BARAHONA...La montaña baña sus pies
Barahona
Ubicada en la parte sur oeste de Republica Dominicana, a 190
kilómetros de Santo domingo, Barahona cuenta con una impresionante
vegetación , como ningún otro pueblo del sur lo tiene.
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Es
poseedora de las más hermosas zonas de costa de todo el país y es el
único lugar donde se conjugan playas, montañas y ríos, formando entre
los tres una perfecta combinación para vivir momentos inolvidables.
Aún
permanecen vírgenes sus playas, ríos y montañas, que aunque los
visitan muchos ciudadanos dominicanos y extranjeros, todavía lo que
falta por descubrir es mucho.
Barahona es dueña de una hermosa playa denominada Quemaíto, bautizada por la calidez de sus aguas y suave gravilla.
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Está
ubicada a unos 10 kilómetros de la ciudad y tiene aproximadamente dos
kilómetros de largo. Como la mayoría de las playas de esta zona, está
celosamente cubierta por una inmensa montaña verde y, al margen, un
hermoso cocotal.
También
está San Rafael, un hermoso poblado de gente hospitalaria. Este mismo
nombre lo lleva su cálida y hermosa playa, al igual que su río, que
dicho se de paso, es el único en todo el país en permanecer más de 100
años con un caudal ininterrumpido, a través de la impresionante montaña
que lo cubre.
El
principal río es el Yaque del Sur, que desemboca a pocos kilómetros al
norte de la ciudad de Barahona. El segundo río de importancia en la
provincia es el Nizaíto. Otros ríos, de corto recorrido, son el
Palomino, Bahoruco, San Rafael, Sito y Los Patos. La laguna de Rincón o
Cabral es compartida por las provincias Barahona e Independencia.
Anteriormente existían las lagunas Caballero y Pescadería pero han sido
desecadas ya prácticamente han desaparecido; han sido desecadas para
uso agrícola y ganadero.
Gran
parte de la provincia, en su porción occidental, está ocupada por la
Sierra de Bahoruco. También se encuentra la Sierra Martín García, en
los límites con Azua, el extremo oriental de la Sierra de Neiba y la
Loma de Sal y Yeso.
La
carretera 44 a lo largo de la Costa Azul de Barahona nos ofrece un
paisaje único y espectacular en la República Dominicana. De un lado la
exuberante vegetación de la selva tropical de la Sierra de Bahoruco y
del otro las playas que se asoman al agua azul turquesa del mar Caribe a
lo largo de este trazado. Juan Esteban, Bahoruco, Paraíso y Enriquillo
son algunos de los pueblos pesqueros que se encuentran en la costa.
Las
principales playas son la de San Rafael, el Quemaíto, Saladilla, los
Patos y Paraíso. La de San Rafael es de las más concurridas. Sus aguas
son bravas y los jóvenes se divierten con el ir y venir de sus olas. El
río San Rafael desemboca en la playa. Sus frías aguas son embalsadas
formando agradables piscinas de agua cristalina que provocan un
tonificante baño.
Importantes selvas y parques se encuentran en la Sierra de Bahoruco. Las vistas y paisajes desde aquí son espectaculares. Grandes montañas se asoman al mar y contemplar las vistas del mar adentro desde ellas es una sensación especial. Hay vistas bellísimas desde el Mirador Paraíso y la Vía Cabral-Polo, la reserva biológica Padre Miguel Domingo Fuertes y el Parque Nacional Donald Dodd, que forman parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Importantes selvas y parques se encuentran en la Sierra de Bahoruco. Las vistas y paisajes desde aquí son espectaculares. Grandes montañas se asoman al mar y contemplar las vistas del mar adentro desde ellas es una sensación especial. Hay vistas bellísimas desde el Mirador Paraíso y la Vía Cabral-Polo, la reserva biológica Padre Miguel Domingo Fuertes y el Parque Nacional Donald Dodd, que forman parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Una
de las atracciones más populares de Barahona es el Polo Magnético. Se
encuentra en el tramo que une los poblados de Las Auyamas y Polo, donde
es posible ver un automóvil misteriosamente subir una cuesta con el
motor apagado y sin que nadie lo empuje.
Antes
del descubrimiento y la colonización por los españoles, la isla de
Española estaba dividida en cinco cacicazgos, a uno de los cuales,
Jaragua, que gobernaba Bohechío, pertenecía la demarcación donde se
ubica Barahona.
En torno
al origen del nombre de Barahona se han formulado conjeturas e
hipótesis improbadas. Algunos apuntan que proviene de Vara y Ona y otras
de Bahía Honda. El primer término, según los decires, era empleado por
los españoles para medir especies y el segundo para referirse a la
Bahía de Neyba, donde está situada la población.
Barahona
es un apellido español, (Barahona es un apellido árabe de acuerdo al
libro escrito por Matias Ramirez Suero en el año 1983), y así se
comprueba en Historia del desarrollo de Barahona. Los españoles se
esparcieron por todo el territorio y designaron objetos y lugares con
nombres de ellos. Francisco de Barahona, Gabriel Barahona, Luis de
Barahona y Juan de Barahona llegaron en el primer y segundo viajes del
Almirante Cristóbal Colón.
La obra de referencia sostiene que Barahona es un apellido que encontramos en españoles que llegaron a la isla tras su descubrimiento en 1492.
La obra de referencia sostiene que Barahona es un apellido que encontramos en españoles que llegaron a la isla tras su descubrimiento en 1492.
Un
nitaíno de descendencia española fue Juan Barahona, colono aliado de
los rebeldes de Francisco de Roldán, quienes se sublevaron en el
cacicazgo de Jaragua, que abarcaba el espacio físico en el que hoy se
sitúan la provincia de Barahona, y gran parte de la región Suroeste
La rebelión de Roldán, primera alteración social en el Nuevo Mundo, comenzó en mayo de 1496, y concluyó en noviembre de 1498, lapso en el cual españoles, esclavos e indios desafiaron el absolutismo y la explotación del Imperio Español, que sufrió una derrota.
La rebelión de Roldán, primera alteración social en el Nuevo Mundo, comenzó en mayo de 1496, y concluyó en noviembre de 1498, lapso en el cual españoles, esclavos e indios desafiaron el absolutismo y la explotación del Imperio Español, que sufrió una derrota.
Veintiún
años después, la región fue escenario de otro alzamiento, el del
Cacique Enriquillo, en 1519, quien desde las montañas del Bahoruco lanzó
el primer grito de libertad en América.
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Junto
a un numeroso grupo de indígenas combatió a los españoles hasta 1533,
año en que suscribió la paz con el gobierno español, a través del
capitán general Francisco Barrionuevo. Así, ese imperio padeció su
segunda derrota en la isla.
Luego
la región fue teatro de acciones de negros esclavos traídos de África
–que también desafiaron la ignominia de los españoles- y de piratas,
quienes asaltaban a los navegantes del Mar Caribe y cometían otras
fechorías.
Con el
transcurrir histórico, se fue formando un cuadro que en 1795 se
caracterizaba por la frondosidad de los árboles, los cuales se
constituían en atracción para buscadores de leña, primero y productores
de madera, después.
En
1801, las tropas revolucionarias del general haitiano Toussaint
Louverture penetraron, en la lucha contra los franceses, por el Sur y el
Norte de la parte oriental de la isla e improvisaron chozas en sitios
estratégicos. Un año después, 1802, Louverture impartió órdenes para la
fundación oficial de Barahona, pasando a ser dependencia de Azua.
La
estadía del general haitiano fue breve y, a partir de entonces, la
villa adquirió categoría social y pasó por un proceso de progreso muy
paulatino, que se aceleró a finales de siglo XIX y a principios de siglo
XX.