sábado, 4 de diciembre de 2010

PARA LOS POLITICOS SIN LECTURA!!! Los clásicos universales que enseñan el manejo del "Arte de lo Conveniente",

El Príncipe, El Político, Fouché y Las 48 Leyes del Poder
Por: Mayobanex De Jesús Laurens
Publicado en El Nuevo Diario hace tres años por el autor

A diario veo y escucho a muchos dirigentes políticos del ámbito criollo, enclavados en las más altas esferas de sus partidos, manifestarse o expresarse sobre temas y tópicos, dejando entrever con claridad que desconocen la lectura de los libros clásicos que se han escrito sobre la política y los asuntos de Estado.
Cinco grandes escritores han dedicado toda su sapiencia de conocimientos y experiencias para escribir sobre el difícil arte de la política, también considerada como ciencia por los estudiosos. Quien aspire a estar en política debe de tener estos textos como libros de consultas permanentes debajo de sus brazos, para que sepa conservarse en cada situación.

Nicolás Maquiavelo, con su obra maestra, El Príncipe, se convierte en el autor preferido de los gobernantes y políticos. Independientemente de los detractores de sus teorías, su libro es un método para manejarse en la política y en el Poder, dependiendo de las circunstancias en que se encuentre.

Stefan Sweig, con su magistral obra, “Fouché, el ministro de la sombra”, nos muestra la tergiversación de los valores éticos y morales por parte de un ministro que su sola presencia daba miedo. Detalla y analiza la personalidad de Joseh Fouché desde el punto de vista moral y político, así como las vivencias de uno de los hombres más temidos de la Francia napoleónica.


José Martínez Ruiz (Azorín), con su sencilla obra titulada, “El político”, nos describe una serie de consejos, insinuaciones y recomendaciones que el autor da a los políticos, a fin de que se puedan convertir en lo que él consideraba un “político ideal”

Robert Greene y Joost Elffers, con su magistral obra, “Las 48 Leyes del Poder” nos presentan el lado oscuro del Poder, las reglas para alcanzarlo y mantenerse en el mismo. Libro extraordinario, que no oculta en ningún momento el estilo maquiavélico; es audaz, inescrupuloso, pero muy didáctico. Nos muestra una profunda investigación sobre la filosofía de grandes pensadores de la humanidad.

“El Príncipe”, nos muestra una serie de máximas sumamente interesantes: Sobre el proceder de un príncipe nuevo; Con relación a la crueldad y la humanidad; Sobre las cualidades del hombre; Referentes a ser temido o ser amado. “El Príncipe” trata además temas tales como: La resistencia a los cambios; La venganza; Cuando iniciar el combate de un príncipe; La imitación a los grandes hombres; Las injusticias y los favores; La prudencia; El arte de la guerra; Como evitar el odio del pueblo; Sobre la fidelidad a la palabra dada; entre otros temas de interés para los políticos.

. “Un príncipe nuevo no puede observar todas las cualidades que hacen que se considere a un hombre bueno, ya que a menudo, para conservar el estado necesita actuar contra la lealtad, contra la caridad, contra la humanidad y contra la religión. Por eso es importante que tenga el ánimo dispuesto a cambiar según le indiquen los vientos de la fortuna y los cambios de las cosas y, como dije antes, no alejarse del bien, si puede, pero saber entrar en el mal, si es necesario”

“El Político” es un manual de conceptos de lo que un político debe hacer para manejarse correctamente como tal. Nos muestra la forma de vestir de un político; a conocer la gente que le rodea; a evitar las contradicciones; a mantener la serenidad en la desgracia; ser impasible ante el ataque; a tener mañas al escuchar; a aceptar con sencillez las distinciones; a saber desentenderse en ciertos momentos de apuros; a conservar la faz serena; a huir de la abstracción del medio; a saber recogerse y guardarse; a no ser excesivamente modesto, entre otros diversos temas sobre el proceder correcto de un político.

“Sepa conservarse el político en el fiel de la balanza. No pierda nunca el sentido del equilibrio. En el arte del gobierno, el equilibrio consiste en ser entero o condescendiente, según los casos”

Fouché, es una biografía del “genio tenebroso” Joseh Fouché. Es un retrato de alma entera de los más insignificantes movimientos de este personaje, de los motivos que le impulsan su alma vil de traidor, que en el momento supremo lo impide elevarse a la grandeza de una idea noble, desinteresada, y sucumbe amarrado por la baja codicia, al mísero provecho material; condición única de sus acciones y de sus innegables talentos. La obra se remonta al período comprendido entre la Revolución Francesa y el reinado de Luís XVIII. Fouché fue uno de los hombres más poderosos y temidos de su época, y uno de los más extraordinarios de todos los tiempos.

“Las 48 Leyes del Poder”, es un prontuario donde se registran casos ilustrativos de errores y aciertos de los poderosos. La obra está inspirada en toda una gama de personajes: reyes, estadistas, militares, estafadores, entre otros. De los enunciados de la obra, establecidos como fundamentos del Poder, destacamos los siguientes: Nunca le haga sombra a su amo; Diga siempre menos de lo necesario; Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles; Gane a través de sus acciones, nunca por medio de argumentos; Para desarmar su víctima utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva; Menosprecie lo que es gratuito; Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez; No vaya más allá de su objetivo original; al triunfar, aprenda cuándo detenerse.

La lectura apasionada y con alto sentido del disentimiento en lo que conviene y no conviene de estas extraordinarias obras que tratan sobre el accionar de los políticos, antes y después de llegar al Poder, ayudan a un mejor manejo de la cotidianidad del oficio. Desconocer sus lecturas conlleva a cometer errores permanentes que tarde o temprano le conducen al fracaso. Sugerimos su lectura, aunque nos acogemos al sentido ético de sus postulados, no a las proposiciones maquiavélicas de los mismas.

Mayobanex De Jesús Laurens