Las siete vacas flacas
R. A. López Ynoa/Tomado de El Expreso del Sur
La historia bíblica. Cuenta el libro sagrado que en una ocasión el faraón, gobernante de la nación egipcia, tuvo un sueño en el que se le avisaba de que se aproximaba un período de grandes estrecheces económicas para su gobierno y para el pueblo. En el sueño vio siete vacas flacas las que según José, el que le interpretó el sueño al gobernante, significaban siete años difíciles y de grandes calamidades.
Cuando el faraón escuchó la interpretación del sueño quiso desfallecer y le pregunta a José qué entendía él que debía hacerse y éste le aconseja aprovisionarse de alimentos y de cuantas cosas pudieran guardarse en almacenes y que preparara al pueblo para que cada quien cooperara para enfrentar de la mejor manera la crisis que se avecinaba.
Según la historia el vaticinio se cumplió y mientras en las demás naciones había carestía, sequía y los pueblos morían de hambre, Egipto pudo sortear el período de crisis gracias a la previsión hecha durante los años de bonanza.
El Pacto Fiscal. El Gobierno acaba de anunciarle al país una propuesta de ajustes financieros –Pacto Fiscal- que, según el propio Presidente Medina, “es un trago amargo” pues vendrá a encarecer la vida de los dominicanos.
Parece que a los dominicanos nos ha llegado el período de aquellas vacas flacas de las que nos habla el texto sagrado. De aprobarse la propuesta tal y como ha sido sometida al congreso, deberemos apretarnos fuertemente los pantalones, como se decía antes, para enfrentar la crisis aunque sin la ventaja que tuvieron los egipcios de prepararse previamente. Nosotros tendremos que aparejar la carga en el camino, o sea, prepararnos al mismo tiempo que enfrentamos la crisis.
Todos están de acuerdo con que las medidas impositivas son necesarias y urgentes, pues al país no se le puede poner candados y cerrarlo, aunque particularmente a mí en un principio me parecieron desbordantes. Hoy el gobierno informa que más de sesenta productos de la canasta familiar fueron incluídos por error.
Tampoco podemos hacer lo del avestruz que esconde la cabeza en lo que pasa el vendaval, porque hay que enfrentar de la mejor manera la crisis financiera que momentáneamente atraviesa la nación dominicana.
A disciplinar el consumo. Si urgentes son los ajustes financieros creo que en esa misma medida es también urgente y necesario que al dominicano se le prepare en actitud positiva para enfrentar lo que se avecina.
Un amigo me decía: “voy a recortar los gastos en diciembre, quitar internet y el teléfono” quizás esa posición es un tanto extrema, pero entiendo que por ahí deben de ir las cosas.
Hay que educar al dominicano para la austeridad. Si un barahonero a la semana hace dos viajes a Santo Domingo, por ejemplo, juntar todas las diligencias e ir sólo una vez. Si consume dos mil pesos en servicios telefónicos, que los rebaje a mil pesos, si a la semana su vehículo consume tres mil pesos de combustible, que se discipline y ruede menos, si tiene aires acondicionados, que utilice abanicos que consume menos, si a la semana suele beberse cinco jumbos de cerveza, que se beba dos, y así por el estilo.
A los partidos políticos se le debe rebajar sus asignaciones a lo mínimamente operativo, a los diputados y senadores se les debe revisar el “sacrificio” que hacen por servir a la patria, que esos sueldos voluminosos del funcionariado del área financiera, y de otras instituciones, también sean revisados.
Creo que todos y todas debemos cabalgar por la ruta de la estrechez financiera que se nos presenta hoy.
Nada dura para siempre. Esta crisis al no ser estructural, es momentánea y es coyuntural y el país con el concurso de todos saldrá adelante.