César Medina/Tomado de Listin Diario
Nunca
ha sido diferente desde que las encuestas de posicionamientos de
candidatos comenzaron a perfilar a los ganadores de las elecciones en
1986 hace ya 30 años: los que están perdidos pagan una “encuesta de
gabinete” para contrariar las verdaderas tendencias.
¿A
nadie extrañó que unos aventureros, supuestamente colombianos,
aparecieran ante los medios la mañana del lunes para dar a conocer una
“encuesta” donde Danilo y Abinader aparecen parejos, el primero con 45
puntos y el segundo con 42?
Claro,
esa misma noche la firma encuestadora Mark Penn, que representa en el
país Bernardo Vega, daba a conocer el resultado de una encuesta
encargada por el Grupo SIN donde la diferencia entre uno y otro es de 30
puntos porcentuales: Danilo, 57.3; Abinader, 27.4.
El
propósito evidente era crear confusión descalificando la verdadera
encuesta, y algunos medios interesados le siguieron la corriente
olvidando que en estos tiempos nadie es tan tonto para creer semejante
payasada.
Pero
ese tipo de estratagema no es nueva... El propio Danilo Medina incurrió
en ella en el 2000 cuando aparecía en segundo lugar y era Hipólito
Mejía el que reinaba en esas mediciones.
La
diferencia de entonces la aportaba Balaguer que estaba en escena y
compartía con el candidato oficialista el voto común que se expresó en
el Frente Patriótico armado para derrotar a Peña Gómez en el balotaje de
1996 con Leonel de candidato.
...Esto es ridículo
Debieron guardar las apariencias y argumentar que “encuestas no ganan
elecciones”, como en efecto es. Tratar de forma tan burda de neutralizar
un estudio de opinión hecho con el rigor científico de la Penn y
Bernardo Vega, constituye una ridiculez de marca mayor.
No
porque esa encuesta de Bernardo sea infalible. Claro que no lo es,
probablemente tenga fallas en el levantamiento de la información, que no
se haya estratificado correctamente la población medida, que el momento
en que se llenaron los cuestionarios contaminó la informaciónÖ Todo eso
es posible.
Lo
risible es que como contraparte se presente una supuesta encuesta hecha
a través de las redes sociales que todo el mundo sabe la manejan
interactivos profesionales que cobran por ese servicio... Peor aún, que
improvisaran vulgarmente unos resultados para darlos apresuradamente a
la prensa con el único fin de contrariar la verdadera encuesta.
En
los últimos 30 años, repito, esa práctica ha sido común en todos los
períodos electorales y sus consecuencias han sido siempre las mismas: se
revierten los efectos porque en la gente queda claro que quien lo hace
está derrotado...
No es sólo Mark Penn
No sólo son Mark Penn y Bernardo Vega quienes están midiendo el mercado
electoral dominicano. De hecho, hay otras seis firmas de elevada
credibilidad internacional haciendo el mismo trabajo.
He
podido acceder a por lo menos cuatro de ellas, y en ejercicio elemental
de suma y resta --agregando todas las variables que mueven los
escenarios posibles--, el oficialismo aventajada entre 30 y 35 puntos
porcentuales a Abinader. Lo dije en La Tecla del domingo.
Los
resultados que dio a conocer Mark Penn no sorprenden a quienes acceden a
ese tipo de información porque no hacen más que ratificar los mismos
números.
Lo
que sorprende --más que la elevada aceptación de Danilo--, es la baja
puntuación de Abinader que no llega ni empujado al 30 por ciento...
Insisto... : ¡acechen a Moreno!