En los últimos días ha cobrado fuerza una campaña irresponsable contra el Seguro Nacional de Salud (SENASA), con denuncias infundadas sobre una supuesta crisis financiera. Se trata de una maniobra política que, lejos de buscar soluciones, pretende sembrar alarma y minar la confianza en una de las instituciones más valiosas para los sectores más vulnerables del país.
Como aclaró el presidente Luis Abinader, SENASA no tiene déficit. Lo que existe es una necesidad de aporte complementario del Estado, algo normal en un sistema de salud pública que da cobertura a más de 7 millones de dominicanos, en su mayoría de escasos recursos. Garantizar ese respaldo es una obligación del gobierno, no una señal de colapso.
¿Hay retos? Sí. ¿Irregularidades por corregir? También. Pero de ahí a hablar de quiebra hay una gran distancia, alimentada por intereses políticos que no reparan en el daño que causan.
SENASA ha sido un pilar de inclusión social y acceso a la salud. Jugar con su credibilidad es jugar con la salud del pueblo. Y eso es inaceptable.