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miércoles, 16 de diciembre de 2015

ORLANDO DICE... Nadie conoce los tratos previos entre PRSC y PRM

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Orlando Gil/Tomado de Listin Diario
¿CON CHAMPAGNE QUÉ?.- Los candidatos y los responsables del PRM y del PRSC brindaron hasta con champagne el acuerdo político del pasado fin de semana, y la prensa reseñó jubilosa la ocurrencia. La visita de Luis Abinader al local del Partido Reformista Social Cristiano y las consiguientes reuniones de los organismos competentes para aprobar el entendimiento. 


Sin embargo, habrá que preguntarse, y por igual responder, cuál es el pacto. Lo único que se conoce es una carta enviada a Quique Antún por Andrés Bautista, Jesús Vásquez, Luis Abinader e Hipólito Mejía, y cada cual en su condición de presidente del partido, secretario general, candidato y expresidente. A partir de esos lineamientos generales se hacen inferencias que podrían afirmarse como ejes finales del pacto, pero que todavía no pueden considerarse definitivos. Las intenciones son buenas y generosas, pero conociendo las interioridades y los temperamentos de cada organización, más que cálculo apresurado, se impone la prudencia. Los reformistas de Antún lucen glotones y lo que pusieron ante sí los perremeístas de Abinader y Mejía fue un buffet con muchos platos y del que pueden servirse varias veces. Sin considerar, en ningún caso, una posible indigestión…

DURMIENDO EN HAMACA.- Nadie conoce los tratos previos, pero se hace más que evidente que esa carta no se hizo sin antes consultarse, sin llegar a acuerdos mínimos, y sobre todo sin la firme decisión de lograr un entendimiento. Sin dudas que el ratón engañó al gato. Este pensaba que estaba en su escondite y andaba por la calle buscándose el queso fuera de la casa. Se sabrá pronto o algún día que mientras los reformistas le sacaban la lengua a los peledeístas, paseaban de la mano con los perremeístas. Y fueron discretos en demasía, pues cuando una de las partes se pasaba de contenta, y filtraba detalles de la diligencia, la otra se ocupaba de negar hasta la posibilidad de un acercamiento. Abinader desmintió los aprestos y Antún se mantuvo jugando con el barco que no daba para alante ni para atrás. La embarcación sí que se movía, solo que para un puerto distinto del que se suponía. Los peledeístas sospecharon, pero nunca tuvieron a mano la información verdadera. No advirtieron que los inconvenientes que surgían en cada ocasión, eran aposta. Una forma de ganar tiempo para amarrar con los perremeístas…

TODO EN FUTURO.- La mejor demostración de que por el momento entre perremeístas y reformistas no hay más que buenas intenciones, de las mismas que está empedrado el camino hacia el infierno, es que todo se pone a futuro, y va de un extremo al otro, y nada es definitivo. Por ejemplo: “Se definirá entre las partes…”. Esto es, que no está definido lo que será un programa mínimo de gobierno, cuyos elementos principales sí se mencionan. Falta ahora que se analice cada propuesta, y en ese aspecto de seguro que no habrá problema. Aunque sí en la implementación de la campaña, pues los reformistas tienen maneras muy particulares de buscar el voto y cuidar la mesa, y los perremeístas no tienen experiencia, y cuando eran perredeístas, fueron burlados por los propios reformistas, y últimamente por los peledeístas. Votar por Luis Abinader es una cosa y otra muy diferente la casilla a que se asigna ese voto. Ambos por igual querrán acreditarse y posicionarse…

ENTRE 40 o 50.- ¿Han vuelto los reformistas y los perremeístas a reunirse para precisar los aspectos del acuerdo que no están claros y que pueden dar lugar a dificultades, o entre ellos o al interior de sus partidos? Se conoce de la presencia de Quique Antún en el acto de la disidencia social demócrata, pero no de un encuentro de trabajo, que sin dudas será muy laborioso. Por ejemplo, las diputaciones. La oferta es de 40 a 50, y se sabe que 40 no es igual a 50, o que entre 40 y 50 hay 10 de diferencia. ¿Cuál de las partes decide que sean 40 o que sean 50? Pero además se habla de que algunas de estas diputaciones estarán sujetas a encuestas. ¿Las hace el PRM o el PRSC? Las de uno y las del otro no inspiran la misma confianza. E inquieta la reacción de los candidatos. ¿Qué hará o qué dirá un aspirante reformista que sea descontado por una medición perremeísta, y viceversa? Si el PRM no ha podido resolver inconvenientes internos mediante sondeos ¿cómo podrá lograr el milagro con el PRSC? La verdad son más preguntas que respuestas, por ahora…