Alejémonos
de la pobreza
Por Hidalgo Rocha Reyes
Ningún
barrio, sector o residencial de esta provincia, por más que lo hayan concebido
en sus inicios o fundación, no han nacido carente de los servicios básicos necesarios
como el agua potable, calles, aceras y contenes, no obstantes, en algunos
casos, haber sido vendidos sus terreros, con todo incluido.
La mayoría de
nuestros barrios pobres nacieron de la invasión de terrenos por gentes nuestras,
que en su tiempo necesitaban hacerse de sus casitas. Asi nacieron el barrio Enriquillo,
Baitoita, La Playa, Pueblo Nuevo, Camboya, Palmarito, etc. aunque con el tiempo
estos han tenido que ir legalizando su propiedad con los verdaderos
propietarios de esos terrenos.
Así mismos,
de esos barrios han salidos exitosos profesionales y gentes que han emigrados a
otros países y que han adquiridos propiedades en los llamados residenciales de
estas ciudad. Hombres y mujeres nuestras, también de algunos municipios, que producto
de su visión y esfuerzos han cambiado sus status económicos y social construyendo
grandes viviendas en diferentes sectores como barrio Los Maestros y Blanquizales.
Pero como
nuestra ciudad crece sin control y en formar horizontal, al lado de estos
residenciales, también han nacido barrios populosos con las mismas necesidades
de siempre, con gentes que también busca hacerse de un espacio para su familia.
Aquí,
producto de lo antes dicho, se juntan diferentes economías en casi todos los
sectores, creo que pocos no sufren esta polaridad en esta ciudad.
Es por ello
que el caso de Blanquizales y la construcción de la escuela, que tantas aguas ha
dado a beber, debe de llamarnos a reflexión en cuanto a la pérdida de la
humildad en gentes que nacieron en barrios y que producto de vocación, preparación,
dedicación y esfuerzo han logrado crecer económicamente.
Ver esta construcción
cerca de este residencial como una amenaza a su convivencia, por el simple
hecho de que quienes estudiarían ahí serian los moradores de los barrios solares
de Milton o barrio María Montez y los de la Montañita es una pena y una vergüenza.
Oponerse a
esta construcción, a esta necesidad que encontraron algunos en su momento por
parte de un Estado que le brindo una educación gratuita o pública, y que hoy
demandan estos sectores, por el simple hecho de que sus hijos no estudiarían allí,
es realmente inaceptable.
Dentro de
sus alegatos, algunos moradores de Blanquizales plantean que ese espacio es su aérea
verde, donde ellos van a recrearse y sus hijos a jugar y hacer deportes, pero
no es ni era así, ese solar estaba baldío, lleno de maleza, he inmediatamente
se toma la iniciativa de construir ahí la escuela para esos sectores algunos los moradores de Blanquizales, han tomado
ese espacio para obstaculizar la obra y además han salido voces y acciones que
dan pena, mucha pena.
Se ha
llegado hasta el extremo que profesionales de ese sector han quitado las estaca
o puntos de medidas, colocadas allí para colocación de la verja perimetral por
parte agrimensores que trabajan en la posible construcción de esta escuela de
una manera agresiva y temeraria, cosa esta que podría traer consecuencia graves
entre estos y los que por mandatos hacen su trabajos.
Esta nos la
manera de alejarnos de la pobreza, esta no es la manera de olvidarnos, quizás de
dónde venimos, utilizando el dialogo y la propuesta podemos, diplomáticamente
alejarnos de estas, pero nunca con argumentos tan pobre ni con agresividad.