viernes, 9 de septiembre de 2016

ORLANDO DICE... La OEA y su informe

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Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do/Tomado de Listin Diario
NIHIL NOVUM.- No entiendo lo que se celebra del informe de la OEA presentado en Washington, pues no encuentro nada nuevo. Dice ahora allá lo mismo que aquí, sin que en ninguna de las ocasiones hablara de consecuencias. 


El grupo incluso se queja de la misma OEA por no proveer fondos suficientes para la tarea, y agradece a países determinados las “contribuciones financieras...que posibilitaron el despliegue de la Misión”. Es decir, que la OEA pudo hacer más de lo que hizo, y con un trabajo incompleto, su propio crédito queda a medias. Hablaría por boca de gansos, acogiendo denuncias interesadas, y sin conocer la verdadera naturaleza del político dominicano. Por ejemplo, refiere que a petición de las partes propició un diálogo entre la Junta Central Electoral y los partidos políticos, pero que después de esa oportunidad el organismo no volvió a verse la cara con los actores del proceso. A los fines de la OEA fue así, pero lo que no sabe la OEA es que de manera oficiosa los candidatos o dirigentes de esos partidos se citaron con la JCE, o por lo menos con su presidente..


CITAS OCULTAS.- Entre las muchas situaciones que nunca serán esclarecidas, están las citas secretas entre miembros de la Junta Central Electoral y candidatos o dirigentes de los partidos del gobierno y de la oposición. ¿Qué cosas pedían unos y otros que el organismo no podía conceder de cara a la opinión pública? Esa falta de transparencia era dolosa, mucho más que sospechosa. Roberto Rosario se confió mucho en esos “amigos”, dicen sus compañeros, pues fueron esos “amigos” los que lo descalificaron a la hora crucial. Como no pudieron con las encuestas ni con el candidato oficial, se cargaron al principal responsable de las elecciones, sabiendo como sabían que en la Junta Central Electoral no era que estaba el problema. La OEA no habla ahora en Washington ni habló en Santo Domingo de “fraude colosal”, como tampoco suscribe la ilegitimidad del proceso ni considera adúltero el resultado. Entonces ¿qué importancia o utilidad tiene su informe, si no mantuvo en sus manos ninguna papa caliente y se deshizo prontamente de las denuncias que se suponían graves?...


UNA OJEADA, EL VEAMOS.- “...Llamó la atención la actividad proselitista desplegada tanto en las inmediaciones, como en el interior de los centros de votación, contrario a lo previsto en el artículo 108 de la Ley Electoral. Se observaron también aglomeraciones de personas alrededor de los recintos y, en ese contexto, se recibieron 13 denuncias sobre diversas irregularidades incluidas compra de votos y cédulas, que fueron remitidas a la autoridad correspondiente”. Fíjense bien. La OEA hizo en el siglo veintiuno lo que Pilatos en el año uno de la Era Cristiana: lavarse las manos. ¿Qué sector desplegaba actividades proselitistas en las inmediaciones o dentro de los centros de votación? No lo dice, aun cuando sí que el hecho llamó la atención. ¿A qué partido pertenecían las personas que se aglomeraban alrededor de los recintos ? No lo sabe nadie, puesto que no identifica ni especifica. A menos que el pecado fuera cometido por todos los grupos a la vez. Mal de muchos, consuelo de tontos, y la OEA se comportó, además de irresponsable, como tonta...


LIGERA DE EQUIPAJE.- La OEA, cuando el peso era grande, se lo quitaba de encima, y siempre anduvo ligera de equipaje. Recibió 13 denuncias de irregularidades, y entre estas compra de votos y de cédulas ¿ Y qué hizo ? Según el propio informe remitió esas situaciones a la autoridad correspondiente. La cual tampoco se identifica, pero que se supone era la Junta Central Electoral. Los partidos o los candidatos tomados con las manos en la masa, y la masa, como si fuera líquido, se escurrió de las manos. Entonces que no venga con que se necesitan leyes que aseguren equidad y transparencia, pues en esa están los dominicanos desde hace años. La OEA debió saber, pero al parecer no lo supo, que existe un proyecto de ley de Partidos y otro Electoral, y que ambos son de la Junta Central Electoral, y que dichas piezas fueron elaboradas con la ayuda técnica de ese organismo. La OEA no está diciendo nada nuevo, o nada que no se sepa, o nada en lo que ya no se esté trabajando. Ese por lo menos es el propósito del Diálogo de Agripino...