En el cambio de chaqueta va ganando el PRD
Cesar Medina
Lobarnechea1@hotmail.com/TOMADO DE LISTIN DIARIO
Cuando se sume Amable el próximo domingo, no quedará mucho dónde buscar para agregale al PRD. Claro, faltan algunos de menor nivel, como ocurre siempre. Pero sin duda en el nivel superior del reformismo todo está ya decidido: Amable y los suyos con Hipólito y la institucionalidad partidaria, o la franquicia, con Danilo y el gobierno.
Ha habido adherencias menores pero sin mayor significación al momento de contarse los votos. Títole Taveras, por ejemplo, no aporta nada fuera del voto familiar y su proverbial bonhomía. Y Rodríguez Pimentel menos, porque ni eso tiene…
Pero como en la campaña todos hacen bulto, sin duda que la candidatura de Hipólito ha salido ganando en este infame cambio de chaquetas que ha venido desnaturalizando el ejercicio político desde que esta actividad se convirtió en un mercado de pulgas donde se compran voluntades nuevas y usadas. La parte perredeísta que está en campaña alega que para los peledeístas esos reformistas eran buenos y tenían mucha gente cuando estaban a su lado, pero ahora los denostan, los descalifican y los maltratan… Y les sobra razón. Pero también aplica a la inversa.
Fue en el gobierno de Hipólito cuando se sacaron expedientes para incriminar en actos de corrupción a Amable, a Lockward, a Pimentel, a Taína, a Inchausti, a Tito… A uno de esos lo trancaron en Najayo por casi un año y le incautaron sus bienes. Como entonces, digo ahora que se trató de una burda persecución política.
La diferencia es que para Hipólito y su gente, hoy esos ex-perredeístas y ex reformistas son respetables y honorables ciudadanos que merecen consideración y respeto. Y para el PLD son tránsfugas sin ningún valor en el mercado electoral.
El contragolpe viene
Nada de esto debe extrañar en una campaña electoral caracterizada por los golpes bajos y las trapacerías. Un tal “Hipolotón”, personaje pintoresco de Moca que según los perredeístas era un connotado dirigente del PLD, fue juramentado por el propio candidato Mejía como miembro de su equipo de campaña. Y tampoco eso está mal dentro de este juego clientelar del partidismo dominicano.
Pero lo que se dice es que el PLD y el gobierno preparan un golpe contundente a la campaña de Mejía, y que después de Semana Santa figuras descollantes del perredeísmo tradicional se irán con Danilo Medina. Y se adelanta que entre ellos figurarán nombres de legisladores, síndicos o alcaldes, secretarios generales, coordinadores regionales y dirigentes renombrados de barrios y provincias. Podría ser un golpe del que difícilmente pueda reponerse el perredeísmo porque para entonces faltarán sólo algunas semanas para las elecciones.
Se cuenta que en principio tanto Danilo como el Presidente Fernández se oponían a esa estampida en el PRD, pero que ante lo que consideran una provocación de Hipólito tratando de drenar el reformismo y arrastrando a una o dos figuras del peledeísmo, han decidido dar el golpe de efecto porque cuando se conozca los nombres de esa disidencia perredeísta “muchos se caerán para atrás”.
Es obvio que en todo esto se está dejando de lado la teoría del camión compactador de la basura: ¡Lo que más hiede es el agüita que van dejando en el camino al vertedero!
Gran preocupación
Ha comenzado a causar preocupación la altisonancia del discurso de campaña y la rispidez del debate electoral. De uno y otro lado se escuchan provocaciones que pudieran alterar el curso de la campaña y repercutir en la base social de los partidos, que es la que hace el proselitismo y se mueve en barrios y pueblos al lado de los candidatos.
Se actúa con mucha irresponsabilidad y sin llegar a medir las consecuencias cuando el discurso de arriba se torna áspero y agresivo, porque abajo no se entiende bien el mensaje y la violencia física sustituye la discusión ligera e insustancial por simpatías y preferencias, como es natural que ocurra en estos procesos incluso entre familiares y amigos. Y la situación se torna mucho peor aún cuando se descalifica el arbitraje electoral y se siembran dudas sobre la limpieza y pulcritud del proceso, como ha estado ocurriendo en las últimas semanas.
Grupos organizados de la so-ciedad e instituciones como las iglesias y medios de comunicación independientes tratan de buscar alguna mediación idónea que evite que el debate siga agriándose. Hay mucha irresponsabilidad de gente que parece ignorar que quien participa en unas elecciones sólo tiene dos posibilidades: ganar o perder. Y que ambas opciones están determinadas por la decisión de la mayoría que es la voluntad soberana del pueblo.
Candidatos y partidos
El día 21 de este mes, es decir, el próximo miércoles, vence el plazo que otorga la ley a los partidos para inscribir candidaturas a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, y a las diputaciones de las circunscripciones del exterior. Ese día la principalía partidaria recae en los candidatos, y en la práctica, los presidentes de las formaciones políticas entran en receso.
En el actual proceso el fenómeno es poco común porque los candidatos de los dos principales partidos, uno de los cuales ganará las elecciones del 20 de mayo, no son sus presidentes. Leonel Fernández no es candidato, pero sí presidente del PLD. Y Miguel Vargas es el presidente del PRD, pero no es candidato. Es decir, ambos quedan literalmente al frente de sus respectivos partidos pero pierden la principalía de la dirección hasta 24 horas después de las elecciones del 20 de mayo.
Es por eso que hay mucho temor de que ese día llegue a uno de esos partidos “la noche de los cuchillos