viernes, 24 de febrero de 2012

ORLANDO DICE! Caso de las visas y provocación de Hipólito a Leonel


ORLANDO DICE
Caso de las visas y provocación de Hipólito a Leonel

Orlando Gil/orlandogil@codetel.net.do/tomado de Listin Diario

RELACIÓN.- ¿Qué tiene que ver la cercanía del 27 de febrero con poner sobre el tapete la revocación de visas norteamericanas a funcionarios del gobierno? Aparentemente nada. Era impensable que los afectados pudieran ser nombrados en otros cargos faltando tan poco tiempo para terminar el período.

Ni siquiera al general Héctor Belisario Medina y Medina como ministro de las Fuerzas Armadas. Aunque fuera el cumplimiento de una promesa o la realización de un deseo, e incluso una forma de enriquecer su currículum, o la culminación exitosa de su carrera militar. El decreto sería soberano, digno, y hasta oportuno, pero constituiría una provocación a designios superiores. Y Leonel Fernández no está para batirse contra “el imperialismo” como Hugo Chávez. Tampoco al general Guillermo Guzmán Fermín en el ministerio de Interior y Policía como premio a una lealtad que merece ser mejor correspondida. Menos rescatar del olvido al “desaparecido ” general Manuel de Jesús Florentino y Florentino…

LA NEBULOSA.- Nadie pensaría que Víctor Manuel Crispín Zorrilla podría ser ascendido a director del DNI, pues al presidente Fernández se le haría cuesta arriba quitar al incumbente general Ramón Aquino. Sin embargo, son tareas pendientes, o sueños por realizar. Ahora, conociendo el temperamento del jefe del Estado, quien no es muy dado a mover fichas, se concluye que finalizará su gestión con el actual cuadro de mandos. En ese sentido no hay mucha tela por donde cortar. Traer a colación el tema de los militares y policías en desgracia con el gobierno norteamericano, no estropeaba ningún propósito del gobernante dominicano. No era una forma de llamarle la atención, de demandar cautela, o de que dejara sin efecto una decisión tomada pero no aplicada. De manera que si no hay misterio, por lo menos la nebulosa es densa e impenetrable. Aunque la intervención del candidato Hipólito Mejía constituye un elemento nuevo. Coloca al presidente Fernández contra la pared y le da un plazo para que revele razones, o él – Mejía – lo hará…

EL PLAZO.- ¿Responderá el presidente Leonel Fernández la provocación de su antecesor y potencial sucesor Hipólito Mejía? ¿Hará conminado lo que hasta ahora no ha hecho de manera espontánea? El plazo fue muy largo, quince días, más de lo que llevó deshacer el entuerto de la cuenta en Dinamarca de Margarita Cedeño, una situación que Mejía había demandado fuera aclarada. No se hizo por él, aun cuando su partido tiró piedras a la mujer pensada en pecado. Se hizo por razones políticas, y sobre todo electorales. Aunque por igual cubre la parte moral. De acuerdo al pronunciamiento del candidato Mejía el gobierno no escapa de su encierro, ni la oposición cesa en su acoso. De ahí que haya que volver al 27 de febrero y a su probable relación con los actuales acontecimientos. La fecha es importante, pero no porque vayan a producirse cambios, sino porque el jefe del Estado deberá rendir cuentas de su gestión del año pasado. Incluso, queda la posibilidad de que el tiempo alcance para hablar, ya no de un año, o de un cuatrienio, sino de una era…

EL ESCENARIO.- La comparecencia del presidente Leonel Fernández ante la reunión conjunta de las cámaras legislativas, el próximo lunes, se adelanta crucial. La ocasión es para que el estadista se eleve, pero se teme que el político en campaña lo sustituya y que la ocasión se disuelva en arengas y aplausos. Lo hecho, hecho está. Mucho o poco, quedará. El problema es otro. El gobierno se siente en los últimos días como la arepa: fuego por arriba y por abajo. Hasta Danilo Medina, y por igual Margarita Cedeño, hablan de cambio, y cambio es quitar una cosa y poner otra. ¿Dónde, pues, el legado? Si no defiende su obra, nadie lo va a hacer. Si no deja algunos ladrillos puestos ¿cómo asegurar el edificio del 2016? De manera que el riesgo es grande, la tentación enorme. El león podría olvidarse del protocolo, de las formas, y rugir en ese sacrosanto recinto. El cocodrilo no se perdió en el agua, sigue en tierra y muestra sus fauces redentoras. ¿En qué escenario promover su legado o desquitarse de las dentelladas de la cuenta en Dinamarca o la revocación de las visas norteamericanas, sino en la augusta sala de la Asamblea Nacional?…