César Medina/Tomado de Listin Diario
No
hay que salir con magister de la escuela de Ciencias Políticas de
Harvard para saber que solo un candidato desesperado y consciente de su
derrota lo entrega todo --absolutamente todo, hasta la credibilidad de
su propia candidatura--, por una alianza que no le significa gran cosa
en términos de votos ni prestigio futuro.
Porque
fuera de situar su “carita” en una casilla cercana en la boleta, Luis
Abinader no suma nada a su candidatura presidencial en la alianza con el
Partido Reformista… Lo que pierde, a cambio, no puede ser cuantificado
de inmediato pero el efecto que tendrá en el PRM pudiera ser demoledor
en su carrera política.
¿Acaso
tiene alguna lógica --fuera de la entrega derrotista--, que Abinader
haya subordinado su candidatura presidencial al resultado de una
“encuesta” en el mes de febrero donde se disputará la nominación
presidencial con Quique Antún? Así sea que la “encuesta” no sea más que
un eufemismo burlón --como en efecto lo es--, Abinader ha entregado
plazas congresuales y municipales en disputa cerrada por la
“meritocracia” de su partido entre precandidatos que han hecho grandes
inversiones de tiempo y dinero y que no aceptarán con los brazos
cruzados semejante imposición.
Con
el agravante de que un partido con estructura tan frágil como el PRM no
resiste la insubordinación más insignificante faltando apenas cinco
meses para las elecciones… Que ni decir de desprendimientos importantes
con gente tentada a negociar con el gobierno, porque de eso se trata…
…Pierde la perspectiva
Abinader ha perdido la perspectiva y se lanza a una aventura que tendrá
alto costo en su futuro político. Ignora que el PRM es un partido de
coyuntura y que su primera presentación al electorado es siembra más que
posibilidad real. Una fractura importante como la que se ve llegar,
debilitará notablemente su proyección.
Muchos
de los dirigentes del PRM que salieron del PRD volverán a su partido al
primer estímulo, y no dudarán al momento de constituirse en cuña de su
mismo palo. Incluso, antes de producirse la alianza con los reformistas
existían negociaciones con algunos “viejos robles” dispuestos a regresar
al perredeismo. Ahí está el ejemplo de Héctor Guzmán, para no llegar
muy lejos. Otros más ortodoxos difícilmente estén de acuerdo con
cercenar el derecho de viejos compañeros suyos que aspiran a cargos
electivos y que han avanzado en la campaña a costa de tiempo y recursos
económicos. ¿Que le entreguen la candidatura vicepresidencial a los
reformistas? ¿Pero a cambio de qué? ¿Y la hija de Hipólito, Carolina,
que aspira al cargo para su proyección política?
El negocio del siglo…
Si es verdad lo que se ha publicado sobre la alianza PRM-PRSC, los
reformistas tienen razones de sobra para celebrar porque acaban de hacer
el negocio político del siglo: todo a cambio de nada, hasta la
candidatura Vicepresidencial de la fuerza que aparece encabezando la
oposición.
En
cambio, el PRM debe estar repensando la locura inédita en que acaba de
incurrir después de superar la euforia del momento y comenzar a valorar
las consecuencias del terremoto interno que ya comienza a provocar su
insólita entrega.
Ito
y Quique, en cambio, vuelven a demostrar la agudeza del buen gallero:
han vendido como pollo fresco un viejo gallo de traqueo conscientes de
que lo matarán al vuelo… Pero eso lo trato mañana.