Por Juan Elpidio Matos Méndez (John Elpis)
Tomado de La Caracola
El Casino del Sur:
Recuerdo esa bonita edificación y sus bailes que veía desde fuera del parquesito de Aduana. A principios de los años sesenta vi tocar la orquesta La Juvenil, había otra orquesta y luego oí un rumor que era Johnny Ventura en un mano a mano, como se decía. Esto no puedo afirmarlo. También recuerdo cuando inauguraron el tendido eléctrico nuevo de la Avenida Enriquillo, se hizo un desfile que terminó en el casino. Lo presidían como Reyes los buenos mozos Rudy Woell y Katia González. Podía ser el año 1967 o el 1968.
El centro Sirio:
Sólo asistí una vez, cuando ya me formaba como joven. Se hacían fiestas muy exclusivas.
El Flamingo Bar:
Un lugar muy acogedor. Se hacían muchas fiestas. Lo recuerdo desde cuando lo regenteaba el famoso TERRIBLE. A comienzo de los años l970 a Yorik Piña se le ocurrió la brillante idea de hacer un espectáculo los Domingos en la tarde que llamó el Show de Yorik Piña. De ahí salió Nora González, el aclamado niño de esa época Napoleoncito Rivera (Hermano de Tacoy) y un joven de Tamayo, creo que su nombre era Domingo Feliz. Más tarde saltó a la fama con el nombre de Benny Sadel.
EL Restarurant JAIME:
Exclusivo por referencia de la sociedad de Barahona en esa época, los enamorados, las canciones, todo lo que se vendía, pero sobre todo por ese potente aire acondicionado. Lo frecuente cuando ya Jaime el chino se había marchado a NY. A Jaime lo conocí y lo veía, porque nosotros vivíamos muy próximo al Restaurant.
EL Hotel GUAROCUYA:
Lugar de grandes eventos, fiestas y pasadias los Domingos en la tarde. Me llevaron de chaperón a una fiesta con un enamorado de mi hermana mayor y escuché por primera vez teléfono a larga distancia. El trompetista salió de atrás de una mata de coco, aquella mata de coco donde Super, el hermano de Papito Carrera, pintó la famosa figura de Superman.
También, ya firmado, recuerdo su piano bar, cuando haríamos la puerta en el fondo de la pared, la famosa foto de Lee Van Clif con su sombrero pintado por Radhames Ledesma el hijo de Color.
Ya para terminar y para los que me llevan años.
EL DANUBIO AZUL
De Chichi Cuna en el Batey. Finalizaban los sesenta y estaba de moda "Mi calle triste, con Camboy Estévez, entraba de curioso y veía como esos enamorados bailaban esos boleros. En esa época los boleros eran el abrazo permitido a las novias o enamoradas, hoy en día, con el modernismo, los moteles y las relaciones pre matroniales, se perdió la gracia de bailar boleros.
Espero disfruten estos recuerdos que permanecen en mi mente y la de ustedes.