Páginas

jueves, 23 de enero de 2025

ANÁLISIS DE 7DIAS: Pende de un hilo el PRM para romper la maldición de su origen y mantenerse en el poder más de dos periodos presidenciales

Tomado de 7dias
Santo Domingo, RD.- El Partido Revolucionario Moderno, PRM, convertido en la principal fuerza política del país, reconocido por los demás como la entidad electoral a vencer en el 2028, apunta a mantenerse en el poder más allá de dos períodos, solo limitado por la decisión que tomen en cuanto a la escogencia de su candidato presidencial y que logren, sin traumas, alinear a todos detrás del seleccionado para competir en las elecciones del 2028, y al cuestionamiento o confrontación en una ríspida campaña en la cual ya no tendrá de telón de fondo y a su favor la bandera de la lucha contra la corrupción y la impunidad, dado las denuncias que desde ahora afloran poniendo en tela de juicio que no hay inmaculados en el sistema político dominicano.

Con una cantera de líderes políticos avezados, pesa sobre su historia el origen traumático de proceder de otro partido político que nunca logró superar sus taras divisionistas y una vocación penitente de prohijar la forma de salir del poder después de alcanzarlo.

Ahora se enfrenta a un reto del cual se desprende su posibilidad de romper la maldición y mantenerse en el poder más allá de dos períodos.

24 aspirantes presidenciales, y de ellos sólo dos con posibilidades reales de competir entre sí por la candidatura y competir hacia afuera con las otras dos fuerzas políticas mayoritarias: la Fuerza del Pueblo y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

De todos los que, con derecho incluido, son mencionados en la competencia interna por la candidatura presidencial, dos acusan a su favor no solo simpatías internas, también en lo externo a la organización: David Collado y Carolina Mejía, el primero lidera todas las encuestas hasta el momento, fortaleciendo su liderazgo la capacidad gerencial mostrada como funcionario público y la segunda, además del carisma que le permite tan altos niveles de ascendencia en la población, es percibida como una servidora pública honesta, cuyas aspiraciones están sustentadas en la mayor estructura partidaria que opera al interior del PRM, liderada por su padre, el expresidente Hipólito Mejía.

Vistas las cosas así, retumba la voz de José Francisco Peña Gómez cuando, voz en cuello, vaticinaba que sólo el PRD derrotaba al PRD, hoy PRM, sometido a la misma espada de Damocles colocada en su cuello.

Esta vez tendrían posibilidades reales los discípulos del más grande líder de masas de la historia del país, de romper la sombra del infortunio y mantenerse en el poder durante más de dos periodos.

Con una oposición fragmentada de la cual sobresalen con principalia dos, estos dos sobresalientes cuyas fuerzas están en proceso de recuperación evidente una (el PLD, cuya realidad veremos en otro análisis) y la Fuerza del Pueblo, que sin lugar a dudas está transitando la senda de encontrar su propio destino y fortaleza (también analizaremos esa realidad), el PRM tiene el escenario para sí, si sabe jugar sus cartas en lugar de leerlas entre gitanos.

El rol de Hipólito Mejía en el proceso de mantener unido al partido blanco y azul es crucial. Aun manteniendo viento en popa las aspiraciones de Carolina Mejía, el expresidente puede accionar para que no se desborden los apetitos y resulte la escogencia del candidato presidencial del partido un evento sin traumas, sin importar quién resulte triunfante.

De igual manera, la decisión del otro líder de esa entidad partidaria, el hoy presidente Luis Abinader, es la otra cara de la moneda que pone en riesgo o facilita la continuidad en el poder.

Si Luis Abinader acepta la oferta de presidir el PRM y se convierte en árbitro neutral, real, el equilibrio puede fortalecer el liderazgo, el proceso electoral interno y las potencialidades de los perremeistas para equiparar al PLD y al Partido Reformista en cuanto a tiempo de gobernanza o periodos en el poder.

Con sus pros y contras, los cinco años de gestión gubernamental no han diezmado las expectativas y son evidentes los retos para lo que les falta por gobernar, pero también los logros que puede exhibir el PRM.

Es el ¿simple? detalle de salir airosos de un escrutinio interno de escogencia de su candidato presidencial para el 2028 y de que, escogido este, logren lo mismo que lograron con Luis Abinader: ponerse todos en filita y cooperando para llegar en el 2020 y reelegirse en el 2024, lo que, de lograr vadear entonces los avatares de una gruesa campaña que se avecina, posibilitaría la continuidad y aseguraría no permitir que les venza una Fuerza del Pueblo, con Leonel Fernández como candidato encantador en campaña y un PLD con Francisco Javier García, un exitoso y astuto armador de casi todos sus triunfos electorales, como su propuesta a la presidencia.

La suerte estaría echada para el PRM, pendiendo de un hilo llamado resultado de selección de unas primarias o convención interna, en el cual escoja entre David y Carolina, para confrontar su mayor reto…si acaso no sorprenden al país con otra opción presidencial.