públicas, reducir la evasión, hacer progresivo el sistema fiscal y ajustar los incentivos. Todos esos objetivos
El presidente debe de buscar una forma de conectarse con los empresarios y trabajadores, todos, y buscar un equipo de expertos que además sean personas con capacidad de entender y de convencer.
Y diseñar una reforma del gasto y del ingreso fiscal efectiva y que sea aceptable para todos.
Aumentar el déficit no es una opción. Y 8 años sin poder ejecutar una visión tampoco lo es.