Winston Churchill
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En
la primera línea política durante 50 años, ocupó numerosos cargos
políticos y de Gabinete. Antes de la Primera Guerra Mundial, fue
presidente de la Secretaría de Estado de Comercio, ministro de Interior y
Primer Lord del Almirantazgo como parte del gobierno liberal de H. H. Asquith.
Durante la guerra continuó como Primer Lord del Almirantazgo hasta la
desastrosa batalla de Galípoli, que él había patrocinado y que motivó su
salida del gobierno. Después sirvió un breve tiempo en el frente
occidental como comandante del 6.º Batallón de los Fusileros Reales
Escoceses.
Churchill
era hijo de lord Randolph Churchill, tercer hijo del séptimo duque de
Marlborough, y de la estadounidense Jennie Jerome, hija del millonario
estadounidense Leonard Jerome. Winston Churchill descendía de John
Churchill, primer duque de Marlborough y era primo hermano del noveno
duque.
Carrera militar
Churchill con uniforme militar de húsar en 1895, a la edad de 21 años.
Trayectoria política
Oficina Ministerial
En
diciembre de 1905, los liberales sustituyeron a los conservadores en el
gobierno, siendo nombrado Henry Campbell-Bannerman primer ministro.
Churchill se convirtió en el viceministro para las colonias, sirviendo a
Victor Bruce, el 9º conde de Elgin, quién era su superior. La primera
misión de Churchill fue participar en la elaboración de una constitución
para los territorios de Transvaal y la Colonia del Río Orange en
Sudáfrica, después de la derrota de los bóeres.
Regreso al gobierno
Periodo de entreguerras
Neville Chamberlain hace su famoso discurso anunciando que la «Paz de este siglo», a su llegada a Londres tras su encuentro con Hitler en Múnich.
Artículo principal: Segunda Guerra Mundial Winston Churchill haciendo su famoso gesto de la V de victoria en 1943.
Al
comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Churchill fue nombrado Primer
Lord del Almirantazgo. Su principal misión es la de fortalecer las base
de Scapa Flow en Escocia e impedir a Alemania que sus navíos atravesaran
el Atlántico Norte para atacar a los barcos mercantes de las colonias.
El siguiente episodio crítico fue el ataque de Finlandia por parte de la
URSS.
Churchill y el general De Gaulle en Marrakech (1944).
La
siguiente crisis a la que tiene que enfrentarse es la batalla de
Francia. A finales de mayo de 1940 Hitler decide atacar Holanda, Bélgica
y Francia. La primera cae en días, mientras que Francia y Bélgica
apenas pueden retener los ataques de los carros blindados alemanes. Por
fin el 25 de mayo de 1940 los alemanes rompen la primera línea de
defensa cerca de Sedán.
Después
de la guerra, Churchill visitó Stalingrado, aún en ruinas, e hizo una
observación a los soviéticos: «es increíble a lo que llegaron los
alemanes». El intérprete ruso pregunto si lo decía por el grado de
destrucción, a lo que Churchill respondió: «Me refiero a hasta donde
llegaron en el mapa».
Winston Churchill observa a las tropas aliadas mientras cruzan el Rin el 25 de marzo de 1945.
Posguerra Churchill saluda a la muchedumbre desde Whitehall el día en que anunció a su país que habían ganado la guerra, el 8 de mayo de 1945.
Churchill
fue elegido nuevamente primer ministro en 1951, tras la victoria del
partido Conservador en las elecciones. Su tercer gobierno, tras el
gobierno de unidad nacional y el breve gobierno conservador de 1945, se
prolongaría hasta su dimisión en 1955. Durante este tiempo, renovó lo
que él mismo denominó la «relación especial» con los Estados Unidos y
trató de inmiscuirse en la formación del orden de posguerra.
La disputa anglo-iraní
La rebelión del Mau Mau
La emergencia de Malasia
Honores recibidos por Churchill
Últimos días
El
15 de enero de 1965, Churchill sufrió un segundo ataque cardiaco que le
ocasionó una severa trombosis cerebral. Falleció nueve días después, el
24 de enero de 1965, el mismo día en que había fallecido su padre 70
años antes. Las últimas palabras que se le oyeron pronunciar fueron "¡Es
todo tan aburrido!",15 para el activísimo Churchill, esos últimos diez
años de vejez y retiro habían sido más insoportables que los conflictos
militares y diplomáticos.
Churchill como artista
Churchill como historiador y escritor
Churchill
fue un escritor prolífico durante toda su vida y en los periodos que
estuvo fuera del gobierno se consideraba a sí mismo como un escritor
miembro del Parlamento. A pesar de su origen aristocrático, su herencia
fue insignificante, dado que su madre había gastado la mayor parte de
ella.
Aliados (1995), de Lawrence Holofcener, un grupo escultórico que retrata a Franklin D. Roosevelt y a Churchill en la Bond Street de Londres.
Como
miembro del gobierno en parte de la Primera Guerra Mundial y como
Primer Ministro en la Segunda, Churchill tuvo acceso a documentos
oficiales, planes militares, secretos oficiales y correspondencia entre
los líderes de las potencias mundiales. Después de la Primera Guerra,
cuando existían muy pocas reglas en cuanto al uso de esta documentación,
Churchill tomó estos documentos cuando se retiró del gobierno e hizo
uso libre de ellos en sus libros. Como resultado de esto, surgieron una
serie de reglas estrictas que evitaron en adelante que documentos
oficiales fueran utilizados para escribir narrativas históricas o
memorias una vez que los ministros abandonasen el gobierno.
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Winston
Leonard Spencer Churchill, KG, OM, CH, TD, FRS, PC (Palacio de
Blenheim, 30 de noviembre de 1874-Londres, 24 de enero de 1965) fue un
político y estadista británico, conocido por su liderazgo del Reino
Unido durante la Segunda Guerra Mundial.
Es considerado uno de los
grandes líderes de tiempos de guerra y fue primer ministro del Reino
Unido en dos períodos (1940-45 y 1951-55). Notable estadista y orador,
Churchill fue también oficial del Ejército Británico, historiador,
escritor y artista. Es el único primer ministro británico galardonado
con el Premio Nobel de Literatura, y fue nombrado ciudadano honorario de
los Estados Unidos de América.1
Nació
en el seno de la familia aristocrática de los duques de Marlborough. Su
padre, lord Randolph Churchill, fue un político carismático y Ministro
de Hacienda del Reino Unido; su madre, Jenny Jerome, era de origen
estadounidense. Siendo un joven oficial del ejército, entró en acción en
la India Británica, Sudán y en la Segunda Guerra de los Bóeres. Ganó
fama como corresponsal de guerra y con los libros que escribió sobre sus
campañas.

Regresó al gobierno como ministro de Armamento, secretario de
Estado de Guerra y secretario de Estado del Aire. Tras el conflicto
mundial, ocupó el cargo de Ministro de Hacienda en el gobierno
conservador de Stanley Baldwin entre 1924 y 1929, donde tomó la
controvertida decisión de devolver la libra esterlina en 1925 al patrón
oro como en la paridad anterior a la guerra, lo que muchos consideraron
una presión deflacionaria sobre la economía del Reino Unido. Igual de
polémicas fueron su oposición al incremento de la autonomía de la India y
su resistencia a la abdicación de Eduardo VIII en 1936.
Aunque
permaneció fuera de la política en la década de 1930, lideró la alerta
sobre el peligro de Adolf Hitler y la campaña para el rearme. Al
estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue nombrado de nuevo Primer
Lord del Almirantazgo y, tras la dimisión de Neville Chamberlain el 10
de mayo de 1940, se convirtió en primer ministro. Su firme negativa a
aceptar la derrota, la rendición o un acuerdo de paz ayudó a inspirar la
resistencia británica, en especial durante los difíciles primeros años
de la guerra, cuando el Reino Unido se quedó solo en su firme oposición a
la Alemania nazi. Se destacó por sus discursos y programas de radio que
ayudaron a inspirar al pueblo británico, al que lideró como primer
ministro hasta que fue segura la victoria de los Aliados sobre las
Potencias del Eje.
Después
de que su partido conservador perdiera las elecciones generales de
1945, Churchill lideró la oposición. En 1951 consiguió volver a ser
primer ministro, hasta su retiro en 1955. A su muerte en 1965, la reina
Isabel II le concedió el honor de un funeral de estado en el que se dio
una de las mayores reuniones de jefes de Estado nunca antes vista.2
Churchill es recordado como uno de los hombres más influyentes en la
historia británica.
Primeros años
Winston Churchill a la edad de 7 años.

La
niñez de Churchill transcurrió en internados escolares, incluyendo el
Headmaster's House de Harrow School. Una anécdota: en su examen de
admisión en la asignatura de latín, escribió el título de la misma, su
nombre y el número 1 seguido de un punto y nada más, ya que no tenía
idea de qué escribir. No se puede decir que lo entregase en blanco,
porque, además, dejó caer dos borrones de tinta. A pesar de ello fue
aceptado, dado el peso de sus antecedentes familiares, si bien se le
asignó a la división más atrasada del colegio donde se enseñaba inglés,
materia en la cual siempre destacó. En Harrow existe el premio Churchill
que se otorga a ensayos en inglés.
Durante
su estancia en Harrow, eran esporádicas las visitas de su madre, a la
cual adoraba y a quien escribía frecuentes cartas pidiéndole que le
visitara o que le permitieran viajar hacia ella. Siguió la carrera de su
padre, pero apenas existió relación entre ellos. En una ocasión, en
1886, Churchill exclamó: «Mi padre es el canciller del Exchequer y algún
día eso es lo que voy a ser yo». La experiencia de su desolada niñez le
marcó toda su vida.
Churchill
no progresó mucho en Harrow, era castigado por su deficiente trabajo y
su falta de dedicación. Tenía una personalidad independiente y rebelde;
no logró alcanzar muchos méritos a nivel académico, suspendiendo
diversas materias, excepto matemáticas e historia, en las cuales con
frecuencia estaba colocado entre los mejores alumnos. Pero su negativa a
estudiar los clásicos le impidió sacar más provecho.
Su
fracaso en la escuela lo justificó como un acto de rebeldía contra su
padre. Sin embargo, logró ser campeón de esgrima de la escuela.
Carrera militar
Churchill,
aunque solo lo consiguió después del tercer intento, ingresó en
septiembre de 1893 en la Real Academia de Sandhurst y en diciembre de
1894 se graduó, el octavo entre los ciento cincuenta de su promoción.3
Se alistó en el ejército cuando tenía 21 años como segundo teniente en
el 4º Regimiento de Húsares, estacionado en Bangalore, India. Cuando
llegó, sufrió un accidente que le dislocó el hombro, lo que le provocó
dolores y molestias de por vida.
En
la India, la principal ocupación del regimiento era jugar al polo. El
equipo tuvo bastantes éxitos, siendo el primer regimiento del Sur de la
India en ganar la Copa Inter-Regimientos. Churchill también dedicó
tiempo a cultivarse, leyó gran cantidad de libros.
Churchill con uniforme militar de húsar en 1895, a la edad de 21 años.
Durante
el periodo en el que permaneció en la India, buscó la forma de tomar
parte en los principales conflictos coloniales del imperio británico. En
1895 viajó a Cuba, donde observó los combates entre las tropas
españolas y los rebeldes. El periódico The Daily Graphic financió su
viaje a cambio de que escribiera artículos sobre lo que fuera viendo.
Tuvo su primera experiencia en una guerra al verse expuesto al fuego
cruzado de ambos bandos el día que cumplía 21 años. Aprovechó este viaje
para visitar los Estados Unidos, siendo presentado a la sociedad de
Nueva York por uno de los amantes de su madre, Bourke Cockran. En 1897,
trató de ir a los Balcanes cuando estalló la guerra entre Turquía y
Grecia, que terminó antes de que pudiera llegar. Siguió camino a
Inglaterra para disfrutar de un permiso, pero mientras retornaba se
inició la rebelión pastún en la frontera noroeste de la India, por lo
que regresó a la India para participar en esa campaña.
El
comandante de la expedición, Bindon Blood, le prometió a Churchill que
podría unirse a su ejército. La campaña contra los pastunes duró
solamente seis semanas. Por otra parte, siguió escribiendo artículos
para periódicos como The Pioneer y The Daily Telegraph. En octubre de
1897, Churchill regresó a Inglaterra y publicó su primer libro, The
Story of the Malakand Field Force, en el que narra sus vivencias durante
la campaña.
Si
bien estaba estacionado en la India, Churchill se las arregló para
obtener varios permisos. Cuando Horatio Kitchener organizó la campaña
para reconquistar el Sudán, Churchill trató de unirse a su ejército,
pero Kitchener se opuso. Churchill comenzó a mover todos sus contactos,
incluyendo al entonces primer ministro, lord Salisbury. Finalmente
Churchill logró su objetivo y se unió al 21.º Regimiento de Lanceros
(decisión que era competencia del ministerio de guerra, no de
Kitchener). Simultáneamente trabajaba como corresponsal de The Morning
Post. En Sudán, participó en la batalla de Omdurmán, en la que se
produjo la última carga de caballería de los británicos en esta guerra.
En octubre de 1898 regresó a Inglaterra y comenzó a escribir The River
War, obra de dos volúmenes publicada en 1899.
Ese
mismo año, Churchill dejó el ejército y comenzó su carrera política. Se
presentó como candidato conservador en el distrito electoral de Oldham,
pero no logró ser elegido. Obtuvo la tercera posición en un distrito al
que le correspondían únicamente dos representantes en el Parlamento.
El
12 de octubre de 1899, Churchill fue enviado como corresponsal del
diario The Morning Post para cubrir la Segunda Guerra Anglo-Bóer. Ya en
Sudáfrica, Churchill viajaba en un tren del Ejército Británico al mando
de Aylmer Haldane, cuando este fue atacado y hecho descarrilar por los
bóeres. Churchill, a pesar de que no era un combatiente, tomó el mando
de la operación. Logró reparar la vía y la locomotora, así como la mitad
de los vagones, los cuales transportaron a los heridos a una zona
segura. Churchill no tuvo tanta suerte y fue hecho prisionero por los
bóeres y enviado al campo de prisioneros en que se habían convertido las
Escuelas Modelo del Estado de Pretoria, junto con varios oficiales y
soldados británicos.
Churchill
escapó del campo; sin embargo, esto produjo gran controversia, ya que
se le acusaba de haber abandonado a Haldane. Más tarde se comprobó que
este no se atrevió a saltar las rejas del recinto. Una vez libre,
Churchill recorrió 480 km hasta llegar a la bahía de Delagoa en la
colonia portuguesa de Lourenço Marques (actual Maputo). Contó con la
ayuda de un administrador de minas inglés, que le proporcionó cobijo en
una, y posteriormente lo escondió en un tren que salía del territorio
controlado por los bóeres. Esta aventura le proporcionó a Churchill
cierta notoriedad durante algún tiempo, aunque en lugar de regresar a su
país se dirigió a Durban y se unió al ejército del General Redvers
Buller en su marcha para liberar las ciudades de Ladysmith y Pretoria.
Esta vez, si bien seguía siendo corresponsal de guerra, Churchill obtuvo
una comisión en la caballería ligera de Sudáfrica. Luchó en la Batalla
de Spion Kop y fue uno de los primeros en entrar en Ladysmith y
Pretoria. Churchill y su primo, el Duque de Marlborough, lograron ser
los primeros en entrar en Pretoria, obteniendo la rendición de los
guardias bóeres que vigilaban el campo de prisioneros británicos en esa
ciudad.
Los
dos libros escritos por Churchill acerca de la guerra de los bóeres,
London to Ladysmith vía Pretoria y Ian Hamilton's March, fueron
publicados en mayo y octubre de 1900, respectivamente.
Trayectoria política
Inicios
Churchill en Estados Unidos durante una gira de lecturas en el año 1900.
A
su regreso de Sudáfrica, Churchill volvió a presentarse como candidato
para Oldham en las elecciones de 1900. Fue elegido, pero en lugar de
asistir a la apertura del Parlamento, se marchó de gira a través del
Reino Unido y los Estados Unidos pronunciando discursos y logrando
recaudar 10 000 £. Hay que tener en cuenta que los miembros del
Parlamento no recibían honorario alguno y Churchill no era un hombre
rico, aunque sí pertenecía a una familia influyente. En los Estados
Unidos, Mark Twain lo presentó como orador en uno de sus discursos. Cenó
con Theodore Roosevelt, en aquel entonces vicepresidente de los Estados
Unidos.
En
febrero de 1901 Churchill regresó a Inglaterra y, una vez instalado en
el Parlamento, se asoció con un grupo de disidentes del Partido
Conservador liderados por Hugh Cecil. Durante la primera sesión del
Parlamento, Churchill se opuso, en contra de la opinión mayoritaria
dentro de su partido, al presupuesto presentado por el gobierno para el
ejército, que consideraba excesivo. En 1903 sus puntos de vista
comenzaron a diferir de los de lord Hugh. También se opuso al líder del
partido conservador, Joseph Chamberlain, quien propuso reformas de
tarifas arancelarias bastante extensas, tratando de proteger a través de
estas tarifas la preeminencia de la Gran Bretaña en el mundo económico.
Esto originó una profunda animadversión hacia él por parte de los
miembros de su partido. En una ocasión, mientras hacía uso de la
palabra, los parlamentarios conservadores se retiraron del hemiciclo. El
distrito electoral de Oldham le retiró su apoyo, si bien lo siguió
representando hasta la elección general de 1906.
En
1904 la insatisfacción de Churchill con los conservadores y su
atracción por el Partido Liberal era tal que, después de un receso del
Parlamento, cruzó la sala y se sentó en la bancada de los liberales.
Como liberal siguió haciendo campaña para lograr eliminar las tarifas
arancelarias y encaminar a los países occidentales hacia una política de
mercado libre. Cambió su distrito electoral y se presentó por el de
Manchester North West, consiguiendo la victoria en las elecciones
generales de 1906.
Entre
1903 y 1905 Churchill escribió el libro Lord Randolph Churchill, la
biografía de su padre. Fue publicada en 1906 y acogida como una obra
maestra, a pesar de que en ella aparecían suavizadas algunas de las
características menos atractivas de su padre.
Oficina Ministerial
Churchill en 1912.
Winston Churchill observando los disturbios del 11 de enero de 1911 en
Sidney Street entre un grupo de anarquistas y la policía.

También se encargó del
problema de la esclavitud china en las minas de Sudáfrica. Pronto
Churchill se convirtió en uno de los miembros más prominentes del
gabinete y, cuando Campbell-Bannerman fue sustituido por Herbert Henry
Asquith en 1908, Churchill fue nombrado presidente de la dirección de
comercio. En aquella época, un nuevo ministro tenía que buscar la
reelección en su distrito electoral. Churchill perdió las elecciones en
Mánchester, pero pronto logró ser elegido en el distrito de Dundee.
En
1910 Churchill fue promovido a ministro de asuntos internos. Sus
actuaciones produjeron grandes polémicas. En una fotografía que se hizo
famosa en aquel tiempo, Churchill aparece haciéndose cargo en enero de
1911 del llamado sitio de la calle Sidney, viendo desde una esquina la
batalla que se estaba llevando a cabo entre un grupo de anarquistas que
habían asaltado un edificio y la guardia escocesa. Un incendio estalló
en el edificio y Churchill, en vista de la presencia de hombres armados,
se negó a permitir la intervención los bomberos, forzando a los
anarquistas a elegir entre la rendición o la muerte.
En
1911 Churchill fue nombrado Primer Lord del Almirantazgo, un puesto que
ocuparía durante el inicio de la Primera Guerra Mundial. Como tal,
impulsó importantes reformas militares, incluyendo el desarrollo de la
aviación naval, tanques y el cambio de combustible de carbón a petróleo.
También llevó a cabo masivas obras de ingeniería, asegurándose los
derechos sobre los campos petrolíferos de Mesopotamia en 1907,
utilizando los servicios secretos británicos a través de la compañía
Royal Burmah Oil.
En
1915, Churchill, como Primer Lord del Almirantazgo, tuvo que
enfrentarse con el caso del hundimiento del RMS Lusitania, que generó
fuertes controversias. Existen documentos cuyos detalles han señalado,
según ciertos historiadores, que el Primer Lord del Almirantazgo podría
haber sido negligente al dejar al barco sin escolta, lo que habría
propiciado el hundimiento de este navío, con el fin de hacer entrar a
Estados Unidos en la guerra. Sin embargo, otros historiadores recelan de
esa teoría, puesto que una entrada prematura de Estados Unidos habría
privado a los británicos de los convoyes de aquel país. Estos serían
suspendidos durante cierto tiempo, ya que los estadounidenses no habían
desarrollado lo suficiente su industria de guerra como para poder hacer
frente al mismo tiempo a las necesidades británicas y a las suyas en el
año 1915.[cita requerida]
Otro
caso similar ocurrió en 1939, con el hundimiento del transatlántico RMS
Athenia torpedeado por el U-30. El hundimiento del Athenia fue
presentado en los medios aliados como un acto de guerra total, dirigido
contra los civiles. Winston Churchill, nuevamente Primer Lord del
Almirantazgo, resaltó al día siguiente que la tragedia podía tener un
«efecto beneficioso en la opinión pública estadounidense», la misma
opinión en que incurrió con el caso del RMS Lusitania en 1915.
El
desarrollo de un tanque de batalla fue financiado con fondos
originalmente dirigidos a la investigación naval y si bien, una década
después, el desarrollo del tanque fue considerado como una obra genial,
en aquella época se vio como un desvío ilegal de fondos. El tanque fue
utilizado en 1915 pero no en una forma eficiente, ni como lo había
ideado Churchill, es decir, una flota de tanques que tomara por sorpresa
a los alemanes, abriendo largas secciones de trincheras aplastando las
defensas de alambre de púas. Winston Churchill al mando del 6.º Batallón de los Fusileros Reales Escoceses en 1916.
Por
otra parte, también fue uno de los dirigentes que en contra de las
opiniones del almirante John Arbuthnot Fisher, planificó e impulsó el
desastroso desembarco de Galípoli en los Dardanelos durante la Primera
Guerra Mundial, el cual le valió, no sin razón, el sobrenombre de «El
Carnicero de Galípoli».'
Cuando
el Primer Ministro Asquith quiso formar un gobierno de coalición entre
todos los partidos, los conservadores exigieron su degradación en el
gabinete. De esta forma es que Churchill ocupó un Ministerio sin cartera
como canciller del ducado de Lancaster, renunciado al gobierno
posteriormente. Se reintegró al ejército, si bien seguía siendo miembro
del Parlamento y sirvió varios meses en el frente occidental. En aquel
entonces su segundo en mando fue Archibald Sinclair, quién más tarde
sería el líder del Partido Liberal.
Regreso al gobierno
En
diciembre de 1916, Asquith renunció y fue reemplazado por Lloyd George.
Sin embargo, todavía no se consideraba prudente el traer de regreso al
gobierno a Churchill. En julio de 1917, Churchill fue nombrado Ministro
de Armamento. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Churchill tenía la
doble posición de Ministro de Guerra y Ministro del Aire (1919-1921).
Durante este período trató de reducir considerablemente el presupuesto
militar. Sin embargo, su principal preocupación fue la intervención de
los aliados en la Guerra Civil Rusa. Churchill era fuertemente
partidario de ello, indicando que la causa de los bolcheviques debía ser
estrangulada en su cuna. Se aseguró el aumento y la prolongación de la
participación británica en este conflicto, aun cuando existían serias
divergencias en el gabinete y una mayoría opuesta en el Parlamento y en
la población.
En
1920 cuando las fuerzas británicas se retiraron, Churchill se las
arregló para enviar armas a los polacos cuando éstos invadieron Ucrania.
En 1921 fue nombrado ministro para las colonias. Fue uno de los
firmantes del Tratado Anglo-Irlandés de 1921, el cual estableció el
Estado Libre de Irlanda.
Periodo de entreguerras
Churchill en un encuentro con mujeres trabajadoras cerca de Glasgow, en octubre de 1918.
En
1922 el Partido Liberal estaba sufriendo divisiones internas en medio
de unas elecciones generales donde Churchill perdió en el distrito de
Dundee. Habiendo sido operado de apendicitis recientemente, declaró que
había perdido su asiento en el parlamento, su puesto en el gobierno y su
apéndice al mismo tiempo.
En 1923 se volvió a presentar como candidato
liberal en el distrito de Leicester, perdiendo nuevamente. Más tarde se
fue acercando al Partido Conservador, si bien se autonombró
«antisocialista» y «constitucionalista». En las elecciones de 1924 fue
elegido en el distrito de Epping como «constitucionalista» con el apoyo
del Partido Conservador. Al año siguiente formalmente se unió nuevamente
a este partido, comentando que «cualquiera puede cambiar de partido,
pero se necesita cierta imaginación para cambiar dos veces».
En
1924 fue nombrado Ministro de Hacienda y supervisó el retorno del Reino
Unido al patrón oro, lo cual originó deflación, desempleo y una huelga
de mineros que degeneró en la huelga general de 1926. Sus decisiones
dieron lugar a que el famoso economista John Maynard Keynes opinara que
el regreso al patrón o estándar del oro llevaría al mundo a una
depresión.
Churchill más tarde consideró que esa había sido una de las
peores decisiones que había tomado en su vida. En realidad no todo fue
culpa de Churchill, considerando que él no era un economista y que actuó
siguiendo el consejo del gobernador del Banco de Inglaterra, Montagu
Norman, del cual Keynes opinó: «siempre tan encantador, siempre tan
errado».
Neville Chamberlain hace su famoso discurso anunciando que la «Paz de este siglo», a su llegada a Londres tras su encuentro con Hitler en Múnich.
Durante
la huelga general de 1926, Churchill editaba el periódico del gobierno
British Gazette y en esta disputa escribió que «o el país rompe la
huelga general o la huelga general romperá al país». Es más, la polémica
en torno a Churchill se agudizó cuando comentó que el régimen fascista
de Benito Mussolini había «rendido un servicio al mundo, pues había
enseñado como se combaten la fuerzas de la subversión». Consideraba que
este régimen había servido como baluarte en contra de la revolución
comunista.
El
gobierno conservador fue derrotado en las elecciones generales de 1929.
Churchill se convirtió en un disidente de su partido en relación a las
tarifas de protección arancelarias y la autonomía de la India. Cuando en
1931 Ramsay MacDonald formó el gobierno nacional, Churchill no fue
invitado a participar en él.
En esta época atravesó el punto más bajo de
su carrera, muy en especial cuando, con motivo de la polémica por la
relación entre el rey Eduardo VIII y Wallis Simpson, Churchill no siguió
la corriente de pedir la abdicación y les defendió a capa y espada (la
consecuencia fue que por primera vez en muchos años fue abucheado en la
Cámara de los Comunes), en el periodo que se conoce como los «años
salvajes».
Pasó la mayor parte de su tiempo escribiendo varios libros,
entre ellos Marlborough: His Life and Times -una biografía de su
ancestro John Churchill, el 1.er. Duque de Marlborough- y The History of
the English Speaking People, esta última obra publicada después de la
Segunda Guerra Mundial.
Pronto
dirigió su atención hacia Adolf Hitler y el peligro del rearme de la
Alemania nazi. Por algún tiempo fue el único que denunció dicho rearme y
abogó por la necesidad de fortalecer militarmente a Gran Bretaña. Su
principal preocupación fue evitar que Alemania obtuviera la superioridad
en la fuerza aérea, que desgraciadamente consiguió en 1938 a pesar de
las advertencias de Churchill.
En aquellos años alejado de la vida
partidista y debido a sus contactos con militares y cargos relevantes de
la Administración, llegó a estimar que Alemania estaba gastando 1500
millones de libras al año en armamento, estimación que posteriormente se
demostró muy cercana a la realidad.
Churchill no pudo más que observar
con desaliento y frustración como la política de Chamberlain estaba
haciendo agotar las únicas posibilidades de evitar una guerra en Europa:
frente a las pretensiones de Mussolini en Abisinia el gobierno
británico se mostró firme en advertir a Italia de sus consecuencia
apoyado por la Liga de Naciones, pero a la hora de la verdad la Liga de
Naciones no impuso ningún tipo de sanciones y mucho menos ninguna medida
militar.
Hitler observó el acontecimiento y Mussolini, el cual recelaba
de Hitler por sus pretensiones en Austria, decidió unirse a su causa en
contra de las democracias europeas. Hitler a continuación ocuparía el
corredor del Rin que años antes Francia había desocupado como gesto de
buena voluntad.
Ante
la pasividad de Francia y el Reino Unido Hitler lo intenta en Austria y
aunque un primer intento de golpe de Estado para derrotar al canciller
austríaco fracasara, por fin en 1938 Hitler consigue la ocupación del
país ante la incredulidad de las demás potencias. Hasta ese momento
Churchill cree aún posible evitar la guerra: Hitler pone sus ojos en los
Sudetes en Checoslovaquia y ante estas pretensiones Rusia propone un
acuerdo a Francia y Reino Unido para unirse en contra de Hitler si lo
intentara.
Esta oferta es desoída por ambas potencias a pesar de las
simpatías de Churchill a esta idea, pero Francia cree suficiente el
acuerdo con Checoslovaquia de actuar en caso de invasión y ni Polonia ni
Rumanía estaban dispuestas a dejar pasar tropas soviéticas por sus
territorios.
Chamberlain en un intento por evitar lo peor, viaja a
Múnich y consigue arrancar de Hitler un acuerdo de renunciar a cualquier
otra pretensión territorial en Europa a cambio de que el gobierno de
Praga reconozca un régimen de autonomía para la región de los Sudetes de
mayoría alemana. Chamberlain regresa a Londres exhibiendo el acuerdo y
declarando que era el acuerdo de paz para una era. Fue entonces cuando
Churchill reprochó a Chamberlain:
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra
You were given the choice between war and dishonour... you chose dishonour and you will have war
Los
acontecimientos se precipitaron: el presidente de Checoslovaquia
entiende que Francia no acudirá en su ayuda, Polonia y Hungría presentan
similares pretensiones territoriales a los alemanes en otras zonas del
país. El presidente del gobierno checoslovaco dimite y el ejército se
disuelve, con sus más de treinta divisiones, que habrían contenido un
ataque alemán. Rusia toma nota y no ve más salida que un acuerdo con
Alemania para garantizar su integridad territorial, ante la inoperancia y
falta de consideración de Francia y Reino Unido.
Por si fuera poco,
Hitler, lejos de renunciar a sus pretensiones territoriales no sólo
ocupa los Sudetes, sino que pone sus ojos en Polonia. A Chamberlain no
lo queda más remedio que advertir a Hitler que, si Alemania invade
Polonia, el Reino Unido le declararía la guerra. Francia lo secunda.
Hitler invade Polonia el 1 de septiembre de 1939, y la II Guerra Mundial
da comienzo en Europa. Primer Ministro. La Segunda Guerra Mundial
Artículo principal: Segunda Guerra Mundial Winston Churchill haciendo su famoso gesto de la V de victoria en 1943.

Los fineses resistieron el primer embate en diciembre de 1939 y
Churchill consideró de vital importancia tomar los puertos del norte de
Noruega para así suministrar armamento a Finlandia. Su siguiente idea
fue tomar los puertos Suecos desde donde salían los contingentes de
hierro para Alemania. Sin embargo Hitler se anticipa y toma la
iniciativa: decide invadir simultáneamente Dinamarca y Noruega en aquel
entonces neutrales para evitar ser atacadas de inmediato. Churchill
decide contraatacar y manda una flotilla a los puertos noruegos tomados
por los alemanes sin éxito. El fracaso de la operación en Noruega pone
en serios aprietos a Chamberlain que tras varias sesiones de control en
el parlamento tiene que soportar duras críticas. Churchill a pesar de
los errores de Chamberlain asume toda la responsabilidad del fracaso
pero no es suficiente. Chamberlain presenta su dimisión y el Rey propone
a Churchill la formación del gobierno. Forma gobierno el 11 de mayo de
1940. Dos días después pronuncia su primer discurso como Primer Ministro
ante la Cámara de los Comunes,4 que es conocido por hacer célebre una
frase que tomó de Roosevelt, al decir: "No tengo nada más que ofrecer
que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor". Churchill en la Conferencia de Teherán en 1943.
Churchill y el general De Gaulle en Marrakech (1944).

Churchill no parece muy preocupado pero cuando
viaja a París y se entera de que el Gabinete de la Guerra francés no
tenía preparado un ejército de reserva estratégico teme lo peor. Meses
antes una fuerza expedicionaria británica de unos 200.000 hombres
ocupaban las defensas francesas al norte de Sedán. Los alemanes avanzan
50 millas al día y se aproximan a Arras.
El Gabinete de la Guerra
francés propone la idea de que los ejércitos al norte de la brecha
alemana se muevan hacia el sur para encontrarse con los alemanes para
retenerlos mientras que las divisiones francesas en el centro y sur del
país se moverían hacia el norte para atacar a los alemanes por el flanco
sur. Sin embargo las divisiones francesas ni siquiera se reorganizan.
La fuerza expedicionaria británica se encuentra atrapada en el momento
en que los alemanes llegan al mar tomando Boulogne.
Conocedores de la
prisión en la que se encuentran comienzan a avanzar hacia el norte para
derrotar a los británicos. Churchill acepta la idea de Lord Gort, al
mando de las fuerzas británicas de como último recurso retroceder a
Dunkerke y ser evacuados abandonando todo el equipo. Inmediatamente se
dan órdenes de que todos los barcos disponibles en el canal viajen a
Dunkerke por si fuera necesario evacuar al ejército británico.
Los
británicos aún confiaban en contener a los alemanes a la espera de las
divisiones francesas pero todo se complica cuando, a los pocos días, los
alemanes invaden por completo Bélgica y rompen el frente en Ostende.
Los británicos están totalmente rodeados y no les queda más remedio que
utilizar el último recurso. A pesar de la humillación los franceses
rodeados en Lille atacan a los alemanes para mantenerlos ocupados e
impedir que más divisiones ataquen a los ingleses. Hitler decide no
mandar a las divisiones alemanas y solamente hostigar a los británicos
por el aire. A pesar de que este acto fue interpretado como un intento
de Hitler de forzar una posible alianza con Inglaterra, Churchill ofrece
otra tesis: las divisiones alemanas habían avanzado demasiado en poco
tiempo y necesitaban combustible. Además el hostigamiento aéreo se vio
neutralizado porque las bombas causaban escasos daños en la playa
arenosa de Dunkerque y porque la RAF comenzó a enfrentarse a los
alemanes por aire en este escenario.
Más de 250.000 entre británicos,
franceses y belgas consiguen ser evacuados en apenas 48 horas. Churchill
aliviado ve como es posible recomponer al ejército británico no solo
para su defensa sino para volver a liberar Europa. Churchill en la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), junto a Franklin Delano Roosevelt (centro) y Stalin.
Los
discursos de Churchill fueron una fuente de inspiración para el pueblo
británico. A este discurso le siguieron otros famosos antes de la
batalla de Inglaterra. Uno incluía la siguiente cita: «Defenderemos
nuestra isla, cualquiera que sea el costo; pelearemos en las playas,
pelearemos en los sitios de desembarques, pelearemos en los campos y en
las calles, pelearemos en las colinas: nunca nos rendiremos».
Otro
discurso incluía la también famosa frase: «Vamos a asumir nuestros
deberes considerando que si el imperio británico y la Commonwealth duran
mil años, la gente dirá: "Esta fue la hora más gloriosa del Imperio».
Otra frase que se hizo famosa fue «Nunca en el campo del conflicto
humano, tanta gente le debió tanto a tan pocos», refiriéndose a la
frecuentemente heroica actuación de los pilotos aliados que ganaron la
batalla de Inglaterra. Por último, debemos incluir entre las perlas que
Churchill desgranaba en sus discursos, una referencia a sus profundas
convicciones democráticas cuando, ante el Parlamento británico,
pronunció la frase: «No me quitéis el referéndum, que me matáis la
democracia».
Churchill
logró levantar la moral del ejército y el pueblo, debido a su gran
carisma y su enorme habilidad como político. Logró que los británicos
lucharan sin dar «un preciado palmo de tierra», la rendición para él era
algo que nunca aceptaría pese a las derrotas sufridas en la primera
fase de la guerra y los bombardeos que cayeron sobre Londres durante dos
meses.
El
24 de mayo de 1941, después del hundimiento del HMS Hood, Churchill
dijo en un discurso: Hundid al Bismarck. El Bismarck era el acorazado
más moderno del mundo y había logrado hundir al Hood en su primera
misión después de ser terminado. Fue hundido tres días después, lo que
eliminó una peligrosa amenaza para los suministros británicos.
Su
excelente y sólida relación con Franklin D. Roosevelt aseguró el envío
de suministros vitales desde los Estados Unidos al Reino Unido a través
de las rutas marítimas del Atlántico Norte. La reelección de Roosevelt
fue un alivio para Churchill, dada las fuertes corrientes aislacionistas
en los Estados Unidos que se oponían a su entrada en el conflicto
europeo. Roosevelt, por el contrario, estaba a favor de la ayuda a Gran
Bretaña. Para ello se creó la ley de Préstamo y Arriendo. Gracias a esta
ley el presidente de los Estados Unidos podía autorizar la exportación
de material bélico a los países que considerara que eran importantes
para la defensa de Estados Unidos.
El pago del material se realizaría
una vez terminada la guerra. El país más beneficiado fue el Reino Unido,
pero no el único. La URSS también se benefició de la ley. Roosevelt
logró convencer al Congreso estadounidense de que este costoso envío de
material bélico no era más que defender a los Estados Unidos.
En el
curso de la guerra Churchill tuvo doce reuniones con Roosevelt en las
cuales discutieron la estrategia de la guerra y la Declaración de las
Naciones Unidas. Churchill creó el cuerpo especial de operaciones, bajo
el mando del ministro de economía de guerra Hugh Dalton, cuya finalidad
era la de conducir y desarrollar operaciones subversivas en los
territorios ocupados, logrando un notable éxito, así como el cuerpo de
comandos que establecieron el patrón de lo que se conoce hoy en día como
«Fuerzas Especiales».
Durante
la guerra, Churchill, a petición del MI5, servicio de inteligencia
inglés, usó dobles en sus desplazamientos. Uno de ellos murió, al ser
derribado su avión por la inteligencia alemana.[cita requerida]
Los
soviéticos le pusieron a Churchill el sobrenombre de «el bulldog
británico». Esto en parte se debía a la voluntad de Churchill de
enfrentarse al peligro visitando los frentes de batalla, mientras que
sus dos aliados, Roosevelt y Stalin, no eran dados a estas visitas. Esto
significaba que Churchill se acercaba más a las fuerzas alemanas y
corría el riesgo de ser asesinado. De hecho, Churchill estuvo a punto de
morir, no a manos de sus enemigos, sino por problemas de salud. En
diciembre de 1941 sufrió un ligero ataque cardíaco y en diciembre de
1943 cayó enfermo de neumonía.5

Winston Churchill observa a las tropas aliadas mientras cruzan el Rin el 25 de marzo de 1945.
Algunas
de las decisiones de Churchill fueron controvertidas. En la hambruna
que se desató en Bengala, India, que ocasionó la muerte de 2,5 millones
de bengalíes, Churchill fue por lo menos indiferente, si no cómplice
como muchos lo acusaron.
Las tropas japonesas estaban amenazando a la
India después de su ocupación de Birmania. Algunos opinaron que la
política del gobierno británico de no ayudar a resolver, o al menos
aliviar, el efecto de la hambruna, era el equivalente de una política de
arrasar y quemar el territorio que se temía perder, para que los
japoneses no se beneficiaran de su invasión a esta región. Churchill
también respaldó el bombardeo de Dresde poco antes de finalizar la
guerra, a pesar que la ciudad no tenía ningún valor estratégico militar y
las víctimas principalmente fueron civiles. Churchill además tuvo
relación con la Operación Antropoide destinada a desestabilizar al
régimen nazi en Checoeslovaquia.
Churchill
formó parte de los acuerdos de la partición de Europa y Asia al final
de la guerra. Estas discusiones comenzaron ya en 1943. Las propuestas
fueron aceptadas en un tratado firmado en la Conferencia de Potsdam por
Harry S. Truman, Churchill y Stalin.
Un
caso particular fue el trazado de las fronteras de Polonia con la Unión
Soviética y Alemania, lo que se consideró como un acto de traición al
gobierno polaco en el exilio. Churchill era de la opinión que la única
forma de aliviar las tensiones era trasladar la población para
acomodarlos a las fronteras establecidas. Como indicó en su exposición
ante la Cámara de los Comunes en 1944: «El traslado de la población
hacia las nuevas fronteras es el único método que tiene resultados
satisfactorios y duraderos. No habrá mezcla de poblaciones que causarían
problemas eternamente. Un traslado limpio debe llevarse a cabo. No me
alarman estas transferencias que son posibles bajo las condiciones
modernas». El traslado que se llevó a cabo, sin embargo, causó grandes
penalidades y muerte entre la población transferida. Churchill se oponía
a la caída de Polonia bajo la esfera de la Unión Soviética, pero como
escribió amargamente en varios libros, le fue imposible impedirlo.
Posguerra Churchill saluda a la muchedumbre desde Whitehall el día en que anunció a su país que habían ganado la guerra, el 8 de mayo de 1945.
Churchill
era considerado tras la Segunda Guerra Mundial un gigante político,
pero a pesar de su popularidad no contaba con la fidelidad incondicional
del electorado británico.6 Aunque la importancia de Churchill durante
la guerra es indiscutible, lo cierto es que también tenía bastantes
enemigos en su país. Su desacuerdo con ideas como mejorar el sistema de
salud y la educación pública, produjo descontento entre sectores de la
población, particularmente entre aquellos que habían luchado en la
guerra.
Tan pronto como terminó ésta, fue derrotado por Clement Attlee,
candidato del Partido Laborista, en las elecciones de 1945. Algunos
historiadores opinan que los británicos creían que aquel que los había
guiado con éxito en la guerra, no era el mejor hombre para liderarlos en
la paz. Otros piensan que fue más bien el partido Conservador y no
Churchill, el que fue derrotado debido a la actuación de Chamberlain y
Baldwin en los años 30.
Churchill
fue pionero al defender la idea de la unión de Europa, para así evitar
futuros conflictos entre Francia y Alemania. Sin embargo, consideraba
que el Reino Unido no debía ser parte de esa Europa unida, sino que su
futuro estaba ligado al de los Estados Unidos.
También
abogó por darle a Francia un asiento permanente en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, lo cual añadía otra poderosa nación
europea a dicho consejo, para contrarrestar el poder de la Unión
Soviética, que también tenía un asiento permanente.
Al
principio de la Guerra Fría acuñó la frase «el telón de acero», la cual
originalmente había sido mencionada por Joseph Goebbels, e incluso
antes por el escritor ruso Vasili Rózanov en 1917. Esta frase entró en
la conciencia de la gente después que la pronunciara en su discurso en
el Westminster College en Fulton, Misuri, como huésped de Harry. S.
Truman en 1946:
Desde
Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, un telón de acero
ha descendido a través del continente. Detrás de esa cortina están las
capitales de la Europa Central y Oriental tales como Varsovia, Berlín,
Praga, Viena, Budapest, Belgrado, Bucarest y Sofía. Todas estas ciudades
y las poblaciones alrededor de ellas han caído bajo la esfera de la
Unión Soviética.
Segundo mandato (1951-1955)
Winston Churchill, su hijo Randolph y su nieto Winston, vestidos para la ceremonia de coronación de Isabel II en 1952.

En las
cuestiones raciales, Churchill era todavía un victoriano. Trató en vano
de restringir la llegada de inmigrantes del oeste de la India. «Mantener
Gran Bretaña blanca» sería un buen eslogan, dijo al gabinete en enero
de 1955.7 Ian Gilmour recuerda que Churchill le dijo, en 1955, sobre la
inmigración: "Creo que es el asunto más importante al que se enfrenta
este país, pero no podré lograr que ninguno de mis ministros llegue a
darse cuenta".8
Sus
prioridades domésticas fueron, no obstante, dejadas de lado por una
serie de crisis políticas en el extranjero, que eran resultado del
continuo declive del poderío y prestigio militar británico. Gran
defensor de Gran Bretaña como gran potencia, Churchill optó a menudo por
las acciones directas. Intentando retener lo que pudiera del imperio,
afirmó una vez que, «No presidiré un desmembramiento».9 Churchill dedicó
gran parte de su tiempo a las relaciones internacionales y aunque no se
llevaba bien con el presidente Eisenhower, Churchill mantuvo la
relación especial con los Estados Unidos, para lo que realizó cuatro
viajes transatlánticos durante su segundo mandato.10
La disputa anglo-iraní
Artículo principal: Operación Ajax
Esta
crisis se inició bajo el gobierno de Clement Attlee. En marzo de 1951,
el Parlamento iraní votó por nacionalizar la petrolera Anglo-Iranian Oil
Company a propuesta del primer ministro Mohammad Mosaddeq, elegido en
abril de 1951.
La Corte Internacional de Justicia fue convocada para
mediar en la disputa, pero la oferta de repartir las ganancias a medias
con reconocimiento de la nacionalización no fue aceptada por Mossadeq.
Las negociaciones entre el gobierno británico y el iraní cesaron y el
gobierno británico comenzó a fraguar un golpe de estado. El Presidente
estadounidense Harry S. Truman no estaba muy de acuerdo con dicho golpe,
dedicándole mayor atención a la Guerra de Corea que se estaba llevando a
cabo. Los británicos, sin embargo, procedieron con un bloqueo y un
embargo que prácticamente cerraron las exportaciones de petróleo iraní.
Churchill
intensificó la política de socavar al gobierno de Mosaddeq. Ambas
partes lanzaban propuestas que eran rechazadas bajo la creencia que el
tiempo estaba de su parte. Las negociaciones cesaron y el bloqueo
económico y político comenzó a poner presión sobre Irán, produciéndose
varios intentos de golpes militares por facciones probritánicas de la
Asamblea Consultiva Nacional de Irán.
Churchill
y su ministro de relaciones exteriores perseguían dos objetivos. Por
una parte querían el desarrollo y la reforma en Irán, sin embargo, no
querían perder el control sobre las ganancias derivadas del petróleo.
Inicialmente respaldaron a Seyyed Ziaoddín Tabatabaí como el individuo
con quién podían tratar, pero a medida que el embargo se extendía en el
tiempo, los británicos se inclinaron más y más a lograr alianzas con los
militares. Churchill había completado el círculo iniciado por los
planes de Attlee de dar un golpe de estado, con la idea de elaborar un
plan similar el mismo.
La
crisis se extendió hasta 1953. Churchill, apoyado por el presidente
Dwight D. Einsehower, aprobó un plan para dar un golpe de estado en
Irán. El plan contaba con colocar en el poder a un contendiente de
Mosaddeq llamado Fazlollah Zahedí. En el verano de 1953, las
manifestaciones callejeras comenzaron a intensificarse en Irán y tras el
fracaso de un plebiscito, el gobierno de Mosaddeq quedó
desestabilizado. Zahedí, con ayuda de financiación extranjera, tomó el
poder el 19 de agosto de 1953.
Este
golpe de estado indicaba la tensión existente en los años de la
postguerra: la democracias industrializadas, hambrientas por recursos
para reedificar Europa tras la Segunda Guerra Mundial y con la necesidad
de enfrentarse a la Unión Soviética en la Guerra Fría, lidiaron con los
países emergentes, tales como Irán, en la misma forma que lo hicieron
con sus antiguas colonias.
La idea de una posible tercera guerra mundial
contra la Unión Soviética les obligaba a perder los escrúpulos en la
manipulación de la política en países emergentes. Por otra parte los
gobiernos de estos países eran frecuentemente inestables y corruptos.
Estos factores creaban un círculo vicioso que consistía en una
intervención que llevaba a la toma de poder por un gobierno dictatorial,
el cual rápidamente degeneraba en corrupción, lo cual a su vez requería
nuevas intervenciones.
La rebelión del Mau Mau
Artículo principal: Rebelión del Mau Mau
En
1951, se produjo un enfrentamiento entre el gobierno británico y la
Unión Africana de Kenia en relación a la distribución de la tierra en
esta colonia. Cuando las demandas de la Unión no fueron aceptadas por
los británicos se produjo en 1952 la rebelión de los Mau Mau, un grupo
terrorista. El 17 de agosto de 1952 se declaró el estado de emergencia y
tropas británicas fueron enviadas a Kenia para acabar con la rebelión. A
medida que ambos bandos intensificaron la ferocidad de sus ataques, la
rebelión se convirtió en una guerra civil.
En
1953, tras las matanza de Lari perpetrada por los rebeldes Mau Mau
contra los kikuyos, quienes eran leales a los británicos, la situación
política en Kenia cambió en el sentido que los británicos obtuvieron una
ventaja política a los ojos del mundo, dada la crueldad demostrada por
los Mau Mau en dicha masacre.
La estrategia de Churchill fue la de
enfrentar militarmente con mano dura la rebelión, mientras implementaba
algunas de las concesiones que el gobierno de Attle había bloqueado en
1951. Incrementó la presencia militar de los británicos nombrando al
general Sir George Erskine como jefe de las tropas en Kenia, quién
implementó la llamada "operación Anvil" en 1954, la cual derrotó a la
rebelión en la ciudad de Nairobi. Otra operación denominada «Hammer» fue
llevada a cabo para eliminar a los rebeldes en el resto del país.
Churchill ordenó iniciar negociaciones de paz con políticos de Kenia,
pero éstas colapsaron poco después de que él se retirase del gobierno.
La emergencia de Malasia
Artículo principal: Emergencia Malaya
Véase también: Guerra de Vietnam
En
Malasia, la rebelión contra los británicos se venía fraguando desde
1948. Nuevamente Churchill heredó una crisis y nuevamente eligió tomar
acciones militares contra los rebeldes, al mismo tiempo que trataba de
lograr alianzas con sectores leales a los británicos. Inició una campaña
para ganarse la buena voluntad de la población y aprobó la creación de
aldeas fortificadas, una táctica militar que impondrían posteriormente
las potencias occidentales en sus guerras en el Sudeste de Asia.
La
emergencia de Malasia era un movimiento de guerrillas que si bien
estaba centrada en un grupo étnico, había sido promovida por la Unión
Soviética. Es por esto que la lucha de los británicos en este caso, tuvo
mucho más respaldo que las confrontaciones de Kenia e Irán. En su punto
culminante, los británicos contaban con 35 000 soldados en Malasia. La
rebelión comenzó a perder fuerza y soporte de la población.
Si
bien la rebelión se iba extinguiendo, era claro que el régimen colonial
británico no podía mantenerse. En 1953 se hicieron planes para dar la
independencia a Singapur y otras colonias en la región. Las primeras
elecciones se llevaron a cabo en 1955, apenas unos días antes de la
renuncia de Churchill al gobierno. En 1957, siendo Primer Ministro
Anthony Eden, Malasia fue declarada independiente.
Honores recibidos por Churchill
Estatua de Winston Churchill junto al Parlamento Británico, en Londres.
En
1953 le fueron otorgadas dos distinciones importantes: fue investido
como Caballero de la Nobilísima Orden de la Jarretera y también se le
otorgó el Premio Nobel de Literatura por «su dominio de la descripción
histórica y biográfica, así como su brillante oratoria en defensa de los
valores humanos». Un accidente cerebro vascular le dejó paralizada la
parte izquierda de su cuerpo en junio de 1953. En 1955 a Churchill se le
otorgó el título de Duque de Londres, cuyo nombre él mismo eligió. Sin
embargo, más tarde declinó aceptar tal título al ser persuadido de no
hacerlo por su hijo Randolph. Desde entonces a nadie se le ha ofrecido
un título de Duque en el Reino Unido.
En
1956 Churchill recibió el Premio Carlomagno, el cual otorga la ciudad
alemana de Aquisgrán a aquellos que más han contribuido a la causa de la
paz en Europa. En 1959 se convirtió en Father of the House (Padre de la
Casa), es decir el parlamentario con más años de servicios continuos en
el Parlamento. Mantuvo esta posición hasta 1964, cuando se retiró de la
Cámara de los Comunes. Por otra parte, fue la segunda persona en
obtener la ciudadanía honoraria de Estados Unidos (precedido por el
marqués de La Fayette) en 1963. Familia
El
2 de septiembre de 1908, Churchill contrajo matrimonio en St.
Margaret's, Westminster, con Clementine Hozier, una brillante mujer de
gran belleza, pero falta de recursos económicos. Churchill se había
declarado anteriormente a la actriz Ethel Barrymore, quien le rechazó.
Tuvieron cinco hijos: Diana, Randolph, Sara (quien actuó con Fred
Astaire en la película Royal Wedding), Marigold (que falleció en su
infancia) y Mary (quien ha escrito un libro sobre sus padres).
La
madre de Clementine era Lady Blanche Henrietta Ogilvy, la segunda
esposa de Sir Henry Montague Hozier e hija del 7.º Conde de Airlie, si
bien esto ha sido puesto en duda. En efecto, Lady Blanche era bien
conocida por su carácter frívolo y finalmente esto le llevó al divorcio.
Decía que el verdadero padre de Clementine fue el capitán William
George "Bay" Middleton, un notable jinete; sin embargo, Joan Hardwick
(quién escribió la biografía de Clementine) afirma que dada la bien
conocida esterilidad de Sir Henry Hozier, el padre de todos los hijos de
Lady Blanche fue su cuñado, Algernon Bertam Freeman-Mitford, mejor
conocido como el abuelo de las excéntricas hermanas Mitford en el
decenio de 1920.
Randolph, hijo de Churchill y sus nietos Nicholas Soames y Winston también fueron miembros del Parlamento.
Cuando
no estaba en Londres, Churchill normalmente vivía en Chartwell House en
Kent, casa a la cual le tenía particular aprecio. Él y su esposa
compraron esta casa en 1922 y la mantuvieron hasta su fallecimiento en
1965. En esta casa escribió sus obras y también se dedicó a la pintura.
Últimos días
Viendo
que estaba disminuyendo su capacidad física e intelectual, Churchill se
retiró de su posición como Primer Ministro en 1955 y fue sustituido por
Anthony Eden, quien por muchos años había sido su ambicioso protegido.
Tres años antes, Eden se había casado con la sobrina de Churchill, Anna
Clarissa Churchill, siendo éste su segundo matrimonio. Tras su dimisión,
la reina le ofreció un ducado pero declinó la oferta.11
En los años
siguientes Churchill pasaba cada vez menos tiempo en el parlamento,
ocasionalmente asistía a votaciones decisivas, pero nunca más volvió a
hablar en la cámara. Continuó sirviendo como miembro del parlamento por
Woodford hasta que se retiró después de las elecciones generales de
1964. Sobre la crisis de Suez dijo, en privado, que «Nunca lo habría
hecho sin consultar con los estadounidenses, y una vez que lo hubiera
empezado no me habría atrevido a pararlo».12
En 1959 se convirtió en
Father of the House, el miembro del parlamento con el servicio continuo
más prolongado; por aquella época ya había logrado ser el único
parlamentario en haber servido bajo los reinados de Victoria I e Isabel
II. Churchill pasaba la mayor parte del tiempo en Chartwell House en
Kent, tres kilómetros al sur de Westerham.13
Con
la decadencia de sus facultades físicas y mentales, Churchill comenzó a
perder la batalla que llevaba librando por largo tiempo con su bestia
negra, la depresión. Encontró consuelo en el clima y la luminosidad del
Mediterráneo. Tomó largas vacaciones con su consejero literario Emery
Reves y con su esposa, Wendy Russell, en La Pausa, su villa en la costa
mediterránea francesa. La esposa de Churchill, Clementine, lo acompañó
en raras ocasiones. Viajó en ocho cruceros a bordo del yate Christina
como huésped de Aristóteles Onassis. Una vez, cuando el Christina tenía
que atravesar los Dardanelos, Onassis ordenó que esperaran a que se
hiciera de noche, para así no traer a su huésped amargos recuerdos a la
mente.14
En
1963, el presidente Kennedy nombró a Churchill Ciudadano Honorario de
los Estados Unidos. Churchill estaba ya muy enfermo para asistir a la
ceremonia, a la cual fueron su hijo y nietos. Tumba de Winston y Clementine Churchill.

Su cuerpo permaneció en la capilla ardiente en
Westminster durante tres días. El funeral se realizó en la catedral de
San Pablo. Fue el primer funeral celebrado en dicha catedral a un hombre
no perteneciente a la realeza desde que se le hiciera al mariscal de
campo Lord Roberts de Kandahar en 1914. Cuando su féretro fue
transportado por el río Támesis, todas las grúas estaban inclinadas en
saludo.
La artillería real hizo diecinueve disparos en su honor, como se
hace con los jefes de estado, y dieciséis aviones de la RAF
sobrevolaron Londres. El funeral propició la asistencia del mayor número
de dignatarios en la historia de Gran Bretaña, contando representantes
de más de cien países. Fue también la reunión más grande de jefes de
estado hasta el fallecimiento del Papa Juan Pablo II en 2005.
Se
dice que fue el deseo de Churchill que si el general De Gaulle le
llegara a sobrevivir, la procesión debería pasar por la estación de
Waterloo. Mas no hay evidencia de que este hecho sea cierto. El general
De Gaulle asistió al funeral y la procesión partió hacia Blandon desde
la estación de Waterloo.
Por
petición de Churchill fue enterrado en la tumba de la familia en la
iglesia de Saint Martin, Blandon, cerca de Woodstock y no lejos de su
lugar de nacimiento en Blenheim.
Churchill como artista
Winston
Churchill se dedicó también a la pintura, afición que le proporcionaba
gran placer. Se entregó a esta actividad especialmente después de su
dimisión del cargo de Primer Lord del Almirantazgo en 1915.16 Churchill
encontró en la pintura un refugio en periodos de depresión. Según sus
propias palabras, luchaba contra un perro negro (Black Dog) que lo
persiguió a lo largo de toda su vida.
Sin embargo, en sus paisajes y
bodegones no hay signo alguno que muestre este hecho.17 Se le conoce
sobre todo por sus escenas paisajísticas impresionistas, muchas de las
cuales pintó estando de vacaciones en el sur de Francia y en
Marruecos.17 Durante su vida pintó docenas de cuadros, de los que
algunos aún se exponen en su estudio de Chartwell.18
Churchill como historiador y escritor
Escudo de Winston Churchill, obsérvese la presencia de un lema en español «Fiel pero desdichado».

Es por esto que siempre estuvo corto de dinero y dispuesto a
escribir para lograr una remuneración que le permitiera mantener el
nivel lujoso de vida que llevaba, así como para compensar las pérdidas
en algunas malas inversiones que llevó a cabo. Varias de sus obras
históricas fueron escritas con la finalidad de obtener dinero.
Aunque
era un excelente escritor e historiador, no era un historiador
profesional, sino autodidacta. La mayor influencia en su prosa y estilo
fueron la historia de la Guerra Civil Inglesa de Clarendon, La Historia
del Declive y Caída del Imperio Romano de Gibbon y la Historia de
Inglaterra de Macaulay. Churchill tenía muy poco interés por la historia
social o económica. Consideraba que el factor decisivo en todo proceso
histórico eran las acciones de los individuos, en lugar de los procesos
sociales y económicos.
Churchill
fue el último y más influyente exponente de la historia según el
concepto "Whig", el cual se basaba en la creencia de que el pueblo
británico tenía una grandeza única y muy especial y un destino imperial y
que, por tanto, la historia de la Gran Bretaña debía verse como el
progreso para alcanzar dicho destino. Esta creencia inspiró su obra
tanto literaria como política. Sin embargo, este punto de vista era
considerado como anacrónico, inclusive en la época de la juventud de
Churchill. No obstante, nunca modificó su punto de vista o mostró
interés alguno por otras escuelas de pensamiento.
Los
libros históricos de Churchill caben en tres categorías. En sus inicios
se centró en obras biográficas, sobre todo de miembros de su familia.
Es el caso de la biografía de su padre, Life of Randolph Churchill
(1906), y la de su antepasado, Marlborough: His Life and Times
(1933-38). En ocasiones, sus trabajos pecan de subjetividad. En la
biografía de su padre suavizó ciertos rasgos y acciones de Randolph
Churchill que resultaban poco atrayentes, a pesar de que existía
información que lo señalaba en los archivos de la familia. La biografía
de Marlborough señala el gran talento literario de Churchill y es
considerada una obra maestra.
La
segunda categoría son los trabajos autobiográficos de Churchill,
incluyendo sus experiencias como corresponsal de guerra, las cuales
fueron plasmadas en libros como Makaland Field Force (1898), The River
War (1899), London to Ladysmith vía Pretoria (1900) y Ian Hamilton's
March (1900). Estos últimos fueron reeditados en el libro My Early Life
(1930). Estos libros relatan lo que vio Churchill durante las guerras
imperiales de Gran Bretaña en la India, Sudán y Sudáfrica.
La
tercera categoría de libros son tres trabajos de historia narrativa.
Estos son la historia de la Primera Guerra Mundial, The World Crisis
(seis volúmenes, 1923-1931); The Second World War (seis volúmenes,
1948-1953); y, por último, History of the English-Speaking People
(cuatro volúmenes, 1956-1958).
La
historia narrada por Churchill sobre las dos guerras mundiales está
lejos de ser convencional, por cuanto el autor fue un partícipe central
en ellas y tomó ventaja total de este hecho al escribir sus libros.
Ambas son, por tanto, memorias y hechos históricos, pero Churchill
incluyó eventos en los cuales él no participó, como por ejemplo la
guerra entre Alemania y la Unión Soviética. Inevitablemente, en sus
libros el centro de la narrativa son Gran Bretaña y él mismo. Arthur
Balfour opinó sobre el libro The World Crisis como "una brillante
autobiografía, disfrazada como una historia del universo".
Aliados (1995), de Lawrence Holofcener, un grupo escultórico que retrata a Franklin D. Roosevelt y a Churchill en la Bond Street de Londres.

El
libro The World Crisis fue inspirado en el ataque de Lord Esher sobre
la reputación de Churchill en sus memorias. Este libro es una mezcla de
historia militar con la narrativa elegante de Churchill; algunos pasajes
donde se refiere a la historia política y diplomática son escritos
frecuentemente para justificar sus propias acciones durante la guerra;
la descripción de otras figuras políticas y militares, a veces indicaba
la intención de saldar venganzas personales. Estas obras muestran las
opiniones personales de Churchill, pero tienen gran interés al ser su
autor partícipe en los hechos, lo que permite conocer desde dentro los
entresijos de la política británica de la primera mitad del s. XX.
Churchill
recibiría el Premio Nobel de Literatura en 1953. Según la fundación
Nobel, se le concedió por "su maestría en la descripción histórica y
biográfica, tanto como por su brillante oratoria, que defiende
exaltadamente los valores humanos".