Hermanas, compañeras, aliades,
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nos reuniremos no para celebrar, sino para conmemorar, para recordar y para exigir. Desde la Tertulia Feminista Sur, alzamos nuestras voces para decir que *persistimos, resistimos y transformamos*.
Estas tres palabras no son solo consignas; son un llamado a la acción, una ruta clara para enfrentar las opresiones que vivimos las mujeres, especialmente aquellas que habitamos en los márgenes: las mujeres negras, de ascendencia haitiana, fronterizas, de los barrios populares y de los campos del Sur. Somos nosotras, empobrecidas y precarizadas, quienes día a día hacemos de la resistencia un acto de rebeldía y de la lucha una posibilidad de cambio.
Persistir*
Persistir es no rendirse. Es seguir de pie, incluso cuando el peso del racismo, el clasismo y el machismo intenta doblegarnos. Las mujeres del Sur sabemos lo que es persistir: lo hacemos cuando cruzamos fronteras en busca de una vida digna, cuando cuidamos a nuestras familias en medio de la precariedad, y cuando organizamos nuestras comunidades para exigir derechos.
Persistir es honrar a nuestras ancestras, quienes sembraron las semillas de esta lucha, y es también sembrar para las generaciones futuras.
Este 8 de marzo 2025, persistimos en la demanda de políticas públicas reales que garanticen nuestro acceso a la salud, la educación, el empleo digno y una vida libre de violencias. Persistimos en la exigencia de que el Estado dominicano cumpla con su deuda histórica con las mujeres y las niñas, especialmente con aquellas que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad. Persistimos porque sabemos que, aunque el camino es largo, cada paso que damos nos acerca a la justicia que merecemos.
Resistir**
Resistir es enfrentar las estructuras de poder que nos quieren sumisas, calladas y sometidas. Es decir *¡basta!* a los feminicidios, a la violencia machista, a la explotación laboral y a la criminalización de nuestras luchas. Las mujeres negras, de ascendencia haitiana y fronterizas resistimos al racismo y la xenofobia que nos niegan derechos básicos. Las mujeres de los barrios y los campos resistimos a la precarización y al abandono del Estado.
Resistir es construir redes de cuidado entre nosotras, es denunciar las injusticias y es no permitir que nos dividan. Este 8 de marzo, resistimos juntas, porque sabemos que la unión hace la fuerza. Resistimos porque no podemos permitir que sigan arrebatándonos la vida, la dignidad y la libertad. Resistimos porque, aunque el sistema nos quiera calladas, nosotras seguiremos gritando: **¡Ni una menos, vivas nos queremos!
Transformar
Transformar es el horizonte al que apuntamos. No queremos solo resistir; queremos cambiar el mundo. Transformar significa desmontar el patriarcado, el racismo y el capitalismo que nos oprimen. Significa exigir una ley integral contra la violencia de género y los feminicidios que no solo sancione, sino que también prevenga y eduque. Significa garantizar el acceso a las tres causales y a una planificación familiar eficiente, porque la autonomía de nuestros cuerpos es un derecho fundamental.
Transformar es invertir en educación popular para desaprender el machismo y construir masculinidades libres de violencia. Es trabajar desde las comunidades para crear espacios seguros donde las mujeres y las niñas puedan crecer y desarrollarse sin miedo. Transformar es, sobre todo, creer en la posibilidad de un mundo mejor y trabajar colectivamente para hacerlo realidad. Porque sabemos que otro mundo es posible, y ese mundo lo estamos construyendo nosotras, desde el Sur, desde los márgenes, desde la resistencia.
Llamado a la acción
Este 8 de marzo, desde la Tertulia Feminista Sur, invitamos a todas, todes y todos a *persistir* en la lucha, a *resistir* ante las injusticias y a *transformar* nuestras realidades. Porque sin feminismo no hay democracia, y sin justicia social no hay libertad.
Exigimos al Estado dominicano:
- Políticas públicas reales y efectivas que protejan a las mujeres y las niñas.
- Una ley integral contra la violencia de género y los feminicidios.
- Acceso pleno a la salud sexual y reproductiva, incluyendo las tres causales.
- Inversión en educación popular y en la transformación de las masculinidades.
- Reconocimiento y reparación para las mujeres negras, de ascendencia haitiana y fronterizas, quienes enfrentan una triple opresión.
Juntas, somos más fuertes. Juntas, construimos un futuro donde la dignidad y los derechos no sean privilegios, sino realidades para todas.