23/12/2024 00:00 | Actualizado a 23/12/2024 00:00
Generalmente, para calificar algo, desde un examen académico hasta una comida en un restaurante, se usa normalmente una calificación numérica (1, 2, ….5) o palabras como: Excelente, muy bueno, bueno, regular, malo o muy malo.
En el caso de la económica dominicana, se puede decir, sin temor a equivocación, que el 2024 fue muy buen año. La mayoría de los indicadores mostraron una mejoría respecto al 2023 y eso siempre es alentador. Además, ya se anuncia que tendremos el mayor crecimiento de toda Latinoamérica.
Sin embargo, la economía no llega a alcanzar su nivel óptimo porque hay problemas ancestrales que empañan su entorno.
Por ejemplo, el mal manejo del sector eléctrico incide fuertemente en las finanzas públicas. Erogar RD$90 mil millones en subsidios cada año, afecta la inversión pública, que cada vez es menor en términos de su relación con el PIB y del gasto total.
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El déficit de la balanza comercial sigue siendo demasiado alto, debido a la baja productividad agropecuaria, manufactura y agroindustrial, donde juegan un rol importante la tasa de cambio, la tasa de interés y la falta de recursos humanos calificados. Si no fuera por las exportaciones de zonas francas ese déficit de la balanza comercial sería insostenible. El déficit fiscal, que se ha mantenido en alrededor del 3% durante muchos años, pudiera parecer relativamente bueno, pero no lo es. Debería reducirse al 2%, porque ese déficit se traduce en más deuda pública. Pero por el momento es imposible.
Las tasas de interés terminan el 2024 en niveles muy altos, esperando que en el 2025 comiencen a bajar para evitar la ralentización de la economía y eso depende de la inflación.
Otro problema es el transporte, que recibe muchos subsidios pero que se constituye en un problema mayor que afecta a toda la economía. El tiempo perdido en los tapones, el despilfarro de combustible, el subsidio para mantener sus precios y el caos de conductores desaprensivos es realmente espeluznante.
Igualmente, el retiro del proyecto de reforma fiscal tendrá resultados negativos para la nación, aunque el gobierno profundice sus reformas en la administración pública para mejorar la calidad del gasto.
En el 2024 tampoco se logró consensuar la ley de Seguridad Social, el Código Laboral, el Condigo Penal y la nueva Ley de Agua, entre otras. Y todas inciden directa e indirectamente en la economía.
Finalmente, educación y salud necesitan más atención y mejoras sustanciales en su calidad y cobertura. Ambas son los pilares del desarrollo económico.