lunes, 22 de enero de 2018

MISIL ATOMICO NORCOREANO! Miguel Guerrero dice el “nunca jamás” sería discriminatorio si no se aplica también a Leonel e Hipólito

Tomado de El Caribe
Santo Domingo.- El periodista y escritor Miguel Guerrero dijo que el párrafo transitorio de la Constitución que prohíbe al presidente Danilo Medina presentarse de nuevo como candidato a las elecciones del 2020 debería valer también para los expresidentes Leonel Fernández e Hipólito Mejía.


En una declaración pública, Guerrero sostiene que en caso contrario la prohibición sería “discriminatoria” y entraría en riña con la Constitución.

El texto completo de las declaraciones de Guerrero es el siguiente:

“La reforma constitucional de junio de 2015, que permitió al presidente Danilo Medina presentarse a la reelección, podría convertirse en el tema central del debate con vista a los comicios del 2020. Lo que hizo el Congreso en esa ocasión fue restablecer el principio de la reelección que había eliminado la reforma del 2010. Esa reforma negaba al actual mandatario el derecho a aspirar a un segundo término, permitiendo en cambio a su antecesor, Leonel Fernández, promotor de la misma, la oportunidad de presentarse para un cuarto mandato.

“La Constitución ha sido reformada 39 veces en los 174 años de vida republicana. En la más reciente, se añadió al artículo 124 un párrafo transitorio limitando al presidente elegido para el periodo 2012-2016 presentarse a los comicios del 2020. De hecho, este párrafo prohibía al presidente Medina lo que le permitía a Fernández, por cuanto era entonces impredecible saber si a despecho de la reforma el primero podía ganar la reelección en las elecciones pasadas. En el caso de que las hubiera perdido, quedaba así impedido a volver de nuevo, como pueden hacerlo Fernández e Hipólito Mejía, quienes aspiran todavía a ser candidatos.

“El párrafo, a todas luces inconstitucional según conocidos juristas, resulta incomprensible, porque si la reforma del 2015 limitaba el ejercicio a dos mandatos “y nunca más”, en la eventualidad de un triunfo de la reelección, estaba de más establecer la salvedad, lo cual riñe contra el espíritu de la carta. Dentro de la lucha interna que condujo al párrafo, estaba el precedente de que Fernández intentó por todos los medios en el 2012 ser el candidato basándose en una interpretación del principio de la no retroactividad. Bajo ese falso presupuesto, el periodo 2008-2012 no contaba para la prohibición en la reforma que él auspició en el 2010. Si ese argumento se invocara a favor de Medina, la transitoriedad del párrafo podía quedar eliminada.

“Lo lógico entonces es que si párrafo transitorio, que restablece el límite de dos mandatos “y nunca más”, se aplica a Medina, debe valer también para Fernández y Mejía, por cuanto la discriminación riñe con el principio de la igualdad que el texto constitucional le garantiza a todos los ciudadanos.

“Si esta discriminación prevaleciera podría darse el absurdo de una Carta Magna permitiendo a uno la posibilidad de llegar hasta un quinto mandato presidencial, imponiéndole a otro la restricción que la reforma política del 2015 impuso en su texto.

“La discusión que con toda seguridad dominará el trayecto hacia las elecciones del 2020, debería ser normada por nuestra experiencia historia. Trujillo, el más sanguinario y corrupto tirano de nuestra existencia republicana, gobernó con mano de hierro este país por 30 años. Cuando mi hija nació, Balaguer, su heredero, estaba en el tercer año de su primer mandato constitucional y su tercera presidencia. Había sido presidente “gomígrafo” de Trujillo, creo que así él mismo lo definió, de agosto de 1960 hasta 1 de enero de 1962 y luego por 16 días al frente de un consejo de Estado.

“Mi hija se graduó de la universidad e hizo una maestría en el exterior y todavía Balaguer, ya ciego, ejercía la presidencia. Nacieron sus dos hijas y todavía el líder reformista, aunque fuera del poder, seguía como candidato al cargo y líder de la oposición. Cuando la mayor de sus dos hijas, mis nietas, nació, Leonel Fernández, estaba a mitad de su primer mandato y quién después le sucedió en el 2000, Hipólito Mejía, había sido años antes candidato a la vicepresidencia. El primero fue en dos oportunidades posteriores jefe del Estado y el segundo lo ha intentado varias veces, llegando a valerse de una reforma para intentar reelegirse, como lo hizo también después Fernández para eliminar el retiro forzoso que imponía la cláusula del “nunca más” que su Constitución borró.

“En mayo del 2016, acudieron por primera vez a las urnas cientos de miles de jóvenes, mi nieta mayor entre ellos, que no habían nacido todavía cuando Fernández era ya presidente. Cuando analizo esa realidad del quehacer político nacional me digo que la posibilidad, por fortuna muy remota, de que Fernández y Mejía vuelvan a ser candidatos en el 2020, significaría un congelamiento de la dinámica social que conduciría inevitablemente a una etapa desconocida de incertidumbre económica y política.

“El peligro, pues, no consiste en una nueva reforma para favorecer otra reelección del presidente Medina, porque por el momento no parece probable que puedan darse condiciones políticas que lo permitan, en un ambiente de normalidad institucional. La amenaza real que se cierne sobre el futuro de la democracia es que esa imposibilidad empuje una candidatura de quienes ya han sido presidente en un clima de dispersión de opciones opositoras, y que en el vacío resultante surja una personalidad con fiera vocación autoritaria”.