Santo Domingo - ago. 11, 2025
El anuncio del gobierno dominicano de reducir sus gastos públicos hacia el año 2029 marca un punto de inflexión en la gestión fiscal del país.
Ante la creciente presión económica y demandas sociales insatisfechas, la austeridad propuesta no puede limitarse a una simple disminución de partidas presupuestarias.
Se requiere una transformación profunda del modelo de gasto estatal, orientada a la eficiencia, la equidad y la transparencia.
El verdadero reto está en reordenar prioridades, eliminar duplicidades institucionales y racionalizar el uso de recursos. La ciudadanía espera que este plan no afecte negativamente áreas sensibles como salud, educación y justicia, pilares fundamentales del desarrollo nacional.
Cualquier ajuste que debilite estos sectores sería socialmente regresivo y políticamente irresponsable.
El país necesita avanzar hacia una economía menos dependiente de subsidios improductivos y más comprometida con la innovación, la resiliencia climática y el fortalecimiento institucional, para representar un nuevo pacto social.