lunes 03 noviembre, 2025
Factores como altas tasas hipotecarias, costos elevados de materiales, y burocracia demoran el sector construcción. La falta de dinamismo afecta empleo, consumo y aumenta desigualdad en República Dominicana.
Tomado de Proceso
Santo Domingo.- El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) denunció un desplome en el sector de la construcción del país, lo cual está causando grandes daños a la economía nacional, dado que es uno de los pilares históricos del desarrollo económico y social de nuestra nación.
Ramón Pepín, secretario de Obras Públicas, expresó que durante décadas el sector de la construcción ha sido un motor de crecimiento y generación de empleo, contribuyendo de manera significativa al Producto Interno Bruto (PIB) y dinamizando la industria, el comercio y el bienestar de miles de familias dominicanas.
Dijo que, sin embargo, en los últimos años han sido testigos de una preocupante desaceleración que amenaza con revertir los avances logrados en las administraciones pasadas.
"Según el más reciente Registro de Oferta de Edificaciones (ROE-2025-1), publicado por la Oficina Nacional de Estadística, el 52 % de las obras registradas en el país se encuentran paralizadas, un indicador alarmante que refleja la falta de dinamismo en la inversión pública y privada", sostuvo.
También actuaron como voceros los vice secretarios de Obras Públicas del PLD, Milton Torres y Osmeldi Morillo, quienes indican que, mientras tanto, apenas el 19.6% de las edificaciones están en ejecución y el 24.1% están culminadas, lo que evidencia un estancamiento en la actividad del sector.
Indican que esta situación se agrava debido a un contexto macroeconómico que combina factores adversos:
Las altas tasas de interés hipotecarias, que en 2025 se sitúan en promedio entre el 11% y el 12%, según datos del Banco Central y medios especializados.
El aumento de la tasa del dólar.
El aumento del costo de los materiales de construcción ha encarecido las viviendas y reducido la rentabilidad de los proyectos.
Existen retrasos excesivos en la obtención de permisos; algunos de ellos tardan entre 8 meses y 1 año, en contraste con los 60 a 120 días que solían tomar en años anteriores.
Aumento de las tarifas de inspección aplicadas por el Ministerio de Vivienda, sin que esto represente una mejora proporcional en los servicios.
Reducción en el acceso a bonos de vivienda, lo que ha alejado a miles de familias del sueño de tener un hogar propio.
El gasto de capital público se encuentra por debajo de los niveles históricos, lo que ha limitado la inversión en infraestructura y la reactivación del empleo en el sector.
Todo esto ha llevado a que la construcción, que históricamente aportaba tasas de crecimiento de dos dígitos en ciertos períodos, hoy se mantenga en niveles de crecimiento bajos y frágiles, lo que afecta a miles de trabajadores, ingenieros, proveedores y pequeñas empresas.
La caída de la construcción no solo afecta a los inversionistas o al Estado, sino también a los obreros que han perdido su sustento, a las familias que no pueden acceder a una vivienda digna y a las MiPymes que dependen de esta cadena productiva. La parálisis del sector tiene un efecto dominó: menos empleo, menos consumo, menos recaudación y más desigualdad.
