Algunas señales del cambio climático en la región Enriquillo
LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE DE LAS NACIONES UNIDAS Y ALGUNAS SEÑALES DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA REGIÓN ENRIQUILLO
Por: Virgilio Gautreaux P.
DRAMÁTICA FOTO DE MILES DE TONELADAS DE ALGAS MARINAS SECAS EN LAS COSTAS DE ENRIQUILLO, CERCA DEL PARAJE LOS COCOS
(FOTO DE ALFREDO URBÁEZ)
Introducción
Correspondiendo
a una gentil invitación de la Honorable Directiva del Club Rotario de
Barahona, que preside el Dr. Julio Vargas Matos, el 27 de Octubre de
2015 dicté una charla con el título que encabeza esta reseña. Presente
en dicha actividad estaba un selecto grupo de barahoneristas de ambos
sexos, comprometidos con el presente y el futuro de nuestra querida
Perla del Sur.
Basados en los informes de cumplimiento de los
Objetivos del Milenio-ODM (1990-2015) que Los países han suministrado a
la Organización de las Naciones Unidas-ONU, la siempre optimista
burocracia del Organismo, ha elaborado una serie de reportes en cuya
lectura figuran destacados avances. Se presenta que el mundo en
desarrollo ha logrado reducir indicadores cuyo alcance implica profundos
cambios estructurales, situación ésta que contrasta con la penosa
realidad en que están sumidos centenares de millones de seres humanos.
Hay
que resaltar que a pesar de los continuos datos optimistas aportados
por los Gobiernos del planeta a la ONU, siguen en situación de pobreza
extrema casi mil millones de personas a nivel mundial. Las economías “crecen”,
pero más crecen los contingentes de jóvenes que huyen de la miseria de
sus comunidades, provincias o naciones. Millones de personas del Sur y
del Norte de Africa, Medio Oriente y vastas zonas de Asia, se desplazan
despavoridos para evitar una muerte segura por hambre, la violencia
militar o la desarticulación irreversible de Estados Fallidos. Esta
realidad no la cambian las positivas estadísticas de las Naciones
Unidas.
En apreciación de Gimeno Monteverde-quien se basa en
Bauman-la actual globalización neoliberal y sus formas de acumulación de
capital, genera una modernidad productora de contingentes cada vez
mayores de residuos humanos, muchos de ellos
irremediablemente excluidos, o con pocas esperanzas de inserción en
mercados laborales cada vez más exigentes. La contrapartida a esta
realidad es el movimiento indetenible de contingentes de desamparados
que huyen de sus naciones desgarrados por el hambre, la guerra y el
fracaso de Estados Fallidos.
Comprendiendo los países que integran
la ONU, que aún falta mucho por hacer para superar las taras del
subdesarrollo, en Septiembre de este año esbozaron un conjunto de
propósitos y metas a ser alcanzados en el período 2015-2030. Los
compromisos adoptados por las naciones presentes en dicho cónclave
fueron agrupados en los llamados 17 Objetivos del Desarrollo
Sostenible-ODS. Los mismos apuntan a enfrentar y mejorar las condiciones
de vida de millones de seres humanos, concentrándose en el combate a la
pobreza, el analfabetismo, el hambre, la igualdad de la mujer. También
el suministro de agua potable, energía, justo crecimiento económico,
reducción de las desigualdades entre y dentro de los países y todo un
conjunto de propósitos para enfrentar el cambio climático y sus ya
terribles indicadores.
Al pasar revista a los 17 ODS, lo primero
que encontramos es que la mayoría de los compromisos y sus metas, están
estrechamente vinculadas con la problemática ambiental y su impacto
sobre el desarrollo económico y social.
La formulación de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible-ODS, encuentra la Región Enriquillo
en una situación de vulnerabilidad extrema. La expansión de la pobreza
crece vertiginosamente en la zona más vulnerable y desprotegida del
país. Las estadísticas acumuladas de las cuatro provincias del área
(Pedernales, Independencia, Bahoruco y Barahona), presentan un
territorio plagado de carencias económicas y sociales, con una población
cada vez más incrédula, ante tantas promesas incumplidas.
Al
preocupante deterioro estructural de la región, se suma la indiferencia
de nuestros gobiernos. Masas cada vez más empobrecidas retroceden en sus
ya precarios niveles de subsistencia, colindando su actual situación
con indicadores propios de los países y regiones más atrasadas del
continente americano.
A estas bajas calificaciones socioeconómicas
se suma un conjunto de problemáticas de naturaleza ambiental, cuya
combinación y convergencia acelera vertiginosamente la Región Enriquillo
hacia el despeñadero, haciendo cada vez más difícil la implementación
de estrategias que hagan posible-por lo menos-desactivar la crisis
ecológica y humana que ya se desdibuja sobre esta vasta zona de la
República Dominicana.
A continuación detallaremos algunos de los
principales casos que revelan la situación de emergencia ambiental que
actualmente azota las cuatro provincias señaladas anteriormente:
Algas
La
explotación irracional de los recursos naturales del planeta se
incrementa, destruyendo ecosistemas en todo el mundo. Millones de
toneladas de residuos contaminantes en una escala jamás conocida por la
humanidad, saturan el mar, la tierra, los ríos y el aire.
Las
aguas marinas del norte del continente americano transportan importantes
volúmenes de basura y residuos tóxicos altamente contaminantes, que
elevan su temperatura. Estos cambios unidos a variaciones térmicas en
las corrientes marinas ecuatoriales y del Golfo de México, han producido
alteraciones importantes sobre las algas del Mar de los Zargazos, lo
que ha traído como consecuencia el desprendimiento de gran cantidad de
algas, las cuales se han diseminado por varias partes del Caribe,
afectando seriamente las actividades turísticas y de pesca en toda la
zona.
Para que tengamos una idea de la gravedad de la situación,
el Mar de los Zargazos tiene una extensión de tres millones y medio de
kilómetros cuadrados (más de 70 veces la República Dominicana)
y 4, 500 metros de profundidad. Los fenómenos que originan el percance
no parece que serán de corto plazo, lo que significa que como nosotros
como país con fuerte dependencia del turismo y las actividades pesqueras
el problema potencialmente nos afectará por varios años. Ya los
hoteleros se han dirigido al Gobierno en búsqueda de soluciones, a la
vez que por lo menos dos universidades nacionales, también están
estudiando la situación con ayuda de expertos internacionales.
En
el caso específico de la provincia de Barahona, la presencia de gran
cantidad de algas afectó seriamente parte de su litoral costero, tal
como puede apreciarse en las imágenes de más abajo:
La
zona costera del Municipio de Enriquillo presentaba a finales de
Septiembre de este año miles de toneladas de algas acumuladas arrasando
todo a su paso. Esto provocó serias distorsiones en las condiciones de
vida de numerosas especies marinas y en cadenas alimenticias de
crustáceos, moluscos, peces, corales, etc. Las algas acumuladas se
alcanzan volúmenes inmanejables, sin que se observe la presencia
gubernamental para tratar el problema. Los débiles Ayuntamientos de
estas comarcas son impotentes financiera y estructuralmente para
afrontar esta situación.
La falta de señales claras por parte del
Estado Dominicano, pudiera alejar a potenciales inversionistas foráneos y
retrasar los programas oficiales de desarrollo turístico de la zona.
Los funcionarios públicos de Pedernales y Barahona, así como los
Alcaldes y los Legisladores, tienen el deber de crear una Mesa de
Trabajo para tratar que el Gobierno asuma su responsabilidad frente a
este grave problema.
Laguna de Cabral
La
laguna de Cabral es un espacio fascinante. Por siglos fue sede de
asentamientos humanos que encontraban en ella una diversificada y
altamente nutritiva fuente de alimentación, compuesta por peces,
camarones, hicoteas, cangrejos y numerosas especies de aves. Para la
época de invierno millones de aves migratorias hacían “un escala técnica”
en la laguna, incrementándose sustancialmente la disponibilidad de
alimentos. Los pobladores de sus alrededores también se dedicaban a
labores agrícolas, producción de miel, trapiches y la crianza de ganado
vacuno, caprino, ovino y cerdos, entre otras actividades.
Obviamente,
las actividades de caza, pesca, agropecuaria y pequeñas agroindustrias,
dieron origen a un dinámico mercado con las comunidades vecinas, que
luego se expandió a lejanos lugares, llegando incluso hasta Haití. Las
actividades cafetaleras y un pujante sector comercial, convirtieron para
1915 [hace 100 años] a Cabral en un verdadero “Nueva York Chiquito”, que tenía en su laguna, el epicentro de su dinámica económica y social.
Cuando
yo cursaba el bachillerato en Barahona recuerdo que los muchachos de la
ciudad nos embelesábamos escuchando las aventuras reales y supuestas
que sobre la laguna nos contaban los chicos y las muchachas de Cabral,
donde tilapias, gallinas de agua y sanguijuelas, eran las protagonistas
principales.
Por eso para mí constituyó un verdadero holocausto
social y ambiental, haberme enterado que dicha laguna se redujo a su
mínima expresión, en Julio de este año, muriendo gran cantidad de las
especies que vivían en sus aguas. Este impensable fenómeno ha dejado sin
sustento a miles de personas que vivían de la dinámica lagunera (pesca,
comercialización y consumo).
Son
muchas las hipótesis que manejan expertos, las entidades oficiales, los
pescadores y los pobladores de las comunidades ubicadas alrededor de la
laguna. De todas maneras, de una forma u otra mucha gente había
advertido sobre las consecuencias de la inacción gubernamental frente a
las señales que manifestaba esta importante fuente de vida y economía.
La
acumulación de sedimentos, lentitud en actividades de rehabilitación,
la fuerte sequía, el bajo caudal del río Yaque del Sur y la quema
continua de los bosques de las montañas cabraleñas, se conjugaron para
provocar la desgracia que hoy está llevando la desesperación, hambre y
frustración a centenares de hogares cuyo sustento dependía de la captura
y comercialización de los productos de la laguna.
La
alteración de este ecosistema no sólo afecta los pescadores y sus
familias. También incide negativamente sobre las actividades agrícolas y
pecuarias. La caída de los ingresos de éstos se refleja en las
actividades comerciales, transporte y otros servicios. Aumentan los
niveles de pobreza y se reduce el consumo de alimentos. La desesperanza
crece a medida que las soluciones se hacen cada vez más complejas y
costosas. Los pescadores de la laguna de Cabral deben ahora trasladarse
al lago Enriquillo-45 km distante-a realizar sus capturas, lo que merma sus ingresos.
Este
río de gran importancia para la comunidad de Paraíso, también alimenta
un canal que es vital para las actividades agropecuarias y suministro de
agua de potable a varias comunidades, dentro de las que se destacan
Oviedo y Juancho.
La corriente cristalina del río baja de las
montañas y se tiñe de color blanquecino al atravesar depósitos de grava,
razón por la cual en la desembocadura y en la costa se forman
contrastes que dan lugar a uno de los paisajes más bellos de la
República Dominicana.
EL RÍO NIZAITO CREA UN BELLO PAISAJE EN EL MUNICIPIO DE PARAISO
Como
hecho relevante puede citarse que el río Nizaito, sus afluentes y la
cuenca que alimenta los acuíferos de la zona de Paraíso, es vital para
dotar de agua potable miles de personas, además de posibilitar que
centenares de productores puedan desarrollar sus actividades agrícolas y
la crianza de ganado. Adicionalmente una corriente de agua que surge de
esta cuenca, se utiliza para generar electricidad en beneficio de
varias pequeñas comunidades. Como se ve, la importancia estratégica de
esta fuente de agua, es de primer orden.
Sin embargo, la cuenca
hidrográfica que determina la dinámica económica y social del Municipio
de Paraíso desde hace varios años está siendo sometida a un feroz
proceso de deforestación sin que al parecer las autoridades competentes
tomen las drásticas medidas que la situación amerita. En este caso
específico, la tumba indiscriminada de los bosques de la comunidad por
parte de grupos de nacionales haitianos que migran de un lugar a otro
cuando agotan las laderas donde siembran productos de ciclo corto, ha
provocado la desaparición de muchos cursos de agua, pequeños manantiales
y microclimas húmedos.
Como
resultado de prácticas de manejo destructivo de la cuenca hidrográfica
de Paraíso y otras comunidades cercanas, se han reducido los caudales y
la cantidad de fuentes de agua que alimentaban el extraordinario
ecosistema hidroforestal del Municipio. La disminución en la
disponibilidad de agua para el riego y consumo humano, han incrementado
la presión sobre los acuíferos paraiseros, creándose un ambiente de
fuerte tensión hídrica entre los pobladores urbanos, los productores
agropecuarios y las autoridades competentes en el manejo, operación y
distribución de los precarios niveles de agua.
En
adición a los problemas anteriormente señalados, las enfermedades de
los cafetales y de las matas de toronja, han reducido los ingresos de
miles de personas que vivían de la cosecha de ambos rubros,
incrementándose la presión sobre recursos forestales fundamentales para
preservar la cuenca del río Nizaito y otras fuentes de agua. Sin
embargo, es el conuquismo migrante de montañas el enemigo principal del
agua en las montañas paraiseras. En este aspecto, vuelven a sacar muy
bajas calificaciones las autoridades del Ministerio de Medioambiente y
del INDRHI. También los organismos uniformados del Estado en muchos
casos, se suman a la “indiferencia ecológica” de que padecen las instituciones anteriormente citadas.
CONEXIONES
ILEGALES EN CANAL NIZAITO QUE REDUCEN CAUDAL AFECTANDO FINCAS Y
ACUEDUCTOS DE VARIAS COMUNIDADES, PRINCIPALMENTE EL DE OVIEDO. AUTORIDADES PROMETEN CORREGIR PROBLEMA, PERO NO CUMPLEN
Es
bueno resaltar que los habitantes de Paraiso, Enriquillo y Oviedo, no
han cesado en denunciar la situación que se abate sobre sus familias y
sus explotaciones agropecuarias, donde incluso han resaltado la rotura
del Canal Nizaito por consentidos políticos, así como la desviación
privilegiada del agua hacia proyectos específicos, en desmedro de
cientos de centenares de fincas y del suministro de agua potable a miles
de personas en las comunidades de Oviedo y Juancho. Con razón
centenares de jóvenes de esta zona huyen despavoridos del abandono, el
atraso y la falta de oportunidades.
Desguazamiento parque nacionales sureños
Junto
al drama hídrico que padecen los habitantes de las comunidades
señaladas y sus caseríos de llano y montaña, se observa con asombro que “empresas verdes”
expertas en el manejo del bosque seco, están desguazando los
ecosistemas de parques nacionales, áreas protegidas y zonas de
amortiguamiento sureñas. Bajo el manto de “asociaciones”,
cooperativas o cualquier denominación, grupos de verdaderos
exterminadores forestales, están destruyendo sin piedad estratégicas
áreas ricas en su biodiversidad y patrimonio ambiental de todos los
dominicanos en general y de los sureños en particular. Este holocausto
ecológico debe detenerse.
Mientras se habla de “manejo integral del bosque seco”, en la práctica grupos bien conectados de abigeos forestales, en connivencia con las autoridades competentes nacionales,
están arrasando anualmente con montañas, humedales, cuencas, reservas,
pequeños cursos de agua y con todas las especies que por miles de años
compartieron estos ecosistemas.
Bajo el manto de “buenas prácticas”,
los desguazadores armados de hachas, machetes, sierras, candela y
picos, están convirtiendo en desiertos, áreas que hace pocos años eran
bosques nublados, fuente de vida y afluentes de ríos y cañadas.
Los
recursos forestales de las Sierras de Bahoruco y Neyba donde se
localizan el Parques Nacionales y numerosas áreas protegidas, en
realidad, en la práctica se han privatizado y han sido convertidas en
fuente de carbón vegetal para abastecer miles de fogones haitianos,
supermercados dominicanos y las parrilladas de los hoteles de varias
islas del Caribe. Es decir, que nuestros bosques “protegidos”, son una especie de mina con sus dueños.
Otra
parte de los recursos boscosos se convierte en listones para empresas
constructoras, troncos para usos diversos y también como leña.
Semanalmente grandes camiones se dirigen a las “zonas productoras”
y regresan a la capital, otras ciudades y a los puertos de exportación.
Por supuesto, estos camiones-muchos de ellos cerrados-disponen de su
respectiva “carta de ruta” y no son molestados [ni verificados].
Conforme
a testigos los desmontes son permanentes donde todos los días brigadas
de haitianos contratados arrasan todo a su paso. Los árboles secos son
cortados y los “verdes” también y puestos a secar. Cuando un bosque es “manejado” y queda mutilado, los grupos se trasladan a otras montañas, hasta dejarlas peladas y así sucesivamente.
El
crecimiento de este lago durante varios años provocó graves daños en su
entorno y otros lugares, causando la inundación de poblados y caseríos,
carreteras, predios agrícolas y explotaciones ganaderas. Las aguas
arrasaron todo a su paso, afectando ecosistemas y trastornando la vida
de los residentes ubicados en las cercanías de sus orillas. Por curioso
que parezca este “mar salado interno” es asiento de una rica fauna y flora que por siglos atrajo contingentes humanos que se radicaron en sus alrededores.
Una
serie de ríos, riachuelos y cursos de agua que desembocan en el Lago
Enriquillo, dentro de ellos tenemos el río Las Damas y los arroyos Las
Marías, Boca de Cachón, la Surza de Vengan a Ver, el Bermesí, Cachones y
los manantiales de La Descubierta, entre otros. Estas aguas han sido
aprovechadas por los lugareños para regar sus explotaciones
agropecuarias.
La abundancia de peces de diferentes especies y
tamaño es una importante fuente de empleo en las fases de captura,
comercialización y venta en comedores y frituras.
La
dinámica económica y social de las poblaciones circundantes al lago se
desarticuló con la crecida de sus aguas, asolando viviendas y los medios
de sustento de la gente. Este fenómeno y las desgracias que acarreó,
impactó todo el país.
La respuesta de los organismos oficiales no
se produjo con la rapidez y profundidad que ameritaba el caso. Se
formularon muchas declaraciones y promesas, varias de las cuales en
algunos casos resultaron contraproducentes. La lentitud en implementar
programas que paulatinamente posibilitaran la recuperación económica de
muchos productores, restó credibilidad y sumió a muchas personas en la
miseria.
Algunas soluciones social y antropológicamente entraron
en contradicción con la idiosincrasia de numerosos lugareños, quienes
asocian su traslado compulsivo más perjudicial que la crecida del lago, a
partir de las penurias por las que atraviesan por largos meses, que no
les permite retornar a sus actividades productivas.
En
adición, algunas propuestas formuladas por los nativos de la zona, han
sido ignoradas o se encuentran enmarañdas entre requisitos burocráticos
de naturaleza legal, fiscal y falta de autoridad de parte de
funcionarios locales sin jerarquía suficiente para afrontar situaciones
conflictivas y apremiantes. En apreciación de muchos de los trasladados
al nuevo poblado de Boca de Cachón, la muestra más evidente del
descalabro de los diferentes programas de recuperación socioeconómica,
es la incapacidad gubernamental para suministrar agua potable para los
residentes en la comunidad, así como el fracaso en suplir de agua para
riego las nuevas tierras [algunas de calidad cuestionable] de los reubicados.
Al
nosotros ver todo el drama ambiental por el que está atravesando la
Región Enriquillo en su conjunto, se llega a la fácil conclusión de que
en el centro del meollo, está la especie humana con su carácter
destructivo de los ecosistemas mundiales. El vertido a la atmósfera, a
los suelos, a ríos y océanos del planeta, de millones de toneladas de
sustancias contaminantes todos los años, ha producido grandes
alteraciones climáticas, cuyas consecuencias ya padecemos. El Mar de los
Sargazos y sus 3.5 millones de km2 repletos de algas que se desprenden y
llegan a las playas dominicanas, es un reflejo de los nuevos retos que
nos depara el futuro.
Tres
huracanes a finales del 2010, sequías cada vez más prolongadas, la casi
extinción de la Laguna de Cabral, del vital río Nizaíto, la crecida del
Lago Enriquillo, disminución del caudal de muchos ríos en todo el Sur,
así como las complicidades y prácticas corruptas de las entidades
oficiales que deben preservar y regular el uso de los recursos de agua,
flora y fauna, permiten apreciar la tragedia humanitaria que se aproxima
contra los centenares de miles de suroestanos que aún se resisten a
salir de las tierras que les legaron sus abnegados ancestros.
Si
tuvieramos que señalar culpables del futuro incierto de nuestros
compatriotas radicados en estas zonas, son los mismos residentes que
señalan sin ambigüedades-las que a su juicio-son las entidades
responsables de sus desgracias, dentro las cuales citan al Instituto
Nacional de Recursos Hidráulicos-INDRHI, al Instituto Nacional de Aguas y
Alcantarillado-INAPA, el Instituto Agrario Dominicano-IAD, el Instituto
de Desarrollo y Crédito Cooperativo-IDECOOP, a los Ministerios de
Medioambiente, Agricultura, Turismo, de Energía y Minería.
Los
Suroestanos señalan también con desazón, el flojo desempeño de todos
los legisladores de la Región Enriquillo, destacando también el muchas
veces mediocre desenvolvimiento de Gobernadores, Alcaldes y Directores
Regionales de todos los Ministerios. Asimismo, critican la falta de
coraje y responsabilidad de parte de funcionarios gubernamentales a
nivel de las dependencias provinciales.
Frente a todo este
panorama, los pobladores de las cuatro provincias, a pesar del silencio
cómplice de determinados sectores, no se han quedado cruzados de brazos y
no escatiman esfuerzos reclamando atención (y solución) a sus
problemas.
En el ojo de su atención está el Ministerio de Medioambiente y sus famosos “permisos”
para que desguazadores forestales sigan destruyendo los Parques
Nacionales y las Áreas Protegidas de la Región Suroeste, desprotegiendo
importantes cuencas hidrográficas que suplen de agua decenas de miles de
dominicanos que subsisten precariamente, cuya situación empeora
vertiginosamente ante la indiferencia y complicidad de las autoridades
competentes.