Por Carlos J. Vidal LASSIS/Tomado de Elbiranny.com
A la sabiduría le pregunté, ¿por qué los sueños no pueden hacerse realidad? y ella me contestó que cuando tenemos un deseo y no lo podemos conseguir lo convertimos en sueños. Los sueños los sentimos como inalcanzables y no pensamos que un sueño se convierta en realidad. Pero si a ese sueño le damos la luz del sol, lo mantenemos en el tiempo ayudándonos de la paciencia y lo cuidamos con mucho amor, tal vez algún día le daría las gracias a la vida. También me dijo que no perdiera nunca los sueños, porque ese pequeño milagro que se llama soñar nos acerca a lo inalcanzable dándonos ilusión y fuerzas para seguir manteniéndolos latentes.
Fragmento de una Fábula que se trae con la intención de fortalecer la idea de que los sueños son alcanzables. Lograr algo requiere intensidad y persistencia, casi siempre se corona con el éxito.
Este tema es emblemático en la vida de quien escribe, define nuestra personalidad y constituye la fuente de múltiples gracias que a Dios agradecemos y que como un deber de ser humano queremos y debemos compartir.
Un compueblano, amigo desde infancia recién nos reencontramos al coincidir en un taller de mecánica local, rememoramos los años escolares, los desarrollos de nuestras vidas profesionales y nuestras inquietudes actuales. Note sin embargo las quejas e inconformidades que siente y brevemente le expuse mi parecer que a la vez constituía una consejo solidario.
Le planteé simplemente que revisara, sus posibilidades, sus recursos, su realidad y que mirara a su alrededor buscando las necesidades que quizás el podría suplir, que usara su poder creativo latente y emprendiera una acción que satisfaga sus propósitos y podrá alcanzar renovar su ímpetu e interés por la vida. La conversación continuó y el compinche de infancia salió con fe en sí mismo renovada y una clara decisión de que haría de inmediato.
Aplicar esta fórmula es válido tanto para una persona, una familia o una población. Las Fábulas son extraídas de la observación de la vida que se repite una y otra vez, como método de enseñanza que lamentablemente fallamos en ver al hacernos los problemas mucho más grandes de los que son o por simplemente dejarnos arrastrar en la rutina improductiva e embrutecedora. Hay quienes sacan ventajas de estos estados de inercia en los pueblos, y son llevados a pensar en que únicamente ellos (los que sacan Ventajas) pueden dar respuestas a las necesidades y llegan hasta creerse que son “elegidos” o aristócratas.
Cada individuo, cada familia, cada grupo y hasta cada nación puede y debe salir por sus propios medios de los problemas que le asedian, y si se necesita la asistencia, cooperación y/o participación de otros, se hace en términos dignos y de mutuo acuerdo. Todos esos grandes sueños de progreso que los barahoneros compartimos son realizables.
Barahona tiene inconmensurables recursos y posibilidades, que deben ser descubiertas y su propia gente tiene que empoderarse, es decir, adueñarse de la situación para lograr encausar sus beneficios directamente a su comunidad, conviniendo con las autoridades locales, gubernamentales e internacionales la aplicación de los programas productivos que crean puestos trabajos, progreso y cultura a nuestra comarca.
El cambio para mejorar se da cuando cada uno de nosotros cambiamos, no cuando los demás cambian. Si sabemos esto, no esperemos a que otro nos invite a tomar una iniciativa positiva para mejorar nuestra situación, tomemos nosotros mismos esa iniciativa e invitemos a otros.
A la sabiduría le pregunté, ¿por qué los sueños no pueden hacerse realidad? y ella me contestó que cuando tenemos un deseo y no lo podemos conseguir lo convertimos en sueños. Los sueños los sentimos como inalcanzables y no pensamos que un sueño se convierta en realidad. Pero si a ese sueño le damos la luz del sol, lo mantenemos en el tiempo ayudándonos de la paciencia y lo cuidamos con mucho amor, tal vez algún día le daría las gracias a la vida. También me dijo que no perdiera nunca los sueños, porque ese pequeño milagro que se llama soñar nos acerca a lo inalcanzable dándonos ilusión y fuerzas para seguir manteniéndolos latentes.
Fragmento de una Fábula que se trae con la intención de fortalecer la idea de que los sueños son alcanzables. Lograr algo requiere intensidad y persistencia, casi siempre se corona con el éxito.
Este tema es emblemático en la vida de quien escribe, define nuestra personalidad y constituye la fuente de múltiples gracias que a Dios agradecemos y que como un deber de ser humano queremos y debemos compartir.
Un compueblano, amigo desde infancia recién nos reencontramos al coincidir en un taller de mecánica local, rememoramos los años escolares, los desarrollos de nuestras vidas profesionales y nuestras inquietudes actuales. Note sin embargo las quejas e inconformidades que siente y brevemente le expuse mi parecer que a la vez constituía una consejo solidario.
Le planteé simplemente que revisara, sus posibilidades, sus recursos, su realidad y que mirara a su alrededor buscando las necesidades que quizás el podría suplir, que usara su poder creativo latente y emprendiera una acción que satisfaga sus propósitos y podrá alcanzar renovar su ímpetu e interés por la vida. La conversación continuó y el compinche de infancia salió con fe en sí mismo renovada y una clara decisión de que haría de inmediato.
Aplicar esta fórmula es válido tanto para una persona, una familia o una población. Las Fábulas son extraídas de la observación de la vida que se repite una y otra vez, como método de enseñanza que lamentablemente fallamos en ver al hacernos los problemas mucho más grandes de los que son o por simplemente dejarnos arrastrar en la rutina improductiva e embrutecedora. Hay quienes sacan ventajas de estos estados de inercia en los pueblos, y son llevados a pensar en que únicamente ellos (los que sacan Ventajas) pueden dar respuestas a las necesidades y llegan hasta creerse que son “elegidos” o aristócratas.
Cada individuo, cada familia, cada grupo y hasta cada nación puede y debe salir por sus propios medios de los problemas que le asedian, y si se necesita la asistencia, cooperación y/o participación de otros, se hace en términos dignos y de mutuo acuerdo. Todos esos grandes sueños de progreso que los barahoneros compartimos son realizables.
Barahona tiene inconmensurables recursos y posibilidades, que deben ser descubiertas y su propia gente tiene que empoderarse, es decir, adueñarse de la situación para lograr encausar sus beneficios directamente a su comunidad, conviniendo con las autoridades locales, gubernamentales e internacionales la aplicación de los programas productivos que crean puestos trabajos, progreso y cultura a nuestra comarca.
El cambio para mejorar se da cuando cada uno de nosotros cambiamos, no cuando los demás cambian. Si sabemos esto, no esperemos a que otro nos invite a tomar una iniciativa positiva para mejorar nuestra situación, tomemos nosotros mismos esa iniciativa e invitemos a otros.