ORLANDO DICE
PLD y PRD en la búsqueda de los votos para las elecciones 2012
Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do/tomado de Listin Diario
Los perredeístas están como el auditorio de la sorprendente obra de teatro de Samuel Beckett “Esperando a Godot”. En su caso no sería un personaje como Godot, sino una encuesta como la Gallup.
Y como toda espera, y el celebrado autor irlandés recreó ese ánimo de absurdo, el desconcierto gana día a día a los dirigentes, pero pierde a los responsables de la campaña. Le hicieron saber o se inventaron que empezando febrero se daría a conocer la primera entrega correspondiente al 2012, y por mucho que averiguan nadie sabe nada. Incluso, los perversos están dándose vida de nuevo, haciendo correr las especies más encantadoras, y obligando a los contrarios hacer otro tanto. Unos dan cuenta de números supuestos y otros hablan de diligencias que tampoco pudieron haberse hecho. El problema es que la Penn and Schoen hizo daño, como nunca antes, y no se buscó antídoto a tiempo. El veneno cumplió su cometido. Igualmente se teme que el gobierno aplique una receta que funcionó con Leonel Fernández: abrumar con mediciones más que periódicas…
EL UNO
El PRD está demandando de la Junta Central Electoral la casilla uno para su candidato Hipólito Mejía, y nadie ve razón para que no se le conceda algo que no debió haberse sometido a discusión. Que pudo resolver administrativamente. Si la ley no lo dice, se impone la costumbre. Al partido más votado en unas elecciones le corresponde el primer cuadro en las siguientes. Aunque resulta interesante que lo que ahora se presenta como una exigencia, fuera un elemento de lucha interna en la pasada convención. Cuando se debatía la nominación, si era Miguel Vargas o Hipólito Mejía. Vargas fue insistente en reivindicar como un logro de su gestión ese aumento en los sufragios depositados a favor de los candidatos del PRD. Ahora quiere que la JCE certifique un avance que ya no es suyo, sino institucional, pero que evidentemente quedará como parte de su historia. Hizo el trabajo y puede exhibir y enorgullecerse de los resultados. Cuando el último toque de guantes, y como parte de su defensa, mencionó la feliz ocurrencia…
LA FOTO
La colocación de la foto del candidato a la vicepresidencia sería una forma de reconocer importancia, ya no al cargo, sino a la postulación. De que no se vea como hasta ahora que es arrastrado por la elección del presidente. Sería ponerlo en condiciones de buscar votos a favor de la boleta y que deje de ser un zángano electoral. No hay que decir que sería fuente de conflictos, pues ñaunque no se tiene clara la modalidadñ podría darse el caso de que el segundo de abordo tenga más cualidades y atractivos que el primero. La historia dominicana es la del vicepresidente conspirando contra el presidente. ¿Por qué crear condiciones para que retornen las oscuras golondrinas, para que se asomen los fantasmas que hace tiempo fueron espantados? Además, nadie duda de que esa iniciativa tenga una intención muy clara y que es una de las tantas alcahueterías que se inspiran en el fenómeno de Margarita Cedeño. Por suerte, la idea no surgió en el seno del PLD, ni éste la promueve. Se atribuye a “técnicos” de la Junta Central Electoral, por lo que puede dejarla sin efecto por voluntad propia…
LOS VOTOS
Se hace cuesta arriba que un elector se ponga en la caseta de votación a discernir entre las fotografías de los candidatos, por lo que se supone más difícil que haga otro tanto con los nominados a la vicepresidencia. ¿A qué colocar fotos más pequeñas, pues en el espacio para una ahora deberán caber dos, si no se tiene clara su utilidad práctica? El propio lugar de la casilla tampoco convence. Veamos. El PRD quiere la número uno, creyendo que consigue primacía y ventaja, sin que se alcance a ver cuáles. Sin embargo, cuando el partido blanco aumentó la votación que le da derecho a ocupar el primer recuadro, estaba en el segundo. El premio, por tanto, no es tan legible, si desde la segunda colocación logró lo que no pudo el PLD, que estaba en el lugar que se considera preferente. La cuestión no es de ubicación en la boleta, es de buscar los votos que hacen falta para ganar. Y si el PLD con una menor votación que el PRD obtuvo una mayor representación congresual y municipal, gracias a sus aliados, el misterio está develado. La suerte está en las …